EL DÍA TENERIFE
La entrevista no es un género que le gusta practicar desde este lado de la trinchera, pero cuando le toca estar en el rol del entrevistado no rehúye las preguntas. Sabe que en ese intercambio de frases hay cuestiones que pueden llegar a incomodar, pero Carlos Herrera es "perro viejo" a la hora de usar la información y habla de manera distendida de la radio, de claves periodísticas, del callejón sin salida en el que se ha metido Pedro Sánchez... "Espero que las elecciones no me fastidien la Romería del Rocío", vaticina el comunicador almeriense.
¿Usted es consciente de que su voz mueve muchas reflexiones en las primeras horas de la mañana de este país?
(Permanece en silencio unas décimas de segundo apurando una calada del puro)... Me consta que hay mucha gente que tiene la deferencia de levantarse conmigo, lo cual me invita a un ejercicio de responsabilidad inusitado en una persona como yo, que he sido siempre un gran irresponsable... Saber que hay medio, un millón o dos, no sé cuántos españoles que cuando se levantan antes de orinar accionan su aparato de radio para escucharme sí que me hace saber que formo parte de la vida cotidiana de alguien. Eso crea una serie de responsabilidades y unos lazos afectivos inevitables.
¿El Carlos Herrera periodista es de los que planifican el día después de que suene el despertador o se deja sorprender?
Mi vida después de que suena el despertador es muy metódica. Yo me levanto a las 03:46, procedo a mis abluciones, después de las abluciones me hago una tortilla de jamón y seguidamente me voy a trabajar. Eso ocurre todos los días del año, no siendo alguno como el de hoy (por el pasado viernes) que me premian con la maravillosa excepcionalidad de venir a Tenerife. Mi vida, créame, es muy lineal.
¿Tiene la percepción de ser un "animal" radiofónico?
Me considero un animal... que hace radio. No (prende un encendedor y gira el puro hasta asegurarse de que ha cogido candela). Soy un periodista, regular, pero periodista, es decir, me interesa saber lo que pasa y contárselo a los demás. No obstante, antes de todo eso prima en mí un concurso de las formas, que es la radio hecha día a día. La radio no deja de ser un trabajo de orfebres, un creador de sonidos, un escultor de un mapa elemental de cotidianidad a través de sonidos para la gente. Combinar ambas funciones, la de animador-escultor de sonidos y la de informador es una labor que a mí me complace. Hay quien solo tiene una y hay quien solo tiene otra, pero en mi humilde modestia yo he pretendido casar las dos.
España vuelve a ser un país de transistores. Da la impresión de que la radio ha recuperado el protagonismo después de unos años de "coqueteo" con otros medios de comunicación que atraparon la curiosidad de la audiencia con unos formatos novedosos y los avances tecnológicos, ¿no?
En España a la prensa se la respeta y la televisión se sigue, pero a la radio se la quiere. Eso es algo que no ocurre en muchos países europeos donde la radio cumple un cometido más funcionarial, más automático e incluso más impersonal. El estado de gracia de la radio en España no ha sido alterado por las diferentes acometidas de otros medios de comunicación. Cuando nació la televisión íbamos a morir, pero no morimos. Cuando nació la televisión matinal íbamos a volver a morir, pero tampoco llegamos a morir. Cuando llegó la red nos dieron otra vez por muertos, pero seguimos vivos... Ahora que se han inventado mil sistemas de comunicación alternativos a través de las redes sociales también nos habían liquidado y aquí seguimos... La radio se ha ido subiendo a la chepa de cada uno de esos sistemas de comunicación y se reafirmó como el método más querido por los españoles para informarse, para entretenerse y, sobre todo, para lo mejor: la radio es el mejor canal de comunicación a la hora de transmitir emociones.
¿El más independiente?
Pues igual que todos... Usted es igual de independiente que yo... Bueno, usted trabaja en El Día y eso da un plus de independencia. Lo que le acabo de decir lo puede usted reflejar como se lo estoy contando... Es más, por favor, se lo suplico que lo refleje así... En este oficio todos somos lo independientes que podamos o queramos ser. Mire (silencio)... Una noticia nunca se negocia, pero sí que podemos negociar cómo queremos vender esa noticia, que es una forma de dar a entender que la noticia es la noticia. La noticia hay que darla, pero, hombre, podemos buscar una fórmula para que a todos los interesados les haga el menor daño posible. Eso, que es algo muy elemental, es lo que hace que los medios sean independientes... Yo me siento muy independiente porque, créame, yo digo lo que quiero decir sabiendo dónde trabajo y quién me da de comer. Supongo que como usted, como esa señora que tenemos enfrente o aquel señor (sentencia, mientras marca con su mirada algunos clientes del hotel Mencey).
