Diez Minutos |
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31 de mayo de 2007 | ||
«Pipe» echó de menos a su tía Letizia |
A Felipe Juan Froilán le llaman Felipe –o “Pipe”– en casa, pero también en casa saben que todos en la calle le llaman Froilán, y como lo que el pueblo bautiza bautizado queda, este inquieto y simpático chiquillo deberá acostumbrarse a que le llamen de dos maneras. Como ven, acaba de recibir su Primera Comunión y en las fotos se adivina que debe de haber sido la única vez que se ha quedado quieto. Tiene toda la cara de que le hayan administrado siete “valiums” para niños traviesos. Aparece peinado como si una vaca le hubiese lamido la cabeza, y tan formal que no parece él. Por testimonios directos tengo entendido que la realmente traviesa es su hermana Victoria, pero que muy cucamente en público se hace la santa sufridora. Cosas de críos. Froilán es, decididamente, un niño simpático, desinhibido y travieso. Y a la gente le gusta. De las fotos oficiales se desprende que la familia no ha tenido muchos problemas para encontrar local de celebraciones y que la princesa Letizia no ha acudido. Rápidamente se han desatado todo tipo de conjeturas. En Palacio no se han roto la cabeza y la explicación ha consistido en que está de baja maternal y que aún debe de reposar, cosa que probablemente es cierta, pero las versiones oficiales tienen la dificultad de vencer a esas eternas conjeturas que se elaboran sobre los comportamientos y gestos de cualquier Familia Real. Cualquier madre contesta que a los 20 días de haber parido todas han salido varias veces a la calle, con lo que la explicación no les convence, pero a los que creen que una malísima relación con su familia política es la causa de su ausencia habría que replicarles que nadie es tan torpe de evidenciarlo de una forma tan burda: ¿alguien cree que la Princesa no conoce sus obligaciones y las más elementales pautas de comportamiento? Si así fuera ¿creen que no habrían calculado el efecto negativo que esa ausencia podría comportar? Lo más probable es que al estrés posparto se le unan las inevitables secuelas del “shock” emocional que sufrió tras la muerte de su hermana Érika. Cierto cansancio y la puesta a punto de los motores cara a los compromisos que le esperan explicarían el resto. Piensen los que sospechan de todo lo que se mueve que ahora van a tener oportunidades continuadas de observar con detalle cada ausencia y cada presencia: llegan comuniones en cadena de nietos de los Reyes y habrá que ir a todas. Y en ellas Froilán, esperemos, volverá a hacer de las suyas para deleite de sus seguidores.
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