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28 de junio de 2015

Los primeros estimulantes días del fiestón


El despiporrante espectáculo que están brindando las diferentes candidaturas bendecidas por Podemos en las ciudades en las que han sido aupados al poder, bien por los votos o por las alianzas, es un sencillo aperitivo del tiempo de surrealismo que nos espera. Tiempo eminentemente retórico, demagógico, lleno de símbolos baratos y repletos de insensateces gestuales. Basta ver los primeros días. La foto de los concejales triunfantes del Ayuntamiento de Zaragoza dejando el pleno al ser elegidos parecía la borrachera de estudiantes recién salidos de la taberna de la facultad: más de un maño se habrá preguntado, inquieto, si esos tipos van a ser los que solucionen los problemas de la ciudad. Como se lo puede preguntar cualquier gaditano ante la primera medida tomada por el comparsista Kichi: ha obligado a que aparezca en las pantallas de información municipal un mensaje que reza textual: «Esta pantalla no volverá a servir para difundir propaganda del Ayuntamiento», lo cual es paradójico ya que el texto no deja de ser una forma de propaganda barata. Habrá que ver qué gestos encabezan su gestión, que promete ser la de un alcalde que no discute las medidas que tomar en los plenos, sino en «asambleas ciudadanas». Veremos si hace obra en su despacho para reducirlo, ya que ha resultado «más grande que la casa donde vivo» (sic), con lo que los ciudadanos podrán estrenarse discutiendo si gastar dinero en una reforma para evitar que el de la comparsa se sienta incómodo por sentarse en un despacho amplio.

Despacho, por otra parte, que he podido conocer y tampoco es el Bernabéu, lo que me lleva a pensar cómo será su pisito. El flamante alcalde electo de Valencia, ni con mucho el más votado, viejo catalanista de Manresa partidario del sueño absurdo de Els Països Catalans, ha gestualizado con lo inevitable: el infantil gesto de no querer la vara de mando ya que él plantea una gestión «abierta y dialogada», muy lejana de lo que conlleva dicha vara. Igual se cree que los alcaldes están obligados a llevar como un apósito susodicho bastón, incluso en los viajes al excusado. Ha asegurado que una de sus iniciativas es sembrar Valencia de huertos para dar de comer a los niños en las escuelas y «no depender de Marruecos y sitios así». Los huertos urbanos, sembrados de nabos y zanahorias, es idea compartida con la alcaldesa de Madrid, Manuela simplemente, como a ella dice gustarle que la llamen. Qué maravilla, todo Recoletos sembrado de hortalizas para los colegiales madrileños, y los trabajadores de jardines sembrando abono y vigilando que los borrachos de noche no se lo pasen en grande arrancando coliflores. Manuela, que ha propuesto a padres y madres hacer de limpiadores del colegio de sus hijos, también ha encontrado muy grande su despacho. En él tuvo que solucionar la primera crisis de gobierno provocada por su concejal de Cultura, el conocido ya por todos Guillermo Zapata, autor en su día de comentarios deleznables en las redes sociales, los cuales no es preciso repetir pues son del conocimiento de todos. A este pobre imbécil le han dejado 'solo' de concejal de a pie gracias a su descomunal sentido del humor, pero del resto de la chusma gobernante aún no hay noticias de relevo a la hora de escribir este artículo. La portavoz del Ayuntamiento de la capital es una tipa aficionada a asaltar capillas al grito de «el Papa no nos deja comernos la almeja», tetas al aire, como expresión de su «política a favor de la sociedad laica» (sic). Otros, como es sabido, también son dados a una prodigiosa locuacidad ofensiva, y son seguidos por una masa fervorosa que, en primera instancia, amenazaron con violencia a concejales de Ciudadanos el mismo día de la toma de posesión de Simplemente Manuela.

Ya comprobaremos si tales comportamientos y ocurrencias son cuestión de fiebre breve o, por el contrario, tónica constante. Sí sabemos, o prevemos, que nos esperan días entretenidos, repletos de gilipolleces y de alguna que otra indignidad. Todo gracias a esta triunfante fiebre populista. Aupada por sus votos y por el apoyo entusiasta del PSOE de Pedro Sánchez, al que ya veremos si algún día habrá que pedirle explicaciones. Sobre todo los que no quieren que el PSOE desaparezca deglutido por el oso al que se abraza.

 


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Comentarios 1

30/06/2015 15:05:11 Manuel Blanco
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