La nueva Ley de Memoria Democrática, que pretende ser el partido de vuelta de la Guerra Civil
Ayer pasamos el día analizando los dos últimos regalos de Sánchez: los Presupuestos Demenciales del Estado y la Ley de Memoria Democrática. Si juntas las dos leyes, lo que te sale es una pintura negra de Goya, 'El aquelarre' o 'Duelo a garrotazos'.
Presupuestos: un desastre sustentado en un error y envuelto todo en una mentira. No es novedad que lo digan el Banco de España, la Airef y la OCDE... como lo han venido diciendo desde hace meses también el FMI, el Banco Central, Funcas, BBVA Research... A un lado tenemos a todas las instituciones y organismos nacionales e internacionales advirtiendo de que las cuentas públicas son una falacia y que las consecuencias de ello son un desastre... y al otro tenemos a 'Pedrito en el país de las maravillas' y al Tezanos de turno repitiendo poco menos aquello de ZP de que estamos «en la Champions» de la economía mundial pese a todo. Las cuentas parten de supuestos irreales, continúan con un derroche de gasto público inasumible y concluyen con unos objetivos de ingresos confiscatorios e inviables. Es decir: se olvidan de cómo está la economía de España, la más rezagada de Europa, para elevar el gasto como nunca con tal de que les voten los funcionarios, los pensionistas y los parados... y lo hacen con unos ingresos desmedidos que no proceden de la prosperidad económica, sino de aprovecharte de la inflación para ingresar más IVA y de fundir a impuestos a la clase trabajadora y a las pequeñas y medianas empresas.
Y si con la economía tenemos a un piloto que va con una venda en los ojos, sin luces y en dirección contraria, saltándose todos los controles… con la memoria ya nos hemos estrellado. Anteayer quedó definitivamente aprobada la nueva Ley de Memoria Democrática, que pretende ser el partido de vuelta de la Guerra Civil y se aprovecha de las víctimas del franquismo para, simplemente, reescribir la historia de la mano de Bildu. En 2002, hace 20 años ya, y con la unanimidad de todo el Congreso incluyendo a la derecha, ya se aprobó la condena de la Dictadura y el resarcimiento de todas las víctimas. Pero luego vino Zapatero a intentar resucitar las dos Españas, y ahora tenemos a Pedrito Largo Caballero y Corto Cerebro a rematar la jugada. No quieren culminar la Transición, que es la gran obra de reconciliación nacional que hicimos los españoles, rematando los últimos flecos para que nadie se quede atrás atrapado en su dolor. Algo que sería muy respetable. No: lo que quieren es derribar puentes, excavar trincheras y convertir a los mismos que se cargaron la República en 'Los Cazafascitas' del presente.
El PP ya ha anunciado que derogará ese engendro. Como tantos otros. Con Zapatero se amedrentó y la Ley de Memoria Histórica siguió vigente. Veremos qué pasa si ganan las elecciones cuando estas acaezcan. Pero la moraleja de esta pintura negra de Sánchez ya no nos la quita nadie: está pintando un país hundido y enfrentado. A brochazos, como el pintor de brocha gorda que es.