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Dice el presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, el arzobispo de Cumaná, Diego Rafael Padrón Sánchez que tiene claro que "Maduro no tiene intención de abandonar el poder".

Monseñor Diego Rafael Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela se ha reunido con el Papa Francisco junto al vicepresidente y arzobispo de Barinas Luis Azuaje Ayala; los obispos de San Cristóbal, Mario del Valle Moronta Rodríguez, y de San Felipe, Víctor Hugo Basabe; el cardenal arzobispo de Caracas, Jorge Liberato Urosa Savino, y el cardenal arzobispo de Mérida, Baltazar Porras Cardozo.

A los obispos venezolanos, el Santo Padre les mostró su preocupación y apoyo, "lo encontramos atento y dispuesto a escucharnos y a acompañarnos en la línea en la que está trabajando la Conferencia Episcopal; nos manifestó que estaba muy preocupado por la situación del país. Le contamos que los muertos son jóvenes y nos manifestó que hará todo lo posible para que el pueblo que sufre en Venezuela tenga algún alivio".

La situación de su país es más que preocupante, dice el presidente de la CEV, "én Venezuela nadie imaginaba que íbamos a llegar a tales extremos porque somos un pueblo pacífico y porque tenemos recursos naturales para no llegar a la situación que tenemos ahora que no tememos que comer ni recursos para atender a las enfermedades y está muriendo mucha gente".

¿La Iglesia es también víctima de la represión del Gobierno de Maduro?

"No directamente de la represión, pero sí de obstáculos que cada día se hacen más amplios. Hemos solicitado al Gobierno que abra un canal de ayuda humanitaria, la última vez hace dos semanas, nos dijeron que sé, pero cuando fuimos a implementar un plan de ayuda humanitaria empezaron a poner condiciones de tal manera que se hace totalmente imposible" denuncia Monseñor Padrón Sánchez que quiere dejar claro que en Venezuela, "hay hambre, hay gente que ha tenido que ir a los depósitos de basura es una realidad que no se puede negar, hay poca comida, hay gran escasez y por otra cuando se consigue los precios son tan altos que a la gente se le hace imposible porque tendrían que gastar la mitad del sueldo, hay dos o tres hora para poder comprar pan o leche o cualquier cosa elemental, la realidad es superior a la ficción".