¿Pero ni siquiera cuando vinieron mal dadas o, incluso, cuando la amenaza terrorista golpeó su vida, no se planteó claudicar?
Es indudable que la debilidad humana te lleva a flaquear, pero no es menos cierto que en la vida a veces tienes una, dos o ninguna oportunidad de reafirmarte como ser humano. De reafirmarte como a ti más te interese: como patriota, como español, como periodista, como católico, como bético, como lo que usted quiera reafirmarse... La vida no te da muchas oportunidades. A mí me dio la oportunidad de reafirmarme en ese instante y evidentemente yo me pude ir para dedicarme al cultivo de la papa negra o continuar perseverando en lo que estaba haciendo. Yo seguí perseverando. No me arrepiento de ello. Estoy feliz, vivo, hablando con usted, en un lugar maravilloso como es Tenerife, al lado de mi sobrina-nieta y de mi prometida. Aparte de eso, créame, no necesito muchas cosas más.
¿El periodismo está en crisis o esta supuesta deriva es fruto de la decadencia del modelo social y económico?
Yo no creo que el periodismo esté en crisis... Analice usted el número de portales de internet, el número de periódicos que se editan en este país, el número de radios, que cada día somos más, el número de televisiones... Toda esa maquinaria hace necesaria la presencia de periodistas o de animadores sociales. Es bueno diferenciar el periodismo de lo que no es periodismo. De cualquier manera, si es verdad que el periodismo está atravesando esa crisis que usted apunta, esta es una crisis que ya dura unos cuantos años porque esto funciona así desde que yo lo conozco. Esta debe ser una crisis parecida a la del teatro. Yo no creo que el periodismo esté en un ciclo delicado, pero es evidente que no todo lo que surge y fluye es flor pristina de la calidad. En este oficio hay mucha basura, pero yo no me siento capacitado para juzgarla; tampoco estoy legitimado para adjudicar a cada uno el papel que le corresponde. Prefiero pensar y decir que si en estos momentos el periodismo está en crisis es porque él quiere, no por otra cosa.
Dice que el periodismo no ha cambiado en exceso desde que usted lo conoce, pero el "atrezzo", la utillería de informar, ha experimentado una gran metamorfosis en los últimos años, ¿No cree que la información se ha deshumanizado; que se vende cruda?
No... El periodismo lo que ha hecho es profesionalizarse, pero sigue habiendo una serie de cuatreros que se las dan de periodistas y que no siguen ningún elemental cuidado de la noticia. Ni la contrastan, ni la evalúan, ni la sopesan, ni la enfrían, ni la redactan, sino que la sueltan de cualquier manera porque tienen la necesidad de rellenar una página en blanco sea como sea. Por eso escriben lo primero que se les ocurre con la cuartada de la libertad de expresión. Eso los periodistas lo tenemos que denunciar. En este país existe una cantidad de "outsiders" metidos a periodistas que a mí particularmente me parece que son una pequeña basura; una pequeña basura edulcorada...
¿Ese descrédito que se le atribuye a este oficio guarda alguna conexión con el auge de los tertulianos?
El contertulio generalmente es una persona bien informada que establece algunas guías de opinión y análisis que pueden servirle al oyente y, sobre todo, realiza una puesta en escena que puede ser más o menos interesante... El contertulio no deja de ser un periodista bien informado que puede aportar unas claves sin las cuales el oyente recibe una información sin más. Quiénes, por qué, cuándo, cómo, qué parece, qué no parece... Yo necesito esa información, pero también es bueno que alguien me aporte unas claves. Luego yo, que soy una persona adulta, sabré con qué quedarme o no quedarme. Esa banalización de los contertulios, que a veces parece que da igual hablar de los tigres leonados del Asia Menor que del berberecho de la Bahía de Cádiz, tampoco es tan cierta. Normalmente suele ser una crítica fácil e injusta.
¿España es un país bien informado?
