COPE

Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!

¿Qué tal están? Fíjense, son las 8 de la mañana. Parece que no han pasado dos horas desde que nos decíamos hola por primera vez esta mañana, eh. A las 6.. Son las 8, son las 7 en Canarias. Es una hora muy buena para un 4 de enero estar haciendo muchas cosas: fundamentalmente trabajar si tienen trabajo, fundamentalmente estar muy despiertos, ocupado, leyendo, supongo que algunos han dormido. Pues, hay gente que le gusta dormir, que tiene tal pasión por coger la cama que se mete a las 8 de la tarde y se levanta a las 8 de la mañana. Digo: Os va a dar algo. Os va a entrar una cosa mala por el cuerpo por dormir tanto. Si hay que dormir exactamente lo justo para estar despierto.

Ojo avizor con la actualidad del día de hoy que es una actualidad de enero en la que nos queda ya el último suspiro para verle la espalda al rey Baltasar y que esto empiece a tomar el herrumbroso sabor de la rutina de enero. Pero la política nunca deja lugar para la rutina. Siempre brinda algún que otro momento de inquietudes, zozobra, de incertidumbre. Y eso está pasando ahora mismo en uno de los procesos políticos más apasionantes de España, que es el del desalojo de una de una banda política, de una administración en la que ha estado haciendo y deshaciendo a su antojo durante 36 años. Y el desalojo se iba a producir o se podría producir porque dos partidos fundamentalmente llegan a un acuerdo político de envergadura y un tercero, desde fuera, apoya.

El desalojo de Susana Díaz de la Junta de Andalucía

Eso era hasta ayer. PP y Ciudadanos pactaban y Vox apoyaba. Se supone que con una cierta exigencia de, al menos, que no les insulten, que la tendencia a insultar a Vox va de sua. Parece que es que hay que llamarles permanentemente fascistas y estas cosas cuando no lo son, por cierto. Bueno, el caso es que Vox ha dicho, como saben ustedes, que hay una parte del articulado, concretamente un artículo de los 90 al que han llegado de acuerdo Partido Popular y Ciudadanos que no les gusta, que es aquel que hace referencia a las medidas complementarias que dispone la Ley de Violencia de Género, aprobada en el Congreso de los Diputados por aplastante mayoría. Dice Vox que eso no es y que si eso no se toca ellos no apoyan la formación de ese gobierno.

¿Qué ha ocurrido?

Que rápidamente Susana Díaz ha olido el tomate frito, por demás, y va a presentar su candidatura a la Presidencia de la Junta porque Vox aumenta la presión. Miren, en política evidentemente hay mucho de teatralidad. La política es a veces una farsa consentida. ¿Cómo les dirían? La política tiene gracias, precisamente, a la repercusión mediática o, precisamente, merced a ello, la posibilidad de escenificar algunas situaciones que vayan en beneficio de la persona que la realiza. En eso colaboramos nosotros, los medios de comunicación. Si no hubiera medios de comunicación, todas esta teatralidades evidentemente no se darían, pero se dan. Y de jugador de mus, Vox ha echado un órdago. Los grandes jugadores de mus sabemos, primero, que no se puede jugar a la chica; segundo, que hay que jugar con cuatro reyes, no con ocho, y esto de las señas, esta cosa de las contracciones titánicas, por favor... Y, sobre todo, que hay que tener mucho cuidado con los órdagos porque los órdagos los carga el diablo. Y, sobre todo, si a veces vas de farol. La pregunta es si Vox va de farol o no va de farol.

Esta exigencia de Vox de revisar esa parte en virtud de sus 12 diputados del articulado dando a entender que es un sí o no, o se revisa o yo no voto, parece que lleva la exigencia del juez Serrano o la firma del antiguo juez, nos recuerda que en política seguramente puede haber, y todas las formaciones políticas dedicadas a ello, al gobierno, un noble ejercicio de la negociación. La negociación, que sin recortar principios elementales, sí los complementas con algo más, que es lo que está el PP, que ve que con estas cosas puede perder literalmente la Presidencia de la Junta porque Ciudadanos....

Miren, Ciudadanos está en esto porque está en esto, pero si se repite las elecciones, a mí no me quita nadie de la cabeza que Ciudadanos dice: “Se repiten y si yo tengo mejores puntuaciones y le cargo la culpa a otros, yo gobierno con el PSOE”, que en el fondo es lo que les gusta. En Andalucía o en cualquier otra parte. En el fondo es lo que les gusta, pero ahora mismo están en eso, en lo que están.

Bueno, lo que no se puede poner en cualquier caso es en riesgo el cambio de Andalucía. Porque quien ponga en riesgo el cambio de Andalucía lo pagará caro, sea quien sea. Y si por estas cuestiones lo es Vox, también Vox. Y los tres, aunque Rivera ponga su habitual cara de asco cuando tiene que, esa cara de asquito, cuando tiene que juntarse con PP o con Vox, tiene que llegar a un acuerdo, pero Vox tiene que entender algo: Que hay un bien superior, y que a ese bien superior es al que hay que someterse. Y el bien superior es echar al PSOE de la Junta de Andalucía. Y luego, si quieren, viene todo lo demás. Está muy bien exhibir músculo, está muy bien contentar a los más hiperventilados de los tuyos, está muy bien demostrar que tú eres un partido de principios está muy bien todo, pero hay que tener cuidado, como con los órdagos, porque a veces se rompe la cuerda. Y si se rompe la cuerda, ojo, porque se juegan todos demasiado.

¿Qué pasaría con Vox sí propiciarse unas nuevas elecciones?

¿De verdad cree la gente de Vox que eso es lo que quieren sus votantes? ¿De verdad creen que no es principalmente desalojar al Partido Socialista lo que quieren aquellos que han votado a Vox? ¿O prefieren algo más de protagonismo? La prioridad, indudablemente, no es ese artículo del acuerdo entre PP y Ciudadanos. La prioridad es la que es y con 11 diputados o con 12 diputados tú no puedes condicionar acuerdos. Puedes pedir complementación y negociación después, pero tienes que tener muy claro que tus diputados lo que sirven es para cumplir el mandato que ha habido de mayoría, de una mayoría concreta, que lo que quieres que no sigan gobernando aquellos que,desde luego, podrían gobernar si estos no se ponen de acuerdo.

Todos, todos se juegan demasiado. Todos. Incluso hasta los que buscan una foto para legitimarse. Y Susana Díaz ya ha demostrado que si se equivocan vuelve el PSOE. Pero oiga, vuelve el PSOE corregido y aumentado para la eternidad, eh. Y de ahí no les echa nadie. Y esto no sale gratis aunque Vox lo crea. No sale gratis si entre todos, que ya son mayores, siéntense, también los señores de Ciudadanos aunque les entre la náusea y el vómito, y negocien lo que hayan que negociar, pero el bien superior es el bien superior y es al que hay que condicionar la política ahora mismo en Andalucía.