Carlos Herrera y su equipo de Onda Cero se trasladaron a Pamplona con motivo del Día de Navarra para emitir desde el Baluarte: "Herrera en la onda". El programa fue reuniendo a cientos de oyentes desde las siete de la mañana, hasta llegar a abarrotar la sala de cámara hora y media después. Quienes se quedaron fuera pudieron seguir la emisión a través de dos pantallas instaladas en el vestíbulo.

«Estamos hoy en Pamplona», anunciaba Carlos Herrera a las siete en punto de la mañana desde la frecuencia 94.2 de Onda Cero. A esa hora, ya podía poner cara a decenas de sus oyentes, reunidos en la sala de cámara del Baluarte. Afuera, hacía siete grados y llovía, pero ni por ésas se les habían pegado las sábanas. Habían madrugado casi tanto como Herrera y su equipo de colaboradores.

A las ocho y media, Herrera confirmaba que la sala estaba repleta. «Es conmovedor», agradeció, contento de comprobar que era profeta en la tierra de su mujer, la periodista estellesa Mariló Montero. Y pasó a entrevistar a su primer invitado, el presidente del Gobierno foral, Miguel Sanz. -»Un poquito escorado a la derecha le veo...», le soltó Herrera.

-»Un poquito, un poquito», admitió Sanz entre risas.

Poco después, inspirado por el clima de la jornada, Sanz regaló esta perla a los presentes: «Los navarros no tenemos complejo de superioridad, no porque no seamos superiores, que lo somos, sino porque no tenemos complejos».

-«Y eso que no es usted de Bilbao...», le contestó Herrera cuando dejaron de sonar los aplausos del público.

Sanz también respondió a las preguntas de los colaboradores que Herrera se había traído a Pamplona: Nicolás Redondo Terreros, Edurne Uriarte, Agapito Maestre y Luis Ángel de la Viuda.

Después de la entrevista a Sanz, Herrera en la onda continuó su ritmo habitual, tejido al hilo de los asuntos de actualidad y de la participación de los oyentes.

Un simple saludo por parte de quienes llamaban desde fuera de Navarra

 -»Buenos días, Navarra», «¿Qué tal están los navarricos?»- era suficiente para arrancar los aplausos de la sala.

Pasadas las 11.30 horas, Herrera recuperó el eje temático del Día de Navarra sentando en la mesa a «tres grandes talentos de Navarra»: el arquitecto estellés Patxi Mangado, el cocinero Enrique Martínez -del restaurante Maher de Cintruénigo- y Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona.

También estaba previsto que entrara el director del Centro de Investigación de Medicina Aplicada de la Universidad de Navarra (CIMA), Francisco Errazti, pero no pudo hacerlo por problemas de tiempo.

Herrera encontró el tema estrella para unir a Mangado, Armentia y Martínez: la gastronomía. Así, Enrique Martínez -»uno de los mejores cocineros del mundo», según Herrera- explicó el truco para mantener en el plato el color de la verdura natural: «Primero tenemos que hacer un estudio del agua, para conseguir una calidad neutra, y luego hay que cocer la verdura a una temperatura baja, para que la cocción sea uniforme».

Antes de despedirse, Herrera agradeció de nuevo la excelente acogida del público. «Nunca habíamos recibido tanto cariño», señaló uno de sus colaboradores. Y es que había seguidores que hasta llevaban el libro de cocina de Carlos Herrera, con la esperanza de conseguir un autógrafo.