Además de periodista todoterreno, biógrafo de folclóricas y amante de la copla, Carlos Herrera es un gourmet a la andaluza; un devoto del aceite de oliva, el vino de Sanlúcar y el buen jamón. Tanto le gusta lo ibérico que ha decidido embotellar su vino y su aceite y criar sus propios cerdos. El resultado son unas castizas delicatessen bautizadas con el nombre de La alacena de Carlos Herrera. Las presentó en Barcelona, en el selecto Club Hombre Loewe.

«Cuando escucho ‘Y sin embargo te quiero’, lo que menos me interesa es con quién se acuesta su intérprete», asegura el locutor

–¿Se ha metido a chacinero?
–Empecé con un grupo de amigos, haciendo nuestro propio vino. Después quisimos diseñar nuestro aceite. Y luego, como nos gusta completar la tercera pata del taburete, criamos nuestros cerditos.

–¿Personalmente?
–Hombre, no le voy a decir que estoy al lado de cada cerdo dándole de comer, pero casi casi. Luego, hemos ido completando una gama de productos cuyo lema es: lo mejor de lo bueno. A mí me encantaría que toda España bebiera mi vino y comiera mi jamón, pero reconozco que no estoy buscando un comercio de masas, sino realizar una apuesta por la calidad.

–Dicen que el vino suele parecerse a su dueño…
–Mi vino es un vino de Sanlúcar de Barrameda, que no es el pueblo en el que he nacido, pero es en el que me gustaría morir.

–¿Y no en Sevilla?
–Entre Sevilla y Sanlúcar. Es que ambos son una misma cosa unida por un río. Son dos vecinos de una misma calle –la calle es el río– que se asoman a la misma ventana y se saludan todos los días. Sanlúcar es el lugar en el mundo, el que uno ve, elige y se emociona con él. El vino, más que a mí, se parece a Sanlúcar. Es un vino generoso, una manzanilla.

A ciegas

–¿Distinguiría su propio jamón en una cata ciega?
–Hombre, eso es como si le diera la mano a alguien con los ojos cerrados y supiera quién es. Si es de mi familia, a lo mejor sí. Yo lo que sé decir es si el jamón es bueno o no.

–Muy andaluz, muy andaluz, pero se casó con una navarra.
–Sí, pero mi mujer es madre de dos andaluces, que ya tienen trece y once años, así que está muy hecha a la realidad de mi tierra.

–Alguna vez ha definido su primer encuentro con Mariló Montero como un muletazo mutuo.
–En términos taurinos, el primer muletazo te dice si el toro tiene ganas de embestir y promete una buena faena. Los dos nos pusimos la muleta y los dos embestimos… Y la faena todavía dura. Llevamos ya 15 años juntos.

–¿El secreto?
–No lo sé. Supongo que decidir que lo que has encontrado es lo mejor y aprovecharlo.

–¿Por qué quiso escribir la biografía de Carmen Sevilla?
–En principio fue un encargo. Nos pusimos de acuerdo y lo hicimos. Con lentitud, porque ha sido difícil cuadrar las agendas de ambos, pero ahí está el resultado.

–¿Ha aprendido algo nuevo sobre ella?
–Primero, que es una de las grandes estrellas de la historia de nuestra escena. Es una persona de buen corazón, que no quiere hacer daño a nadie y con un extraordinario sentido de la fidelidad, de la lealtad. Y eso no es poco en los tiempos que corren.

–¿Y ese lado oscuro del que hablan?
–Nada, nada. Son ganas de entrar en el mercado del cotilleo, que está muy bien pagado. Son ganas de sacar dinero a cuenta de otros. Hoy día no hay límites, y sí dinero fresco y gente con ganas de ganarlo y gente con ganas de pagarlo. Luego estamos los que no entramos en ese negocio.

–¿Qué opina de ‘El Junco’?
–Más de lo mismo. Las biografías de los mitos y las leyendas están llamadas a ser completadas siempre. Pero aquello que esas personas mantuvieron en prudente reserva ventilarlo al cabo de los años me parece bien siempre que sea por puro interés biográfico. Cuando es por un interés meramente mercantil, es decir, por ganar dinero, resulta mezquino.

–¿Tenemos derecho a saberlo todo sobre un famoso?
–Yo creo que no. Pero aquello que podamos saber, que al menos no llegue por esos caminos.

–Hace poco escribió a favor de David Bisbal. ¿Por qué será que ahora se le critica más?
–Porque en este país siempre hemos tenido mucho interés en conocer el lado oscuro de la luna, cuando luego te das cuenta de que el lado oscuro de la luna no sirve para nada. Por eso es oscuro normalmente. Y bueno, porque hay una necesidad elemental de tirar de la chaqueta a los que ascienden y eso responde a la condición humana.

Rumorología

–Dicen que van a salir muchas folclóricas del armario. ¿Habrá un terremoto?
–No creo. Y en todo caso, que cada cual haga lo que considere oportuno. La llave de los armarios la tiene cada uno y cada uno con su llave debe hacer lo que quiera: cerrar, abrir, salir o entrar. Son decisiones de personas adultas. En todo caso, esa información me parece un tanto inverosímil. Pero, si es así, bienvenida sea.

–Siempre se ha comentado que hay mucha homosexualidad en el mundo de la copla.
–Siempre se ha dicho. Pero insisto, a mí me importa muy poco con quién se acuesta cada uno cuando he escuchado una copla o una canción vibrantemente interpretada. Cuando yo escucho ‘Y sin embargo te quiero’ o ‘Te lo juro yo’, lo que menos me interesa es con quién se acuesta quien lo canta.

–Cambiando de tercio: ¿Le gusta David Beckham?
–Me parece un jugador de fútbol monumental, un tipo muy educado, bastante prudente, espantosamente rico, elegante y enormemente afortunado. Le tengo toda la envidia del mundo.

–¿También le envidia por Victoria, su mujer?
–Sí, a mí me parece atractiva.

–Si continúa en España, igual acaba cantando copla.
–Je, je… No la veo yo con bata de cola.

La Verdad.es
Texto: Arantza Furundarena
Foto: Vicens Giménez