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Diario Sevilla
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11 de diciembre de 2005

Crimen perfecto


Se levanta el polvo que desde hace catorce años cubre uno de los crímenes más aterradores que azotó España. Se le quita el velo a una de las historias sin resolver que, por rocambolesca e increíble, ha llegado a convertirse en una novela negra que nadie osa escribir. El escalofrío vuelve a estremecernos.
El asesino de las niñas de Alcacer se fugó por una ventana de su vivienda ante los ojos de la Policía, se evaporó por los campos oscuros de España y nadie ha dado nunca una sola pista que delatara los pasos que llevaron a Antonio Anglés a su eterna desaparición. La justicia depende de algo tan irreflexivo como es la casualidad. Para ajusticiar a un criminal hay que esperar a que éste cometa un desliz como en el que incurrió el ex general croata Ante Gotovina, acusado de crímenes de guerra, al irse a cenar a un restaurante canario. Confió en el olvido. Para los criminales, el tiempo de la proscripción hiende ríos hasta que da en el mar de la libertad, donde los tiburones policiales esperan tranquilos el fallo de uno de sus estudiados movimientos para ser apresado.

Catorce años han pasado desde que mataran a esas tres pobres criaturas y sólo Miguel Ricart cumple 170 años de condena por ello. Tan sólo lleva catorce en prisión y la Justicia internacional empieza a cansarse del tema. España pidió que todos los países del mundo abrieran bien los ojos después de la fuga de Anglés, a quien muchos dieron por muerto en aguas irlandesas tras saltar de un barco a las aguas gélidas que fueron su fosa común. Nadie se creyó aquella versión y de hecho los huesos hallados tiempos después no correspondían al presunto criminal.

La necesidad de dar con él desequilibró a muchas personas que veían fácil su captura. Pero ni una sola señal. Nadie que pudiera decir "yo operé de cirugía estética a Antonio Anglés" en Brasil o Colombia. ¿Dónde está Antonio Anglés?¿Cuándo se resolverá tan inquietante incógnita para familiares y ciudadanos? La Corte suprema de Brasil se ha agotado de buscarlo –si es que esperar un desliz en el cálculo del individuo es perseguirlo–. Brasil archiva el proceso de extradición contra Anglés porque en diez años no se le ha localizado, por lo que se rechaza la petición de prisión preventiva. No era más que un papel que ocupaba sus archivos y una esperanza que se derrumba ante nuestros ojos, que siempre confiamos en el que tarde o temprano caerá porque la Justicia, nos gusta suponer, siempre triunfa y no hay crimen perfecto.

Lo decepcionante es perder la fe en la Justicia si ella misma se rinde ante la posible resolución de un triple crimen sin causa. De los crímenes de Alcacer quedaron tres familias cercenadas y enemistadas por la desconfianza sembrada por el padre coraje, presuntamente enriquecido con los donativos de una Fundación de la Niñas de Alcacer que nunca se creó, un pueblo que dio todo su apoyo y que vive defraudado, la convivencia vecinal y cordial entre el padre de la fallecida Mirian y la madre del presunto asesino, quien borró de su DNI el estigmatizado apellido, y una pregunta sin resolver: ¿dónde estará Antonio Anglés?
 


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Comentarios 4

19/12/2007 16:37:48 Manoli
23/11/2007 16:32:34 ana
15/11/2007 9:17:13 orus
22/03/2007 15:45:44 gitanilla
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