16 de febrero de 2022 |
El difícil dilema de Pablo Casado
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"¿Ha sido buen negocio convocar elecciones Castilla y León?"
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Carlos Herrera analiza las consecuencias de los posibles escenarios tras un pacto, o no,de PP y Vox para gobernar en Castilla y León
COPE
Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!
Son las 8 de la mañana de este miércoles 16 de febrero que, en teoría, era el día en el que tenía que empezar la invasión rusa de Ucrania, decían los servicios secretos norteamericanos. Pero es el día en el que Putin, eso sí, reforzando sus amenazas retira o mueve alguna de sus tropas en la frontera con Ucrania y también retira a militares que hicieron maniobras en Crimea, vuelven a sus cuarteles. ¿Qué hay dentro de la cabeza de Vladimiro? Solo Vladimiro lo sabe.
El presidente Putin
TRAGEDIA GALLEGA EN LA MAR
Es el día también en el que cunde la inquietud, desde luego el desespero de las familias de los pescadores del Villa de Pitanxo, que ayer fue ahundirse a las costas de la Isla de Terranova, en Canadá. 24 personas a bordo, hay 11 personas que continúan desaparecidas, hay 10 personas que han fallecido.
El pesquero Villa de Pitanxo se hundió la pasada madrugada
CASADO DESHOJA LA MARGARITA: SÍ O NO A VOX
Y ayer la política se traducía, se lo vengo diciendo desde el lunes, no es que sea un profeta. ¿Dónde se ha puesto el foco después de las elecciones de Castilla y León, en el que ha ganado, en el que ha perdido? ¿En el que ha perdido porque ha desatado una crisis en su seno? No, no. En el que ha ganado por la diatriba a la que ahora mismo se expone para intentar gobernar o bien en solitario o en coalición. Y, de esa manera Sánchez ha intervenido diciéndole al PP que renuncie oficialmente a gobernar con Vox, a que si quiere su apoyo desde luego desaparezca cualquier atisbo de pacto en ninguna comunidad.
Sánchez le pide al PP que rompa sus acuerdos con Vox si quiere el apoyo del PSOE en Castilla y León
Vox es la ultraderecha ¿eh?, pero con lo que yo pacto no es la ultra, ultra, ultraizquierda. Y apareció Casado. Y ahora, piensen ustedes en este hombre, en Pablo Casado, que es el que tiene que tomar una decisión. Una decisión con múltiples carambolas y que asegura múltiples consecuencias en varios escenarios, y plantéese lo que seguramente está diciendo él. Es que hay mucha gente que me está diciendo que diga sí a Vox y hay mucha gente que me está diciendo que diga no a Vox, y la verdad, hay argumentos en cada uno de los dos que son convincentes. Pero claro, si digo que no a Vox a mí me acusan de hacerle el juego a la izquierda que sí puede pactar con los extremistas; si digo que sí, legítimo a un partido del que me separan asuntos fundamentales que harían muy difícil algún tipo de gobierno, si no llego a pactos previos. Si yo digo que no a Vox, me van a acusar de perpetuar a Sánchez; si digo que sí a Vox, abandono el centro político que se ha vaciado por el desmembramiento de Ciudadanos. Pero, si digo que no a Vox dejo a Sánchez dependiente él, vamos, de fanáticos extremistas y es el único que dependerá de fanáticos extremistas, a mí no me podrán acusar de eso. Pero, si digo que sí, impido que sea la izquierda la que decida dónde está el bien y el mal, quién puede gobernar y quién no. Si yo digo que sí a Vox, le doy al PSOE hecha la campaña de identificarnos con la extrema derecha, calla, calla. Pero, si digo que no, mis votantes pueden sentirse abandonados solo por el hecho de no evitar la crítica del contrincante.
Bueno, y en ese debate está Pablo Casado, con más puntualización. Si digo que sí, me van a acusar de buscar el camino más fácil, peligroso, para echar a Sánchez y aún queda mucho para las elecciones. Si digo que no, puedo encallarme en la búsqueda del centro donde parece estar todo, pero puedo enfadar también a Vox y a parte de mis votantes que a lo mejor se irían a Vox. Si digo que sí, sumo mayorías pero cuidado, movilizo a la izquierda, la movilizo toda y hay elecciones pronto en Andalucía, dentro de unos meses. Si digo que no, quedo muy liberal, muy centrista pero me aseguro tensiones en mi partido empezando pues por, pues por Ayuso o alguna o algún ejemplo más. Si yo digo que no a Vox, me dirán ¿por qué los otros pueden sustentar un gobierno de terroristas, de Batasuna y yo no puedo entenderme con un partido legal que no aplaude a ningún asesino? Si yo digo que sí, yo Casado digo que sí, gobernar en Castilla y León, gobernaré pero arriesgo las elecciones en Andalucía, le complico la vida a Juanma Moreno. Si yo digo que no a Vox, hombre me echarán en cara que yo transija con que Kubati, por ejemplo Kubati, un asesino como Kubati pueda ser interlocutor del gobierno y yo no pueda sentarme con Abascal, que no solo no ha matado a nadie sino que le han querido matar a su familia en su pueblo, en el País Vasco. Yo Pablo Casado, si digo que sí a Vox me dirán que he elegido el mal menor en lugar de tener coraje e ir a por la mayoría sin apoyarme en populismos. Pero si digo que no, me van a acusar de torpe, de no darme cuenta de que gobernando con Vox es buena manera de librarme de Vox, como Pedro Sánchez ha hecho con Podemos.
