El Gobierno español le cederá a Marruecos el honor de la final
Cuando comience el Mundial de fútbol en 2030, que protagoniza España pero cuya ceremonia inaugural se realizará en Uruguay, Sánchez irá ya por su cuarta legislatura, haciendo verdad aquello que Pablo Iglesias le dijo a bancada derecha en el Congreso: ustedes no volverán a gobernar España. Vete a saber qué quedará de España a esas alturas, pero la mascota 'Progresito' simbolizará la apuesta de nuestra Administración por la convivencia, el progreso, y todo lo demás. No somos capaces de saber por ahora cuántas selecciones de la Península Ibérica participarán en el campeonato: en este momento son dos, pero en 2030 pueden ser perfectamente cuatro o cinco. Incluso puede que lo que quede de la selección española, después de desgajar la catalana o la vasca, ni siquiera se llame España y pase a llamarse 'El Resto del Estado'. Luis Rubiales, que algo habrá hecho para conseguir ese Mundial, por supuesto seguirá en la cárcel, y los diversos comités de 'justicia popular directa' habrán repasado minuciosamente las biografías de todos aquellos que brinden su nombre a un estadio para evitar que culpables de machismo, o cualquier otro mal de nuestro tiempo, puedan ser sede de un encuentro de la trascendencia de cualquiera de las rondas que se celebren en España. O en lo que quede. Menudo bochorno para el Gobierno y la sociedad en general si una selección cualquiera jugara en un estadio que llevara el nombre de Alfonso Pérez Muñoz, ese perverso machista que ha sido desenmascarado gracias a la perspicacia de la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández. Alfonso explicó con claridad meridiana la diferencia entre el fútbol femenino y el masculino, más allá de la contundencia o la fuerza de sus deportistas: unos generan unos beneficios y otras otros, con lo que las retribuciones deben ir a la par (tampoco Putellas gana lo mismo que una jugadora del Osasuna, por poner un ejemplo). ¡A quién se le ocurre transformarse de esa manera en un machista de tomo y lomo en lugar de reclamar que cualquiera de las jugadoras de la selección cobre lo mismo que Cristiano Ronaldo! Se retira el nombre al estadio de Getafe y sanseacabó.
La reforma del estadio del Barça, el Nou Camp, que hará años lleva el nombre de Carles Puigdemont, habrá sido sufragada, evidentemente, con cargo a los presupuestos generales. El Bernabeu, en un principio sede de la final en detrimento de las demás capitales organizadoras, dejará de albergar el partido más importante ya que el Gobierno español le cederá a Marruecos ese honor para que cierre el Mundial en el estadio Mohamed V en Casablanca. O en el que hayan construido para la ocasión; con fondos europeos, naturalmente. El Gobierno progresista habrá intentado que en la selección de lo que queda del Estado jueguen, mezcladas con los hombres, algunas de las viejas glorias del fútbol femenino, pero la intransigencia reaccionaria de la FIFA lo habrá impedido, dando muestra del poco sentido integrador e igualitario que evidencian las instituciones alejadas del control sanchista. El público acudirá encantado y el autócrata sonreirá complacido…