Un año más, la Semana Santa de Sevilla ha centrado el interés de muchos españoles deseosos de vivir experiencias intensas y bellas. Para los que aquí vivimos, que miles de personas elijan Sevilla para compartir con nosotros nuestros días grandes es, indudablemente, motivo de satisfacción y orgullo. Sean siempre bienvenidos.
Vivirán el aliciente de las emociones propias de cada Paso de Palio o de Misterio y el añadido de la presencia en vivo y en directo de no pocos personajes de revista –de revista del corazón, entiéndase– que también consideran Sevilla como la capital de la Pascua, al igual que Marbella y Mallorca son las capitales del verano o Baqueira la de invierno.
Hay un par o tres de balcones clásicos en la Carrera Oficial a los que se les presta especial atención porque se sabe que de ellos surgirá, en cualquier momento, la luminaria de un personaje famoso: no falta Teresa Campos y su familia –unos años con yernos y otros sin-- en las ventanas del Duque o en el balcón de la zapatera prodigiosa, Pilar Burgos, en plena Campana; en cualquier momento puede ser uno sorprendido por la presencia siempre inquieta y deslumbrante de Josemi Rodríguez Sieiro, Sierpes arriba, Sierpes abajo; Carmen Martínez-- Bordiú compartía balconada con Charo Reina frente a Montesión, donde habitualmente vibraba una no vista María del Monte; Francisco Rivera ha salido de costalero del palio de la Esperanza de Triana y su hermano Kiko, locuaz respondedor con bastante mala uva de preguntas acerca de su madre y el novio de ésta, de escolta de la Banda de Las Tres Caídas –no lo entiendan con doblez–, aunque su familia hubiese preferido verlo con capirote en El Silencio; Cayetano Martínez de Irujo también ha ejercido de costalero durante algunas “chicotás” bajo el paso del Señor de la Salud, que es la Hermandad a la que esa casa está afiliada; Kofi Annan, Secretario de Naciones Unidas, mostró mucho interés por la Cofradía de Los Negritos.
De haber venido María José Campanario la hubieran atendido con gusto en La Quinta Angustia; de haberlo hecho la alcaldesa de Marbella hubiese salido detrás de El Cautivo; Mariano Rajoy tuvo el privilegio de realizar una llamada a un Paso y hubo quien dijo que lo que tendría que aprender a llamar es a su partido, pero al orden; y, por resumir de forma un tanto incompleta, Albert Boadella, pregonero taurino de este año, disfrutó de la salida de La Macarena, aunque, en el fondo, a él le hubiese gustado también salir de nazareno en Montserrat.
Pero en Montserrat de aquí, que en la de allí no le tienen tanto cariño.