Cobain se puso esa chaqueta en los meses previos a su suicidio, ocurrido en abril de 1994. Han pasado 25 años desde entonces pero sigue intacta. Continúa con un botón de menos y tiene dos quemaduras de cigarrillo y una mancha marrón en uno de sus bolsillos. 

Según la historiadora de moda Kimberly Chrisman-Campbell, el cárdigan se confeccionó entre 1960 y 1965. Su precio inicial pudo rondar los 16 dólares. Seguramente el cantante lo compró en una tienda de segunda mano.

Después de su muerte, la prenda acabó en manos de la niñera de la familia, Jackie Farry. A ella se la dio Courtney Love, mujer de Cobain.

Farry la guardó en una caja de seguridad durante dos décadas. Decidió subastarla tras caer enferma de cáncer para pagarse el tratamiento.

La compró Garrett Kletjian, dueño de una empresa automovilística y fanático de Nirvana. Pagó por ella 137.500 dólares y ahora la ha vendido por 334.000. Sólo se la puso una vez y durante menos de un minuto.

“El cárdigan era el adecuado para mí -ha dicho Garrett-, pero ahora ha llegado el momento de separarme de él. Espero que su nuevo dueño no sólo lo vea como una inversión, si no que también le haga feliz”.