El periodista Carlos Herrera recibió ayer en San Sebastián el VI Premio Internacional del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite).

El comunicador radiofónico mostró su solidaridad con las víctimas -a las que calificó de «símbolo de libertad»-. Mientras, la asociación justificó el galardón en la «inmensa sensibilidad» de Herrera hacia los afectados por el terrorismo y su «atención» a los mismos.

ACTO DE ENTREGA DEL VI PREMIO INTERNACIONAL COVITE EN FAVOR DEL RECUERDO Y APOYO A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO 2007

DISCURSO DE ÁNGEL ALTUNA - PREMIO INTERNACIONAL COVITE 2007

A CARLOS HERRERA, EN EL DISCURSO DE ENTREGA DEL VI PREMIO INTERNACIONAL DE COVITE.

San Sebastián. Palacio de Miramar.
27 de septiembre de 2007.

Buenas tardes a todos. Hoy para las víctimas del terrorismo que nos reunimos aquí es un día muy especial; un día en el que queremos compartir y celebrar pero, sobre todo, en el que queremos y nos toca agradecer.

La vida de muchos de los que hoy estamos aquí ha sido brutalmente modificada, truncada y condicionada injusta e intencionalmente por un terrorismo ejercido por manos y mentes concretas. A los que, a pesar de ello, hemos quedado en este viaje (tanto a familiares como a heridos) nos ha tocado, tras la agresión terrorista, remar sin descanso, casi siempre en soledad y con la referencia a veces única de la dignidad nunca perdida de aquellos a los que nos arrebataron. Hemos sido también personas en muchos de los casos invisibles, personas olvidadas, postergadas, ocultas y ocultadas, sobre todo en nuestra tierra. Ser víctima del terrorismo es difícil; serlo en el País Vasco lo es más.

A día de hoy, os diría que todavía muchos de nosotros no hemos podido “salir de un armario muy especial” y es que, aunque algunos no lo crean, fuera hace todavía mucho frío.

Me intentaré abstraer ahora de mi condición personal como víctima del terrorismo desde que ETA irrumpió y truncó la vida de mi familia y os hablaré de lo que yo he visto y comprobado en mis compañeros de COVITE del País Vasco. Pues bien, en ellos he reconocido mucha bondad y he descubierto la dignidad en sus miradas. He visto un dolor profundo en sus vidas, pero al mismo tiempo también he sentido una gran profundidad en su amor por la vida. He comprobado en ellos enorme respeto, mucha templanza y menos ira, mucha menos, desde luego, de la que la razón impondría. Pero sobre todo lo que transmiten todos mis compañeros y todas las víctimas del terrorismo es un sentido deseo y una gran necesidad de justicia. Todos ellos estiman de forma inequívoca que las bases de una sociedad mejor han de fundamentarse en una justicia real y de largo alcance.

Todavía hoy, en al año 2007, mis compañeros desean una nítida diferenciación social, administrativa y judicial entre víctima y victimario, hecho que otros y sobre todo en el País Vasco, tratan eternamente de evitar. Aunque parezca mentira, nosotros todavía hoy luchamos por diferenciarnos de nuestros agresores y aunque parezca mentira éste sigue siendo uno de nuestros esfuerzos principales. Sí, porque somos de los que creemos que hay hechos buenos y hechos malos, porque somos de los que creemos que hay personas mejores y personas peores. Nosotros no hemos elegido ser víctimas, mientras que ellos sí han elegido ser asesinos o cómplices. Nosotros no hemos utilizado la violencia, ellos sí. A nosotros nadie nos teme, a ellos todo lo contrario. Nosotros respetamos las sentencias judiciales y las normas que entre todos nos hemos impuesto, ellos no.

Herrera, Carlos; en esta andadura que obligadamente recorremos, tú nos estás ayudando, porque tú nos has respetado y has intentado colocarnos en el lugar que creemos nos corresponde. Tu labor pública coincide plenamente con nuestros anhelos como colectivo que en su día formamos: el bien común y el logro de una sociedad un poquito mejor. Herrera, Carlos; tú te has comprometido, tú lidias toros que otros evitan. Creemos que tú sí haces ver la diferencia entre lo bueno y lo malo, entre hechos buenos y hechos malos y entre