COPE

"Señoras, señores, me alegro, buenos días...

Ayer, damas y caballeros, con toda la teatralidad que requiere una comedia, en un teatro, y en una sala anexa al Parlamento, no en el Parlamento catalán, el Gobierno catalán y la coalición con la CUP, que es la manda en el Gobierno catalán, presentaron con toda teatralidad y toda formalidad un fraude de ley. Un fraude de ley sin base legal, que no ha sido publicado, simplemente ha sido anunciado y justificado con algunos algunos argumentos que invitan al bochorno, al alipori, incluso a la vergüenza ajena.

Ayer, una coalición que representa el 47% de los votos en Cataluña, según las últimas elecciones que algunos tildaron de plebiscitarias, presentaron a un pueblo, el catalán -cuya mayoría ni siquiera validó el 'Estatut', en el que solo votó afirmativamente un 35%- una supuesta ley en la que se arroga un mandato democrático sin mayorías y sin base legal. Ni es una norma, ni es una moción, ni es un borrador, ni es un proyecto, ni es absolutamente nada de ello.

Acogiéndose a un supuesto amparo de la legalidad internacional, que es mentira, con auténticos argumentos sonrojantes, el Gobierno catalán anunció una ley que ya publicará y que, cuando publique, ya conoceremos en su extensión, en la que ampara la convocatoria de un referéndum ilegal el 1 de octubre. Y en el que se utilizan boutades tan impresionantes como aquellas que apelan a normas legales que no son supremas o superiores a la Constitución española, como la Corte Suprema de Canadá, los supuestos derechos de autodeterminación que ampara la ONU, que son mentira, y otros más, para convocar un referéndum en el que, voten los que voten, día siguiente le serviría para proclamar una república catalana, que también estos creen en sus ensoñación que supondría que al día siguiente va y se marcha el Estado español de Cataluña.

Una ley que es inobjetable, según su propia redacción. Fíjense ustedes, una democracia permite que se denuncie una ley y que se recurra a una ley, no en este caso, en el que además desprecia las propias normativas de mayoría que controla o que proclama su propio estatuto de autonomía. Esta mañana hemos apelado a artículos muy interesantes que hay en la prensa, coinciden hasta 'El Periódico' y 'La Vanguardia' en su inmensa mayoría, para que vean ustedes cómo es la cosa. Les citaba a Antonio Fernández en El Confidencial, y señala que para nombrar el director de la Oficina Antifraude de Cataluña hacen falta dos tercios de los votos. Sin embargo, para abolir la Constitución, con una mayoría simple van que se las pelan. Por ejemplo, quieren amparar a los funcionarios con esta ley a aquellos funcionarios que violen la ley y la Constitución, cuando saben que los funcinarios deben de responder por sus propios actos.

Una puesta en escena y un referéndum para el que no tienen urnas, no tienen censo, no tienen locales, no tienen funcionarios, no tienen un tío que lo firma. ¿Cómo van a conseguir el censo? ¿De manera ilegal? ¿De dónde van a obtener los datos? ¿Violando leyes de protección de datos? Suponen además una absoluta neutralidad del Gobierno catalán cuando, oiga, han aprobado incluso no dar subvenciones a los medios que sean contrarios a ese referéndum. Y además, también contemplan que sea obligatorio para los ciudadanos de Cataluña acudir como vocales o presidentes a las mesas a las que por sorteo les corresponda. Y si yo no quiero acudir, ¿qué van a hacer? Yo no quiero acudir porque considero que es ilegal ese referéndum, ¿me van a enviar a tres tíos de las CUP? ¿Cómo me van a obligar?

Toda la redacción es antijurídica y es demencial. Y hace cierto aquel chiste del oso. El cazador que va a cazar un oso y el oso le dice: "Pues lo siento mucho, pero te voy a meter hasta miedo". Y así por tres veces, a lo que el oso al final le dice: "Oye, ¿tú aquí no has venido a cazar, no?". Con esta redacción de esta ley hay que preguntase lo que se pregunta muy birllantemente hoy Ignacio Varela en El Confidencial: ¿oye, tú aquí no has venido a hacer un referéndum, no? Tú no buscas más que una respuesta dura. Tú estás suplicando el oso de la fuerza. Es decir, el objetivo no que se haga el referéndum, es que sea muy alto por no hacerlo.

Y eso invita ahora a algunos a exigirle al Gobierno algunas actitudes un tanto vociferantes. Mientras las cosas no están puestas negro sobre blanco, realmente tú puedes emitir opiniones políticas, pero no iniciar acciones jurídicas que, en cualquier caso, hay que iniciarlas sin isterismos, aplicando la ley. Y procurando que el bloque constitucional, es decir, el que forman el Partido Popular, el Partido Socialista, aunque sea el de Pedro Sánchez, y Ciudadanos, actúen sin equidistancias. Porque proteger la ley de un golpismo barato es innegociable. Y la respuesta constitucional no puede basarse en brindis al sol como seguramente propone Pedro Sánchez sacando el discurso federal que simplementen sirve para contentar al PSC.

Fíjense que en este grupo de tipos no cabe la discrepancia. El que discrepa, ya lo ha visto el señor Baiget, ese se va a la calle. Pero de cabeza.

Y después, la postrera reflexión a la invita esta situación. La proclamación, con toda teatralidad, nunca mejor que en las tablas de un teatro para representar una comedia bufa que puede acabar en tragedia. Y esa es la conclusión, que al final, después de todo esto, cuando el referéndum no se haya podido hacer o lo que hayan hecho sea una comedia bufa, y si a las cosas se responde con serenidad y sin histerismos, sin actitudes vociferantes, ¿cómo va a quedar la sociedad catalana? La van a dejar literalmente molida, van a hacer de la sociedad catalana un grupo de personas frustrados, unos; enfrentados, otros; cabreados, los de más; desalentados unos cuantos, desorientados la inmensa mayoría, por la irresponsabilidad que viene de largo y que viene de lejos, del nacionalismo/independismo catalán, que además ahora, encima, está sustentado por estos narcobatasunos de la CUP, que son por demás, la mayoría de miembros que han redactado esta supuesta ley suprema de protección del referéndum y de autodeterminación de Cataluña".