El padre de Julen, José Roselló, afirmó ayer a los periodistas que, aunque están rotos por la situación, él y su mujer tienen la "esperanza" de que cuentan con "un ángel" que va a ayudar a que su hijo "salga vivo". Roselló aseguró que tanto él como su esposa, Victoria -que perdieron a su otro hijo, Óliver, en 2017 cuando Julen era un bebé- se encuentran "muertos" debido a la espera de noticias después de tres días de búsqueda que parecen "meses", aunque les da fuerza saber que van a encontrarlo "con vida". "Que esto no decaiga hasta que podamos sacar a mi hijo con vida de ahí, por favor", ha suplicado Roselló, quien ha agradecido a la prensa el seguimiento, así como el apoyo de empresas nacionales e internacionales en las tareas de rescate de Julen, que en las últimas horas han aportado maquinaria que, "por desgracia, no teníamos desde un primer momento".
Fuentes de la Consejería de Empleo han señalado a Efe que la Junta no tramitó ningún permiso para excavar el pozo en el que cayó el menor y que en ningún departamento del gobierno andaluz consta que se solicitasen los permisos necesarios. Hacer prospecciones en busca de agua y excavar un pozo similar al de Totalán requiere el permiso de Minas, que exige antes un proyecto específico hecho por un ingeniero, tener director de obra y seguro y sellarlo al acabar, según personal especializado de la Dirección General de Minas consultado por Efe.
Por su parte, Antonio Sánchez, el empresario que abrió el pozo, aseguró a Efe que selló el orificio, "pero aquello lo han modificado después", e indicó que ésta es la información que ha facilitado a la Guardia Civil. El pocero está convencido de que su proceder ha sido correcto y ha afirmado que no quiere ningún abogado "y que venga lo que sea".
Miguel Ángel Nevado, técnico en evacuación de agua y conducciones que se ofreció a ayudar al dispositivo ver que no había avances, explicó a los periodistas que los bomberos y guardias civiles que participan en las tareas "son padres y lo viven como algo personal, sin descanso, con barba de tres días". Así, reciben las llamadas de sus parejas para ver cuándo van a volver a casa, y les dicen por teléfono: "no me esperes esta noche que no voy".
