Si el Presupuesto General de la colonia británica de Gibraltar fuera, dijéramos, de 500 millones de euros, el contrabando de tabaco le cubriría una cantidad cercana a los 150. Casi un 30 por ciento de sus ingresos. Busquen en esa clave la razón del turbio comportamiento de sus autoridades ante el fenómeno de la entrada y salida de cigarrillos por tierra y mar.
Las grandes industrias tabaqueras venden cajetillas a Gibraltar en una cantidad tal que da para que todos los habitantes de la Roca fumen 70 paquetes diarios, lo cual, de ser cierto, los habría matado a todos. El tabaco que entra en Gibraltar sale de Gibraltar para ser vendido de extranjis, fundamentalmente en España. Las tabaqueras hacen cada año un peculiar estudio: investigan cientos de papeleras por toda España, una muestra, para ver qué paquetes de tabaco se ha fumado el personal. Cada cajetilla lleva un código que indica su origen de venta. Sorprendentemente, el que procede de Gibraltar destaca por encima del 12 por ciento. ¿Quiere eso decir que los españoles viajan masivamente a Gibraltar a comprar tabaco? Evidentemente, no. El tabaco sale de los excedentes clamorosos que llegan a la colonia, cruza la frontera y se distribuye por todas partes, vendiéndose en quioscos, panaderías, tiendas de chuches y algún supermercado. Es tabaco que no paga impuestos y que, por lo tanto, es más barato. El Estado se lleva aproximadamente 16 de los 20 cigarrilllos de cada paquete legal: si un Winston o un Marlboro cuestan 4,75 euros, cerca del 80 por ciento es impuesto, con lo que hagan las cuentas. España es el país de nuestro entorno que más cigarrillos consume, lo que hace que el Estado recaude cerca de 10.000 millones de euros, más de lo que se gasta últimamente en infraestructuras. Si un 12 por ciento de ese tabaco proviene de Gibraltar y no paga impuestos, quiere decir que se dejan de recaudar algo más de mil millones de euros. Una pasta.
En Gibraltar, por demás, se venden dos marcas que fuman muchísimos españoles y que solo se venden en aquel pozo de mangantes: Ducal y American Legend. ¿Ustedes conocen esas marcas? Pues aquí se fuman en cantidad respetable. Son cigarrillos fabricados en Grecia y Luxemburgo por empresas que se llaman Landewyck y Karelia, que en su casa las conocerán. Son más baratos, ya que no pagan impuestos. Y son ingresados en España a través de varios canales, por frontera y por mar. En La Línea de la Concepción no pocos correos viven de cruzar y traer cargamento incluso varias veces al día. El que coordina todo eso en una oficina en La Línea ni siquiera les da el dinero a los correos: tiene crédito ante el llanito y le paga cada mes. El transportador cobra una parte muy menor, y sobrevive así. Sorprendentemente, la alcaldesa de la población limítrofe con la colonia ha pedido que no se acose a estos individuos, puesto que su dinero supone garantía de estabilidad en economías particulares y generales, mostrando absoluta indiferencia ante el mucho dinero que deja de ingresar el Estado vía impuestos. O sea, veamos bien el contrabando y hagamos la vista gorda por muy delito que sea, ya que beneficia a algunos aunque perjudique a todos. Sorprendente visión la suya.
Para todos aquellos que se muestran comprensivos con la colonia británica de Gibraltar y para los inocentes que creen que tó er mundo es güeno, no estará de más ilustrarles con ejemplos como el presente. Gibraltar vive de todo tipo de irregularidades, de sociedades fantasmas, de contrabando, de evasiones fiscales, de tráfico ilegal; y, desgraciadamente, un pozo de ladrones suele perjudicar a quien convive pegado a él, que en este caso es España. Otrosí: el 40 por ciento del tabaco incautado por las autoridades en 2013 procede de Gibraltar, siendo solo el 12 por ciento la proporción en 2012. Crecimiento exponencial se llama. Sepa usted que al comprar tabaco de contrabando por muy poco menos que el regular, todo sea dicho está haciendo ricos a muchos piratas y está restando dinero al presupuesto de todos con el que luego le asisten a usted. Ya sé que eso no le va a importar a nadie, pero saberlo puede resultar conveniente.