COPE

Con Pilar García Muñiz como ángel anunciador, Herrera de San José y María José Navarro de Virgen María ha quedado inaugurada la Navidad

Apenas han dado las seis de la mañana y el estudio de Carlos Herrera se ha convertido en un auténtico hervidero. Los gansos graznando, la mula fuera del pesebre y la pobre Pilar García Muñiz colgada de un arnés anunciando el nacimiento del Niño Jesús. Para colmo, el plató que en esta ocasión le ha dejado Trece Televisión a Herrera para representar su célebre pesebre está en un quinto piso, por lo que el comunicador ha tenido que subir en brazos a cada uno de los animales.

Pero nada ha empañado esta cita sin igual. Eso sí, la pobre Pilar se ha tenido que tomar varias biodraminas ante los movimientos de las cuerdas que la sujetan en lo alto de la madrileña calle de Alfonso XI, donde están alojados los estudios centrales de la Cadena COPE.

El que no parece muy contento es Naranjo, pues el comunicador le ha asignado el papel de 'caganer' ante la fama que ha criado su flora intestinal. El prefería representar a San José, pero este papel ya se lo había agenciado el propio Herrera, que se ha quejado durante toda la mañana de los picores de la barba postiza con la que ha suavizado sus facciones.

Con el objetivo de crear el primer Belén viviente cero emisiones, Herrera le ha prohibido las deposiciones a la mula y ha obligado a Toni Martínez a prescindir de la lavadora. Este año a los pañales sucios del Niño Jesús se ha sumado toda la colada de Herrera, por lo que la periodista ha estado en el gélido río más pendiente de la crema anti sabañones que del jabón de lagarto. Eso sí, los pañales han quedado blancos como la nieve que ha empezado a caer en torno a las ocho de la mañana.

El Niño ha empezado a llorar para desgracia de María José Navarro, que no ha sabido calmarlo pese a hacer en esta ocasión de Virgen María. Y es que, ella solo sabe amansar a su perro Perry. Este año Herrera ha movido influencias para conseguir hasta tres bebés, que se irán rotando durante toda la mañana para que no sufran estrés. Menos mal que aún no ha nacido Rocío Kawasaki, el bebé de Ángela Sánchez, la editorialista de Herrera, pues de lo contrario estaría en el pesebre sufriendo los gritos de la Navarro, que se ha visto desbordada.

Quienes han derrochado glamour con unas túnicas traídas de Cisjordania han sido los tres Reyes Magos, que han llegado montados en sus camellos con sus respectivos pajes. Salvador Sostres, Pilar García de la Granja y Antonio Naranjo han sido los encargados de representar en esta ocasión a los embajadores de Oriente, a los que Herodes ha tratado de despistar para guiarles hasta su castillo.

Este papel se le ha encargado a José María Fidalgo, que dadas sus dimensiones se ha quejado de que en lugar de un castillo parece que lo han metido en una caja de galletas.

Fidalgo prefería estar en la posada de Santi González, tan famosa en Belén que ha sido objeto de varios reportajes en el diario El Mundo. Él quería, sin embargo, hacer de mancebo de farmacía. No por volver a la juventud, sino porque, como ha dicho, la mejor forma de reducir las emisones de metano es el Fortasec.

Quien se ha paseado por este Belén con la gracia propia de un chulapo madrileño ha sido el Tron. En esta ocasión, Ángel Expósito ha hecho del emperador Tiberio con una falda corta que en su día fue la envidia del mismísimo César Augusto.

Luis del Val se ha metido en la piel de un pastorcillo, pero de uno muy letrado, pues ha sido el encargado de relatar la primera imagen del día de Belén. Aunque los asuntos del Senado romano no van con él, ha tenido a bien prestarle unas tiritas a Expósito, que tiene los dedos llenos de llagas debido a las rozaduras que le han hecho las sandalias.

Pasadas las 10 de la mañana, el Niño Jesús ha sido cambiado por otro de los tres bebés que ha traído Herrera. Y es que, María José Navarro ya estaba cansada de cambiarle los pañales.

Quien no ha parado de llamar por teléfono a Alberto Herrera, convertido en regidor de este Belén viviente, ha sido Greta Thunberg. Según ha dicho, menos mal que han quitado Madrid Central, pues de lo contrario los camellos no hubieran podido llegar hasta los estudios centrales de COPE.

El hijo de Herrera ha desvelado que la representante del movimiento 'Viernes por el futuro' no ha dejado de censurar el Nacimiento debido a las emisiones de metano de los animales. Y eso que el comunicador ha cuidado la alimentación de la mula y los gansos. Hasta Puigdemont ha llamado a Alberto para reivindicar la catalanidad del Niño Jesús.

Goyo González ha hecho este año de pollo ecológico de granja con un aire a lo estilo Gallina Caponata, mientras que Marta Ruiz ha sido elegida para dar la última hora de lo que ocurre en Belén. La cronista ha elegido, eso sí, un traje folclórico de jumillana presa de las tendencias que se estilan en la península, lo que no ha convencido del todo a Herrera.

Diego Martínez ha merodeado por todo el Belén en busca de algo que llevarse a la boca, lo que ha causado pavor en Goyo González, que no ha dejado de mover las alas.

Por fin, a las 12 de la mañana ha quedado montado definitivamente el Belén con la entonación, por parte del coro de César Lumbreras, del villancico 'Ya vienen los Reyes Magos'. Con esta cita sin igual, Herrera ha inaugurado definitivamente las fiestas porque en Navidad, como en la radio, solo se necesita un poco de imaginación para que se cumpla hasta lo más insospechado.