Para la historia heroica de la Cataluña que planean todos estos cuentistas, nadie tiene ganas de ser el primer héroe
«SÍ claro, que firme el Taboriler del Bruch !!!! ». Pero bueno, vamos a ver, ¿esto qué es? ¡Toda la vida soñando con dar el paso a la Arcadia Feliz y ahora va a resultar que nadie quiere pasar el primero! Queridos niños, atended a esta lección: nada se consigue sin heridas, rasguños, refriegas, esfuerzo o sacrificios. Las cosas deseadas con ansia durante generaciones no caen del cielo: hay que ir a por ellas, ser valientes y asumir un número determinado de bajas en la batalla. No importa: toda nueva sociedad sabrá crear un memorial de héroes, una estatua como la de Lincoln en alguna parte, un apeadero de padres de la patria lleno de bronces y piedras labradas, una llama permanente noche y día, giras constantes de escolares para conocer su historia reciente y nombres a destajo para bautizar aeropuertos, piscinas comunales, vertederos o teatros. Será un pelotazo pasear por las calles de Gerona, de Ripoll o de Solsona y poder seguir, nombre a nombre, la historia reciente de nuestra independencia: ¿y este quién era?, pues seguramente un funcionario que mangó el censo de Olot para que todos pudiéramos votar… ¿Y este otro?: el conductor de la fragoneta que llevó las urnas a Manlleu… ¿Y esta casa con una placa?: donde durmieron los chicos de la CUP antes de llenar de pintadas la sede de la Seguridad Social
de Vich. Jopetas, nen, Cataluña está llena de historia reciente, por lo visto mucho más interesante que el puñado de siglos en los que hemos convivido con esta murria de españoles, ¡quina maravella!
Sí, sí, eso puede ser así, pero chicos, no quiero ser cenizo: hacen falta héroes. Sin héroes no nos comemos una mierda. No digo gente que se queme a lo bonzo y esas cosas, no; digo gente que, al menos, firme los papeles, joder, que es que aquí se pone la gente a silbar y no firma ni dios. A ver, lo que se pide no es un Braveheart que se lance a caballo contra la Guardia Civil vestido de Pubilla Casas, entre otras cosas porque contra quien se tendría que lanzar es contra los Mossos, que son la policía judicial y la que tiene competencias contempladas por la odiosa Constitución que nos oprime; se pide gente que asuma que, después de firmar, si la cosa no se traduce en masas oceánicas desbordando el orden público aquí y allá creando una revolución imparable en todo «el Estat» (que me da que no), entienda que un fiscal le llamará a las ocho de la mañana y le citará frente a algún tribunal. Y le pedirá explicaciones, y solicitará inhabilitaciones y tal… y lo peor: pedirá que los jueces le multen con una pasta. ¡Con una pasta! De lo que se trata es de que firme tanta gente que, al menos, al que le pidan el pastizal no se le quede la cara de tonto pensando –como bien adelantó el conseller Baiget– que ir a la cárcel puede, ¡pero que te toquen el dinero ni hablar!
Pues, lamentablemente para la historia heroica de la Cataluña que planean todos estos cuentistas, no se aprecian carreras a codazos por ser el primero en firmar convocatorias, facturas, decretos y desafíos legales varios. Nadie tiene ganas de ser el primer héroe moderno de la nueva patria, del nuevo Estado. ¿Qué tal si «resucitamos» a Maciá o a Companys y les imitamos la firma? A ver, que no, coño, que alguien tiene que asumir la marronácea responsabilidad de la llamada a las urnas. Por cierto: ¿habéis comprado las urnas? Es que para eso hay que firmar un recibo también, president, y debería ser usted. Sí claro, ¿pero es que me habéis visto a mi cara de tonto? Oriol, haz el favor, firma ya cony, firma ya…