COPE

El filósofo y escritor denuncia que El País "es un artefacto que sirve al Gobierno y a los separatistas e izquierdistas" y sobre su cese,  su "contraste de opiniones con el resto del periódico era excesivamente patente. Y se acabó"

Fernando Savater, filósofo y escritor, llevaba medio siglo escribiendo para el diario 'El País'. Hace unas horas, ha sido despedido. Justifican desde este medio de comunicación que su marcha forzada se produce por las últimas críticas de Savater a la cabecera.

Entre otras cuestiones, Savater ha denunciado en 'Herrera en COPE' que este periódico "tiene una línea gubernamental exagerada. Es un artefacto que sirve al Gobierno y a los separatistas e izquierdistas. He escrito contra eso y, en muchas ocasiones, mi columna era lo que desmentía el resto del periódico. Esto quizás asustaba". También ha explicado cómo fue la conversación que mantuvo con Pepa Bueno, directora de El País.

Asegura que fue una charla correcta y que había que aceptar la decisión: "Ella me transmitió una conclusión a la que había llegado la administración del periódico", relata a Carlos Herrera.

Sobre este asunto, prosigue indicando que "mis columnas las escribo yo, no los demás. Es responsabilidad mía. Ha habido un momento en el que han decidido que, a pesar de que formaba yo del paisaje de El País... mi contraste de opiniones con el resto del periódico eran excesivamente patentes. Y se acabó".

 El escritor, por otro lado, reivindica en COPE que siempre ha sido fiel a sus lectores. "De hecho, como había sido un defensor de la alegría y un hedonista decidido, cuando murió mi mujer.... me vi obligado a explicar lo que era la tristeza. Creía que era una obligación con mis lectores. Les hablé con sinceridad de la tristeza. Siempre he procurado, en mis colaboraciones en el periódico, ilustrar".

Por ello, considera que "en una columna del periódico tienes la obligación social de educar estéticamente al lector e ir cambiando. Hoy se llama socialismo a una cosa que no es socialismo en la época de Felipe González. Y eso hay que decirlo".

Pedro Sánchez

De una forma o de otra, en palabras de Savater, cree que "ha quedado claro lo que pienso de lo que fue, en su comienzo, Pedro Sánchez. De hecho, la opinión mala que yo tengo de Sánchez, era tan mala como la que tenían los socialistas. Son cosas que creo que, en un país donde hay libertad de expresión y pensamiento, uno puede decir esas cosas. No estamos en un sitio donde haya que esconderse".

Savater presenta su biografía llamada 'Carne gobernada' en 'Herrera en COPE'

En 'Herrera en COPE', también ha presentado su libro. Explica que no le asusta la inteligencia artificial, pero sí la estupidez natural. Asegura que es "más peligrosa. Siempre que hay algo que aumenta el poder humano, también incrementa sus riesgos. Darnos más fuerza es darnos más peligro. Pero no soy de los catastrofistas. Lo que sí sé es que la estupidez está ahí y seguirá estando muchos siglos".

"Soy viejo desde hace bastante tiempo. Pero, por otra parte, todavía tengo pasiones y tengo mis furores intelectuales, físicos. Eso es el contraste precisamente entre lo que uno tiene de deseo de vivir y pasiones. Y las limitaciones físicas evidentes. Eso es un poco la vejez", reflexiona en los micrófonos de 'Herrera en COPE'.

Savater reivindica el amor romántico en 'Carne gobernada'. "Hay miedo a la soledad. Pero el amor, como tal, es romántico. Es un sentimiento que te eleva".

Fernando Savater

El filósofo, por otra parte, ha explicado que no se avergüenza de dedicarse a la docencia. Ha querido transmitir su pasión a la filosofía, que "no es algo de llevarse a casa, sino de crearse más preguntas".

Savater, como el feminismo actual: "Me resulta poco atractivo en los aspectos ideológicos"

¿El pensamiento debe ser siempre crítico? Dice Savater, respondiendo a este asunto, que "el pensamiento es una selva y uno sabe si se va a encontrar una fiera".

Sobre la calificación de 'progre de carril' que tiene por parte de algunas personas/sectores, dice que todo lo que ha cambiado intelectualmente, lo ha cambiado de golpe "como los cambios de opinión de nuestro presidente. El libro es una explicación de por qué he cambiado una serie de cosas que yo tenía por seguras".

Además, también ha querido pronunciarse sobre cómo entiende el feminismo actual. "Bajo el rulo de feminismo hay muchas posturas diferentes. En mi casa había reuniones feministas en su época. Era distinto. Y hoy mismo hay mujeres feministas, de hace muchos años, que no entienden lo que se vende como feminismo hoy. Me resulta poco atractivo en los aspectos ideológicos. En cuanto trata de convertirse en una refutación del hombre".

¿Sus verdaderos enemigos políticos son los separatistas? "Son de España. Pero yo creo que el separatismo, desde el XIX con el carlismo, una mentalidad arraigada, es el enemigo de una democracia liberal", responde.

Cuando la izquierda se acercó a movimientos reaccionarios como los separatismos, dice el filósofo que ver cómo se portaba la izquierda ante el separatismo en el País Vasco me permitió entender todo con claridad. Radicalmente, se me pasó el antifranquismo permanente que tenía.

Por último, reflexiona sobre el motivo por el que la izquierda goza de buena fama pese a sus fracasos históricos. Asegura que si "eres fascista tienes que dar explicaciones. Parece que es una cosa que no puedes estar orgulloso y contento".

El autor de clásicos como Ética para Amador y Política para Amador nos delita con su biografía intelectual. El filósofo narra el viaje político desde su izquierdismo juvenil hasta un constitucionalismo ilustrado de derechas.

Un Fernando Savater más libre e iconoclasta que nunca. Carne gobernada es posiblemente su obra más personal donde a través de un viaje por sus vivencias, reflexiona sobre la política actual, el deseo y la sensualidad en la madurez. Además de explicar cómo los acontecimientos recientes han motivado su cambio ideológico y criticar la clara decadencia política y cultura del Occidente, lanza un dardo al periódico en que siempre ha escrito, El País, y un alegato a favor de la libertad sexual de los mayores.

Con un tono narrativo y un lenguaje cercano lleva al lector por una travesía que agitará conciencias y levantará polémicas.