Diez Minutos |
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23 de noviembre de 2006 | ||
Isabel se desmarca |
Isabel Pantoja ha logrado, con su comunicado enviado al programa de Antena 3 “Dónde estás corazón”, una difícil unanimidad: no se lo ha creído nadie. Los que defendían sus posturas andan a estas horas algo confundidos y los que la atacaban con auténtica saña han elevado el tono de su crítica casi hasta la ira. Se imponen varias preguntas a la luz del lamento de la cantante sevillana, una de ellas especialmente significativa: ¿Se hubiese enamorado de Julián Muñoz en el caso de no haber sido éste alcalde de Marbella? Otra: ¿Estamos ante un anuncio de un “ahí te quedas” en toda regla? Si la primera es difícil de contestar por tratarse de una valoración subjetiva, la segunda parece absolutamente inapelable: de la forma en que está redactado el mensaje podría deducirse que Isabel ha estado esperando el momento adecuado para desembarazarse de alguien que se encuentra en un sendero sin retorno hacia el fracaso más absoluto. En el caso de haber querido evitar esa impresión podría haber recurrido a otros términos y a otra concepción global, pero no lo ha hecho. Nadie se ha creído que fuera ella quien mantuviera económicamente la pareja, nadie que esta unión fuera motivada exclusivamente por la pasión, nadie que lo que pretenda la Pantoja no sea curarse en salud por si algún día es requerida por la justicia para aclarar algunos movimientos de dinero de complicada justificación. Ahora es el momento en el que hay que explicarse por qué no ha visitado a su novio en prisión más que una vez, por ejemplo: cuando algunos sugieren que ha sido por evitar circos mediáticos otros recuerdan lo poco que le importó ese mismo circo cuando se trató de aventar su “amor irreductible” camino del Rocío. Si estaba esperando el día para dar el portazo, ahora parece haberlo encontrado. El interesante libro de Ángela Portero (“Ambición”, Temas de Hoy) ofrece cifras poco discutibles y una consideración demoledora: si ella mantenía la estructura económica de la pareja y con las hipotecas que lastraban sus finanzas ¿cómo se pagó la costosa vivienda de Marbella que compartían en “Lapera” –vaya el nombrecito– después de no haber trabajado durante un largo periodo de tiempo? El lamentable espectáculo Malaya cobra ahora un nuevo motivo de excitación que, de ser justos, habría que reconocer que muchos venían advirtiendo hace algún tiempo. Si la presión mediática sobre Isabel era ya agobiante, ¿dónde piensa meterse la artista sevillana en los días, largos días, que van a continuar a este comunicado “lavamanos”? Y algo más: ¿qué va a ser de un Julián Muñoz enfermo, deprimido, solo y abandonado por la única que decía apoyarlo? Permanezcan atentos a nuestras páginas. |
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