Esa eficaz oficina de empleo que es el Partido Andalucista ha dado una muestra más de la desorientación política que viene padeciendo desde el mismo instante de su fundación.

Como saben, ha estado a punto de cometer la fechoría de oponerse al comunicado de la Eurocámara contra el terrorismo alegando la peregrina sandez de que no contempla el diálogo como solución a la sangría de muerte que sufre España. Una vez más, los llamados andalucistas han caído en el seguidismo nacionalista, en la vergonzosa imitación al PNV, EA y otras hierbas y en el ridículo que hacen siempre los tontos útiles cuando llegan los últimos a las fiestas y se acaban bebiendo el mistol. En el último momento, y asustados ante lo que supondría explicarles a las viudas y huérfanos andaluces ùlos más numerosos de esta guerraù la actuación de su eurodiputado y animados por la actitud de CiU, que, a regañadientes, se ha desmarcado de los amigos de ETA, el Partido Andalucista ha reaccionado y ha firmado la declaración. Si los convergentes no se hubieran desdicho, el socio de gobierno en Andalucía se hubiera retratado junto a individuos como Ortuondo, capaz de decir eso de que los vascos ya estamos maltratados desde la Constitución de Cádiz y junto a quienes, en el fondo, desprecian la voluntad unánime de los andaluces de pertenecer a España y de ser leales a la Constitución. Alguien con dos dedos de frente, alertado del escándalo que eso empezaba a suponer, ha puesto pie en pared. Menos mal. Lo que tendrían que haber hecho, además, es enviar a uno de sus primeros espadas a la manifestación que hoy recorrerá las calles de San Sebastián al grito de íBasta ya! Ese es el seguidismo que queremos los andaluces en nuestros políticos: que estén junto a los que mueren por la libertad y a favor de la Constitución. Esa que ha permitido que nuestra Comunidad se desarrolle a pesar de gobiernos tan mediocres como el que ayuda a configurar el propio PA.