COPE

Señoras, señores, me alegro, buenos días:

¿Qué? Alguno de ustedes dirá, ¿esto es la primavera? ¿Esta era la primavera prometida? ¿Esto era el espectáculo de sol, de luz, de olores, de calor, de felicidad que trae toda primavera? No. Bueno, este año la primavera viene formalmente pero viene disfrazada de invierno en buena parte del país. No vale esto para Canarias. Digamos que, oiga, yo me asomo aquí ahora mismo a través de la ventana de este estudio de Cope en Sevilla y veo un cielo limpio, claro y una temperatura medianamente agradable, pero la verdad es que por el norte de la península la nieve ha golpeado con mucha fuerza: en Asturias, País Vasco, algunas zonas de Galicia. Se espera, por ejemplo, nieve en Mallorca, la Sierra de Tramontana y luego lluvias en buena parte de la península. También que ha hecho que en algunos casos hasta que se desborden, se desborden ríos.

Se sigue buscando a los dos desaparecidos, al guardia civil del arroyo de Villena y también a un practicante de kayak que se perdió la pista entre Mataró y Blanes. Bueno, entre Mataró y Blanes hay 30 kilómetros. No es popo.

Y, bueno, ¿qué decirles? Miren, los referéndums populistas los carga el diablo. Eso ya lo saben los británicos. Lo saben desde el día aciago en que David Cameron convocó aquel referéndum para ver si se salía o no se salía de la Unión Europea. Y gracias al populismo y a las mentiras, el voto fue afirmativo. Y gracias a que la población de más edad quería marcharse y, curiosamente, son los primeros que se van a morir pero condicionan el futuro de los más jóvenes que son los que se querían quedar. Vamos, cosas tienen…

¿Los referéndums? Pues ahora tienen, como saben ustedes que, lo que se vienen llamando “dawn to the facts”. Vamos a bajar a los hechos. Vamos a hacer lo posible. Había mucha negociación. Había que hablar de plazos, de facturas, de condiciones, de los europeos que residen en el Reino Unido y, al final, se ha impuesto un cierto pragmatismo en la señora May. Mildred ha dicho que: “Yo cedo en la factura y cedo en los derchos pero gano tiempo”. Eso sí, durante este tiempo no tengo ni voto ni veto. Pero es lo que hay.

Es decir, ¿a qué acuerdo llegaron ayer los europeos –Bruselas- y los británicos? Pues, a que hay que pagar. Es decir, el Reino Unido va a tener que pagar la factura de salida. Es un perjuicio económico notable porque la factura no es barata. Tiene que aceptar que los ciudadanos europeos que llegan a Reino Unido hasta diciembre de 2020 tengan blindados todos los derechos futuros. Eso era uno de los argumentos que esgrimían algunos de los que ganaron el referéndum del Bréxit. “No, no va a entrar nadie más. Nadie va a tener aquí los mismos derechos”. De momento no. Va a tener que otorgar un estatus especial a Irlanda del Norte que de momento es un problema que no tenia.

Y luego, además, tiene que hacerse cargo de Gibraltar pero España tiene derecho, poder de veto sobre cualquier decisión que se tome acerca de Gibraltar hasta entonces. Y luego ya veremos. Seguramente, España va a reclamar el uso conjunto del aeropuerto, que está en el istmo, que como saben ustedes, el istmo no depende del… El istmo no está recogido en el Tratado de Utrecht. Y así, así se escribe la historia, la vida, las cosas. Eso sí, el Reino Unido tiene un poquito más de de tiempo para organizarse pero al final se queda solo. Es que quedarse solo en estos tiempos pues…A lo mejor no es lo más aconsejable pero… En fin. Disfruten de lo votado.