Yo creo que la amplia gama de las posibilidades de información que tienen los ciudadanos están cubiertas. Si alguien tuviera dudas de que en el ámbito radiofónico, televisivo y el referido a la prensa escrita de este país no estuviera cubierto todo el espectro que la sociedad reclama, la incorporación de los medios digitales y de algo tan abierto como las redes sociales, que no dejan de ser una pradera informativa sin límites, aportan unos contenidos de análisis relativamente fiables. Una cosa es que un país carezca de datos para analizar determinados asuntos, que yo creo que sí los tiene, y otra cosa es que esos datos se han servido de forma inadecuada. Yo sigo confiando en la mayoría de edad del ciudadano español... Cada uno sabe la fuente a la que tiene que acudir para informarse. Si también tenemos que sacarle un carnet al oyente para saber si está bien o mal informado entonces estamos en otros métodos que no son los que yo considero más oportunos.
¿Y cuál es su análisis del panorama que se ha creado a raíz de que el rey haya encargado la tarea de formar gobierno a Pedro Sánchez?
¿Cuánto tiempo me da?
¿Pero no le ha sorprendido las negativas de Rajoy, o visto desde la otra perspectiva, no le parece extraño los niveles de gallardía de Sánchez?
¿Si usted no tiene chica para bailar en el baile, va al baile? Lo que intento explicarle es que es altamente improbable que consiga el sí de una chica que ya está comprometida. Rajoy ha pasado la palabra, o la bola o lo que usted quiera a su enemigo... Pedro Sánchez se ha tirado de cabeza a la piscina creyendo que puede pactar por la derecha y por la izquierda. A la derecha no puede porque necesita al Partido Popular y su abstención, a no ser que esta derecha boba española, acomplejada permanentemente, se deje presionar por esas llamadas al sentido de Estado y etcétera, etcétera y le consagren presidente, que no creo que pase. Por lo tanto, tendrá que mirar a la izquierda. Pero es que mirando a la izquierda las matemáticas no le acompañan... En realidad Sánchez solo tiene 90 escaños, no tiene más, y pactar con Podemos crea una división en su partido notabilísima y, además, supone para este país un riesgo que no está en su mejor momento para asumir. Así que yo creo que el escenario de nuevas elecciones al cabo de uno o dos meses no es evitable. A no ser que de repente caiga del caballo, cual Saulo, y entienda que no le queda otro remedio que apoyar a un gobierno de concentración y de estabilidad, cosa que va a ser muy difícil porque ha dicho muchas veces que no de forma desconsiderada y maleducada... Estamos ante un nuevo proceso electoral, aunque espero que las elecciones no me fastidien la Romería del Rocío.
¿En el momento de contar a sus oyentes otro caso de corrupción no tiene la sensación de ser ese cuentista que entretiene a los niños antes de irse a la cama, muchas veces narrando el mismo relato?
Sí, pero ahí también existe una postura de supuesta característica inmaculada del oyente. Oímos casos de corrupción porque la vida es corrupta. El ser humano es corrupto y en la política, al igual que en todas las esferas sociales, está la corrupción. Dejarnos sorprender con el destape de esas corruptelas no es lo más importante; lo realmente decisivo es que el Estado disponga de unos recursos rápidos y eficaces para que la fiscalía las descubra, la justicia las persiga y los partidos reaccionen... Ese choriceo es algo inherente a la condición humana; somos seres débiles y muy corruptibles. ¿O es que no hay corrupción en la empresa privada, en las relaciones personales entre individuos que no hacen factura con IVA, en la hostelería, el periodismo o la abogacía...?
¿Cree que se podrán desactivar los intereses separatistas de los gobernantes catalanes?
Mire, yo me he criado en Cataluña y siempre viví en una Cataluña en la que un 20 por ciento de la ciudadanía era independentista. Algo desagradable porque el independentista tiende a hacer del desagrado una pilar básico de la exposición de su vida... Con motivo de la crisis, de manera oportunista, alguien aprovechó para decir que esa catástrofe económica se había producido porque Cataluña no era independiente y eso se lo creyeron unos cuantos catalanes. La proporción aún no es mayoritaria, pero sí sonora. Es más, muchos de los que están jugando estos días al independentismo los quisiera ver yo votando afirmativamente esa independencia sabiendo lo que conlleva dar ese paso... La soberanía no es troceable y Cataluña también es mía, suya y de todos los españoles. Por eso no quiero que me quiten nada sin que me pregunten. ¡Hombre, como mínimo que me lo consulten! El catalán es muy conservador en sus ámbitos más elementales y cuando ve determinados peligros que no controla y que tampoco contempla deja de ser más independentista de lo que realmente parece. ¡Toca esperar!