ABC
- Después del descanso estival, ¿qué novedades trae «Herrera en la Onda» para el nuevo curso»?
- El programa es el mismo: seguimos con las tertulias infantiles, los colaboradores de siempre y la hora del oyente. El único cambio significativo es la incorporación de Nicolás Redondo Terreros como contertulio y el espacio que le vamos a dedicar a la vida política, que este año será mayor debido al panorama que se nos avecina.
- Se le ve poco afín a los cambios.
- La radio no es un medio de giros drásticos y a corto plazo. La radio es como un barco y los cambios de rumbo nunca son buenos; todo lo contrario de lo que pasa en televisión, que es como un F-18 donde si el piloto comete un error de milímetros le puede costar la vida. A mí, siempre me han gustado más los cruceros que los viajes en avión.
- Se le ve muy seguro de no fondear en televisión.
- Precisamente, este año estoy colaborando con el programa de Javier González Ferrari en Antena 3, «La respuesta». Eso cubre ampliamente mi dosis televisiva. Cosas así suceden cuando uno está casado con la radio, puede tener escarceos con otro medio, pero su cabeza y su corazón están con las ondas. Por otro lado, me siento más seguro ante un micrófono que delante de una cámara.
- ¿Le ha afectado la entrada de Planeta en el accionariado de Onda Cero?
- No demasiado. Los movimientos sísmicos en las empresas, cuando llegan a las trincheras se convierten en pequeñas sondas. Un viejo grupo amigo se ha hecho cargo del timón de Onda Cero y Antena 3 y a nosotros nos ha tocado al mando Javier González Ferrari, cosa de la que me congratulo. En esta nueva etapa, mi objetivo es darle mayores alegrías a la empresa para que facture más ingresos: lo que es bueno para ellos, es bueno para nosotros.
- Ha mencionado a Antena 3, ¿qué opina de los cambios que se están llevando a cabo en la cadena?
- No los he analizado mucho, la verdad. Tengo entendido que los principales cambios han sido estructurales e imagino que necesarios, pero me falta criterio para opinar. En cuanto a las modificaciones coyunturales, que afectan a la programación, son como los melones: puedes hacer todo tipo de componendas pero, al final, hasta que no lo pruebas no sabes si la elección ha sido la acertada.
- Todas las emisoras están presentando sus cambios para la temporada. ¿Cómo valora suoferta?
- He seguido estos cambios moderadamente, ya que no quiero que me condicione lo que vayan a hacer los demás: prefiero seguir mis propias ideas y que la competencia haga lo que crea oportuno, que seguro que lo hace muy bien. Lo de vigilar a las otras cadenas lo hago más en vacaciones, pero para ver lo bien que lo hacen.
- «La mañana» en COPE, «Buenos Días» en RNE. ¿No ambiciona volver a la franja de su compañero Luis del Olmo?
- ¿Y levantarme a las cinco de la mañana? No, no, no. En absoluto, es cierto que lo he hecho muchos años pero ahora estoy bastante encantado con el horario de emisión de 16.00 a 20.00 horas que tengo en Onda Cero.
- ¿Cómo cambia la forma de hacer radio de una franja a otra?
- Son radicalmente distintas. A las cuatro de la tarde estar muy pegado a la actualidad es un serio problema, ya que ha sido peinada por la mañana y machacada a mediodía. En la sobremesa tienes que dedicarle más tiempo al entretenimiento, a la reflexión pausada... En lo que se refiere a la audiencia, la de la tarde es más masculina que la de la mañana.
- ¿Le molesta que se ponga en tela de juicio los sueldos de las estrellas radiofónicas?
-La estrella de la radio cobra por lo que produce. En primer lugar, se levanta a las cinco de la mañana y si gana diez es porque genera mil.