Y ahora la ultima ocurrencia de esta panda, de estos tipos, que conviene recordarlo, los ha colocado el PSOE en muchos ayuntamientos en toda España, a los de Podemos. Da igual que haya salido el vídeo que demuestra que los policías trataron de salvar la vida al mantero fallecido. Ese pobre hombre. Da igual que estén circulando videos de la impunidad con la que destrozaron coches aparcados en el barrio. Por cierto, coches de gente trabajadora. Da igual que se hayan presentado denuncias. El ayuntamiento de Madrid está encantado de cómo se han hecho las cosas en lo de Lavapiés. Encantado de haberse conocido. La alcaldesa Carmena le preguntaron, “oiga, ¿alguien debe dimitir en el ayuntamiento de Madrid?” Y ella dijo, “Oi, ¡pero qué sorprendida estoy por esta pregunta! Nadie se lo merece”. Pues son los bueyes, nunca mejor dicho, claro, con los que hay que arar. Los bueyes del populismo. La mentira. En fin, los mamarrachos llevados a la poltrona pública.

Pero es que, además, ahora han pedido despenalizar la venta ambulante ilegal. Los manteros, vamos, en una palabra. Buscan congraciarse con los manteros, con los grupos antisistema, etcétera, etcétera. Para que, al mantero, simplemente una sanción administrativa, que la ponga el ayuntamiento, y ya está.

Vamos a ver, las falsificaciones hacen perder a España más de 67.000 empleos. No sabemos bien lo que son las falsificaciones. Miren, el hedonismo, la individualidad, la felicidad, la belleza… Todas esas cosas que a veces se identifican con una marca, llevan a muchos a querer esa marca, pero da igual cómo sea esa marca o cómo esté hecha esa marca.

Comprar no está penalizado, conviene recordarlo. Pero bueno, copiar es muy fácil, lo difícil es innovar, gastarse el dinero en crear que es lo que hace la marca. Y la gente lo que busca… Pues eso, exclusividad. De repente, todo el mundo tiene lo mismo. Pues eso afecta al nivel de venta de verdad. Los productos... Y además, cuidado, eso afecta a los puestos de trabajo. Es un gran negocio para los delincuentes. Eso… Ese dinero que se compra comprando el bolso de Gucci que no es Gucci o de la marca que sea, eso va a manos de grupos delictivos organizados.

Los trabajadores inmigrantes tienen que dedicarse, están obligados a vender mercancía. ¿Por qué? Porque con esa mercancía falsificada y la venta pagan la deuda a los traficantes, a los negreros que les traen aquí de forma ilegal. Los productos falsificados ponen en peligro la salud publica. Y usted me dirá: “Hombre, ¿el bolso va a poner en peligro la salud pública?” No, el bolso no. Pero los fármacos, los perfumes, los cosméticos que vaya usted a saber cómo están hechos… El mundo de la perfumería vive una terrible plaga de falsificación. Todas esas cosas, claro… Oiga, cualquier crema, cualquier colonia de esas le pueden provocar una dermatitis mañana.

Los productos falsificados privan al sector público de ingresos fiscales. Esos productos aumentan el precio de los productos legítimos porque las empresas quieren compensar las perdidas. Afectan a puestos de trabajo. Puestos de trabajo que no se contratan. Y también afectan a la explotación laboral, que son quienes están haciendo esos productos. Productos sin ningún tipo de control. Ya les digo: ropa, perfumes, medicamentos alimentos… Muchos, la mayoría, la inmensa mayoría fabricados en China. Pasan luego por Hong Kong, Singapur, Emiratos Árabes Unidos, llegan aquí. Antes, hombre, el control de aduanas podía impedir que llegase un contenedor lleno de bolsos de lo que fuera. Pero es que ahora, incluso, con la venta por Internet, eso llega en un pequeño paquete postal.

El valor económico al año en el mundo, le estoy hablando al año en el mundo, es de 650.000 millones. En España, el gasto total, 100.000 millones de euros lo que se gastan en los manteros. Que el problema no es la venta ambulante, el problema es el producto falsificado. Porque el vendedor ambulante puede vender producto normal y corriente pagando sus aranceles debidos. Pero ahora explícale todo esto a esta chusma política. Pérdida de tiempo más miserable. Incluida la alcaldesa.