Carlos Herrera, el pasado martes en el Hotel Palacio Guendulain.
“Hay días que me despierto a las cuatro de la mañana, pero sigo durmiendo”. Así es la nueva vida de Carlos Herrera, sin madrugones. “Aquí me tiene usted, de jubilado. Es la primera vez en mi vida que estoy pasando un mes de mayo sin trabajar”, señalaba el pasado martes en Pamplona, horas antes de comparecer en el Teatro Gayarre junto al escritor Mario Vargas Llosa en un acto organizado por el Think Tank Civismo. Desde el pasado 27 de marzo, día en que se despidió de sus oyentes de Onda Cero tras quince años de Herrera en la onda, el locutor almeriense insiste en que está contemplando varias posibilidades sobre su futuro laboral tras ser rápidamente sustituido por Carlos Alsina y Juan Ramón Lucas en las mañanas de Onda Cero. Aunque se da por hecho su fichaje por la COPE, cadena a la que se incorporaría el próximo mes de septiembre, Herrera desmiente tajantemente todas las informaciones que se han publicado al respecto: “No hay ningún preacuerdo absolutamente con nadie. Solamente tengo acuerdos conmigo mismo, y no siempre me pongo de acuerdo”, responde. Mientras tanto juega al despiste con un hipotético futuro laboral en California (Estados Unidos), pero deja claro que quiere seguir viviendo en Sevilla.
¿Cómo está viviendo estas mañanas, ahora que ya no las pasa delante del micrófono?
Llevo vida de jubilado... Una vida gloriosa, cenando ayer (por el lunes) en el restaurante Europa... Será una vida más noctámbula que antes. Anoche, por ejemplo, me di un paseo por Pamplona. Estaba yo solo, no había nadie en la calle. Me reencontré con el viejo placer del paseo nocturno en solitario. Fue rejuvenecer. A pesar de mi aspecto aniñado, tengo ya una edad... Todo ha sucedido muy rápido.
¿Se ha visto obligado a despedirse de sus oyentes de Onda Cero antes de lo previsto?
Tengo poco que añadir a lo que les expliqué en su momento a los oyentes (se refiere a su despedida de Herrera en la onda del pasado 27de marzo). Para mí terminaba un ciclo, y lo único que hicimos fue buscar el momento en que era más interesante para todos el poder irme. Ellos me solicitaron adelantarlo un poco, cosa que me pareció muy razonable. Lo hice y aquí me tiene usted, de jubilado, por las calles.
¿Pero lo propio no hubiese sido acabar en Onda Cero el mismo día en que finalizaba su contrato, el 30 de junio?
Bueno, pero si se acuerda lo contrario, tampoco creo que ello cause un gran desequilibrio en el orden mundial.
Estamos hablando de cientos de miles de oyentes que estaban habituados a despertarse con la voz de Carlos Herrera. ¿Le están haciendo ver que le echan en falta?
Sí, he recibido mensajes muy cariñosos y también me inquieren por la calle. Me preguntan, me muestran afecto.... Pero hay tiempo para todo y para todos, y quienes hacen ahora la mañana en Onda Cero (Carlos Alsina y Juan Ramón Lucas) lo hacen magníficamente bien. Yo les escucho. Son muy buenos.
En la COPE ya se han puesto manos a la obra, nunca mejor dicho, para reformar el estudio de Sevilla de cara a la nueva etapa con Carlos Herrera.
No crea usted todo lo que está leyendo. Yo, a través de lo que leo, me voy enterando de cosas que no sabía. Por ejemplo, me entero de lo que supuestamente me ha ofrecido la COPE...
¿Seis millones de euros?
Qué barbaridad, no, no. Eso solo se lo confesaría a mi confesor y al señor Montoro. COPE me hizo una oferta hace un tiempo y yo la estoy estudiando. Pero déjeme que pase el mes de mayo, el Rocío, el Corpus, el Camino de Santiago... Y después ya veremos.
Pero sí que están en la fase del preacuerdo...
Yo estoy en la fase de estudio de alternativas. Hay alguna otra alternativa que también acaricio.
Entonces, ¿no están haciendo obras en el estudio de Sevilla?
No haga usted caso. La prensa digital demuestra una capacidad de fantasía ilimitada.
Pero de momento en la COPE ya se dan por enterados de que usted no firma un contrato por menos de 6 millones de euros.
Si alguien me los quiere ofrecer yo estaré encantado de aceptarlos (se ríe), pero desgraciadamente creo que no me los va a ofrecer nadie. En la radio, las grandes figuras de los ochenta y de los noventa realmente cobraban mucho dinero. Cobraban porque generaban mucho. En aquellos años, la presencia de una gran figura en una cadena de radio suponía un ingreso tan extraordinario por el número de oyentes que garantizaban, que lo de menos era el hecho de que cobraran 3, 4, 5 o 6 millones de euros, porque garantizaban 20 o 30.
¿Quién es más oneroso para una empresa, quien cobra 6 millones pero garantiza 30, o quien no garantiza nada y cobra 10.000?
Ahora las cifras han cambiado mucho porque la inversión publicitaria es mucho menor, pero a mí me han pagado bien.
En el momento actual que vive la radio, ¿qué se considera pagar bien?
Yo siempre he trabajado en función de la cuenta de resultados. Es decir, yo gano si mi empresa gana. Si mi empresa no gana, me quedo con un sueldo razonable, como el de todos. Pero si yo garantizo un ingreso de equis cantidad, yo tengo acceso a una proporción de esa cantidad. Tengo confianza en mi trabajo y espero que allá adonde vaya yo pueda seguir proporcionando beneficios al empresario que me contrata.
Y ahora que está usted tan tranquilo, ¿no ha sentido la tentación de dejarlo todo?
Esa es, efectivamente, una de las posibilidades que contemplo. Quiero decir, apartarme de la primera línea de fuego, porque llevo muchos años en la trinchera.
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