En cualquier caso, cualquiera de estas diatribas, estos escenarios, necesita de algo: audacia. Hay quien le dice a Casado, oye Casado ¿qué hizo Sánchez cuando se encontró en un caso como este? Echo cuentas, las matemáticas. ¿Qué cuenta salía y qué matemáticas salía? Pactas con Podemos y con la escoria, pues a pactar con Podemos y con la escoria, que luego ya vendrá alguien que lo siembre remilgos que para eso es de izquierdas y puede hacer lo que quiera, lo justificará. Y en eso estamos, vamos a ver.
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Juan García-Gallardo, en TRECE: Casado ha cometido el error de pretender que Vox regale sus votos al PP
Seguramente Casado también dirá oiga, pero qué debate se está haciendo aquí si el que ha ganado las elecciones he sido yo, bueno ha sido Mañueco, y el que ha perdido 7 escaños ha sido Sánchez, y 150.000 votos. ¿Por qué me están mirando tanto a mí y no a él? Vamos a ver, primero, evidentemente yo no le voy a decir a Sánchez que sí o que no, que se lo digan sus votantes a Casado, que sí o que no, que lo digan los miembros de su partido y que explore sus posibilidades. Ayer lo que hizo Casado fue, no se negó a pactar con Vox, lo que puso fue líneas rojas, cosa que no hizo Sánchez cuando pactó con la purria. Le dijo Casado a Vox: no se tocan leyes de igualdad, respeto a la inmigración, sí al Estado autonómico y no se toca la integración en Europa. Si con esas condiciones se puede llegar a un acuerdo ¿vale el acuerdo o no vale el acuerdo?
Como ven ustedes, hay una pregunta final que también podríamos añadir, ¿ha sido buen negocio convocar elecciones Castilla y León?
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Herrera lanza su reflexión sobre el debate en torno al posible acuerdo entre PP y Vox en CyL
El director de 'Herrera en COPE' ha hecho un reflexión sobre qué pasaría en caso de que el PP pactase con Vox y qué ocurriría en caso de que no llegasen a un acuerdo
Carlos Herrera, director y presentador de 'Herrera en COPE' ha comenzado el programa de este viernes analizando las principales claves de la jornada, que pasan entre otros asuntos, por la postura adoptada por la Dirección Nacional del Partido Popular respecto al futuro gobierno de Castilla y León a cómo se deben articular los pactos con otros formaciones políticos.
En este sentido, Herrera ha hecho un reflexión sobre qué pasaría en caso de que el PP pactase con Vox y qué ocurriría en caso de que no llegasen a un acuerdo: "Pablo Casado apareció, pero yo les voy a decir el discurso que tenía que haber pronunciado o el que supuestamente muchos piensan que tenía que decir. Tiene un dilema o tiene que tomar una decisión respecto a la cual debe adoptar una postura: sí al pacto con Vox o decir que no. Lo que se están planteando ahora Casado y su gentes son pros y contras, que están apuntados. Si digo que no al pacto con Vox, me van a acusar de hacerle el juego a la izquierda, que sí puede pactar con todos los extremos que quiera y yo no. Si digo que sí, legitimo a un partido del que me separan asuntos fundamentales que harían muy difícil cualquier maniobra en forma de gobierno si no nos aclaramos antes".
El líder del PP, Pablo Casado, ha expresado su apoyo a Alfonso Fernández Mañueco para buscar un Gobierno "en solitario" sin Vox, un partido contra el que ha cargado duramente por estar "más preocupado" por sustituir al Partido Popular que por cambiar el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Tras reivindicar el proyecto reformista de centroderecha que representa el PP, ha dejado claro que su formación no renunciará a sus principios en las negociaciones para formar gobierno.
"¡El PP ha ganado las elecciones en Castilla y León!", ha arrancado Casado su intervención ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP, convocado para analizar los resultados de las elecciones autonómicas del domingo, en la que el PP logró 31 escaños, dos más que en 2019, pero lejos de los 41 escaños de la mayoría absoluta. Previamente, ha tomado la palabra el presidente en funciones de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco.
Tras expresar su apoyo al "Gobierno fuerte, estable y en solitario" que ha planteado Mañueco, ha recalcado que el candidato del PP a la reelección cuenta con el respaldo del Comité Ejecutivo del PP "para llevarlo adelante" con los principios del PP "siempre presentes". "Nuestros principios son nuestras condiciones. Quien quiera pactar con el PP tendrá que aceptarlos y respetarlos", ha manifestado.
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