COPE
Gervasio Sánchez es fotoperiodista especializado en conflictos armados, acaba de regresar de Colombia, hace 25 años estuvo en la guerra de Bosnia Herzegovina.
25 años después las heridas siguen abiertas sobre todo en Bosnia, "las comunidades que rompieron los puentes de convivencia todavía no se han reconstruido, que existe una situación generada por la corrupción y por la pasividad de la Unión Europea y todo este desastre que comenzó hace un cuarto de siglo se mantiene porque las guerras no se acaban cuando Wikipedia dice, la guerra de Bosnia no acabó el 14 de diciembre de 1995 porque se firmó un Tratado en Dayton, bajo el paraguas de EE.UU., se acabará el día que las consecuencias se superen".
Gervasio Sánchez va cada año a Bosnia, a Srebrenica, estando presente en la ceremonia que cada año se repite el 11 de julio en el que se entierran todos los cuerpos identificados el año anterior, se siguen identificando cadáveres, de una guerra que dejó miles de muertos.
En Sarajevo la imagen de la crueldad máxima eran los disparos de los francotiradores, "hicieron un trabajo muy efectivo, era terror psicológico, incluso los periodistas que estábamos allí y pasábamos muchas horas en la calle, teníamos que tener mucha precaución porque nunca sabías en que calle estaban. Una de las veces que volví a Sarajevo en 2008 fotografié los mismos lugares que había fotografiado durante la guerra, ya en color con los mismos encuadres y me di cuenta de que estaba vivo era de milagro porque aún siendo muy prudente había cometido errores y cualquier francotirador me podía haber matado" recuerda Gervasio Sánchez que describe la avenida de los francotiradores como, "una avenida que era muy larga, su parte más dura, más violenta sumaba dos kilómetros, era un suicidio pasar por allí, andando casi nadie pasaba y en coche había que pasar a una gran velocidad, era estúpido pasar por allí. Pero al margen de los francotiradores también había muertos por bombardeos continuos y permanentes, algunos días de una intensidad que se podían alcanzar 3.000 proyectiles al día. Sarajevo era de una fragilidad, la ciudad estuvo sitiada tres años y los chicos y las chicas iban a los colegios a estudiar, y veías a chicos y chicas muertos mientras iban a sus clases".
"El cerco de Sarajevo fue extremadamente salvaje en todos los sentidos, la Comunidad Europea no estuvo a la altura de las circunstancias, fracasó una vez más, era una guerra contra civiles, se estaba aplicando una limpieza colectiva, violaciones de niños y niñas, violaciones de todos los derechos humanos y los dirigentes de todos los países, todos conservadores y liberales, miraron para otro lado; los ciudadanos medios perdieron de 15 a 18 kilos porque los alimentos eran muy caros, la gente se dejó los ahorros de su vida para comprar en el mercado negro y la ayuda era muy poca. Hace 25 años falló Europa y sigue fallando con los refugiados estamos ante una Europa potente y áspera políticamente y poco atractiva a la hora de ser valiente" denuncia el fotoperiodista.
¿Sarajevo ha conseguido reconstruirse?
"Se ha reconstruido físicamente la ciudad, se reconstruyen los edificios, se pintan las paredes,...,eso es fácil, pero el problema grave es rehabilitar la mente de las personas, el dolor que queda incrustado en las mentes de las personas, de los niños que sufrieron muchísimo y no ha habido especialistas para curarlos. Si no se rehabilitan las mentes y no se restablece la paz".
