COPE
El duque ha presentado en COPE sus memorias, en las que desvela con crudeza su infancia, su relación con su madre y algunos grandres secretos
Cayetano Martínez de Irujo ha escrito sus memorias, “De Cayetana a Cayetano”, en las que desvela con crudeza su infancia, su relación con su madre y algunos de los secretos mejor guardador de la Casa de Alba. Este lunes ha compartido parte de sus vivencias con Carlos Herrera. Según ha dicho, le ha tocado “una dimensión pública” que no ha escogido, pero nacer en el seno de una estirpe como la suya “ha merecido la pena”.
Sin calcular los daños colaterales que el libro puede causarle, ha dicho que es un reflejo de su vida, porque lo que cuenta en sus páginas es su “verdad”. Aunque ya había tenido ofertas para escribirlo, no ha sido hasta ahora cuando se ha liberado del “sufrimiento personal” que lo ataba de manos, sobre todo a raíz de la muerte de la duquesa.
El duque de Arjona y conde de Salvatierra ha dicho que en su infancia “faltó humanidad, compañía y atencion”. Aunque en ningún caso es un “reproche” a su madre, al morir su padre se quedó “huérfano” junto a su hermano Fernando. “Mi madre acogió a mi hermana como un gran regalo y Fernando y yo pasamos a estar en medio de ninguna parte”, ha lamentado. “Los tres mayores tenían a mi padre, que daba sentido familiar, pero cuando él faltó se acabó todo”. Por eso, ha dicho que a su madre le preguntaría si no se daba cuenta de que él "tenía una mirada muy triste".
Cayetano ha calificado de “etapa durísima” la vivida con Jesús Aguirre, el duque consorte de Alba, del que ha dicho que “fue otra víctima de ser un hijo natural y de que su madre le aborreciera por ello. Lo convirtió en un personaje con unos conflictos internos enormes”, ha señalado.
El hijo de la duquesa de Alba también ha hablado de su juventud, marcada por la noche madrileña de los años 80 y los excesos. “La noche me perturbó y me enroló durante 5 años”, ha manifestado.
Aunque ha señalado que no culpa “a nadie”, Cayetano ha dicho que ”una modelo” lo “indujo” y le dio “algo que triplica la sensación”. “Fue uno de los efectos que me engancharon. La coca era una cosa social, como el alcohol”. El “deporte y los caballos fueron parte de mi salvación”.
Precisamente, el aristócrata ha recordado que su madre nunca fue a verlo a la hípica hasta que debutó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. “Ser deportista es lo que me hace reaccionar”, ha señalado.
Cayetano ha desvelado que fue el expresidente Felipe González el que lo ayudó cuando su madre anunció su compromiso con Alfonso Díez, lo que él entendió como un “problema de Estado”.
“Felipe González me hizo un croquis con una pluma. Para nosotos era un problema de Estado después de lo que vivimos con Jesús Aguirre y sus tormentos personales. De ahí me dio unas posibles vías de comunicación”, ha señalado, las cuales lo ayudaron a gestionar sus preocupaciones.
Para el último marido de su madre, Cayetano solo ha tenido buenas palabras. “Yo le adoro. Le ha dado feliciad a mi madre en sus últimos cuatro años”, ha señalado antes de despedirse.
Un niño perdido en la soledad de palacio.
Un adolescente en busca de respuestas.
Un hombre marcado por el legado de su familia.
Cayetano Martínez de Irujo, quinto hijo de la duquesa de Alba, nos habla de lo que supone el peso de un apellido y su historia.
Pertenecer a la Casa de Alba es un gran privilegio pero también una gran responsabilidad que exige un altísimo precio a pagar: la pérdida de tu capacidad para decidir sobre tu propio destino.
Cayetano ha pagado ese precio con creces y, por primera vez, con sinceridad y valentía, nos revela en este libro conmovedor aspectos desconocidos de su vida y muchos secretos de la familia más aristocrática de España.