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Íñigo Gómez-Pineda es el presidente de la Fundación Villacisneros, impulsora del Proyecto Dignidad con el que pretende reabrir atentados, asesinatos de ETA, prescritos con el paso de los años sin que hayan sido condenados sus autores, en muchos casos desconocidos.
Es lo que ocurrió con el asesinato de "los novios de Cádiz", Hortensia González y el guardia civil, Antonio Ramírez, acribillados a tiros por un miembro de ETA el 6 de enero de 1979, uno de los años más crueles en la historia sangrienta de la banda terrorista. En el año '79 había una media de tres crímenes por semana, y los casos se cerraban por falta de personal. La investigación de este atentado duró tan solo dos meses. Ahora se ha reabierto gracias al fiscal de la Audiencia Nacional, Pedro Rubira, que sostiene que el delito puede haber prescrito, pero si sabemos quien fue y este ha seguido pertenenciendo a ETA habría cometido un delito de pertenencia a banda armada y puede ir a la cárcel.
"Y así se puede conseguir reabrir otros 300 casos cerrados, prescritos, el objetivo es ayudar a que se haga algo, que se haga justicia, que se recuerde, que haya memoria por las personas que fueron asesinadas y que se cuente la verdad. El relato auténtico, que es la verdadera justicia para las víctimas. Las víctimas viven un drama y han sido abandonadas" afirma el Presidente de la Fundación Villacisneros.
"El Proyecto Dignidad tiene la clave para que se haga justicia y se cuente la verdad, hay un 40% de casos, 300 asesinatos sin resolver, que han quedado impunes, eso es escandaloso. Lo que sea contribuir a reabrir casos por eso hemos llegado a un acuerdo con Santiago Milan del Bosch, que tiene un compromiso personal” explica Íñigo Gómez-Pineda que agradece al fiscal Rubira la nueva línea de actuación, "es una línea de argumentación nueva que puede crear jurisprudencia, eso es lo que dice el fiscal, lo que dice Santiago Milan del Bosch es que el delito de terrorismo es un delito internacional que no prescribe. El fiscal ha pedido que se practiquen las diligencias que se dejaron de prácticar en dos meses".
Las víctimas han vivido un calvario, así lo ha contado Aurora González, hermana de Hortensia que tras acudir a la Fundación Villacisneros ha conseguido reabrir el asesinato de su hermana y su cuñado, "mis padres han muerto con la pena de no saber la verdad. Desde entonces que yo tenía 24 años no he tenido vida desde que mataron a mi hermana, en mi casa no ha habido ya Navidades, mi hermana siempre presente. Mi padre murió con la pena de su niña y mi madre murió en vida, matar a mi hermana y no volvió a salir de la casa. Jamás hemos tenido unas Navidades con todos los hijos, porque mi madre ver que faltaba su niña, imposible".
EL DIARIO DE JEREZ
La Audiencia Nacional reabre el caso de "los novios de Cádiz", asesinados por ETA
La banda terrorista mató en 1979 al guardia civil de Tarifa Antonio Ramírez y a su novia, la sanroqueña Hortensia González. La Fiscalía y la acusación particular pidieron la investigación.
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha reabierto la investigación de un atentado perpetrado por ETA en 1979 en Beasain (Guipúzcoa) en el que murieron un guardia civil y su pareja, y ha pedido a la Policía y a la Guardia Civil que le informen sobre sus posibles autores. Se trata del guardia civil tarifeño Antonio Ramírez, de 24 años, y su novia, Hortensia González, de 20, de San Roque. El caso fue conocido como "los novios de Cádiz".
En un auto, según informa Efe, Moreno acuerda la reapertura de la causa a instancia de la Fiscalía y de la acusación particular ejercida por la hermana de Hortensia, Aurora González. Asistida por la Fundación Villacisneros y el despacho Milans del Bosch Abogados, solicitó la reapertura del caso.
SE DESCONOCE SI EL DELITO HA PRESCRITO PORQUE NO SE HA IDENTIFICADO A LOS AUTORES DEL ATENTADO
El atentado tuvo lugar el 6 de enero de 1979 en la calle Jardines del municipio guipuzcoano, cuando el guardia civil y su novia fueron ametrallados. El diario Abc describió en un artículo del pasado domingo cómo se produjo el atentado. La pareja volvía de una sala de fiestas de Beasain. Antonio detuvo el coche, un Renault 5 naranja, en un stop, donde al menos dos etarras con una metralleta Sten y una pistola calibre 9 milímetros Parabellum los acribillaron. Antonio recibió ocho balazos; Hortensia, diez.
Tras la investigación, el Juzgado Central de Instrucción nº2 sobreseyó el caso en dos meses por "falta de autor conocido".
La Fiscalía ha informado ahora a favor de la reapertura, alegando que es posible porque se desconoce si está prescrito el delito de integración en banda terrorista que se imputaría a los autores. El plazo de prescripción de ese delito, indica el fiscal, empieza a contar desde que los etarras autores de las muertes dejan la banda y, en este caso, al no saberse quiénes son, tampoco se puede saber si ha transcurrido el plazo o no.
Considera además el juez que los delitos de integración y de asesinato que se dan en este atentado "no pueden separarse" porque "forman una conexión natural, intima e indestructible al tener un único proyecto", por lo que ambos estarían vigentes si no se demuestra su prescripción.
En vista de este informe de la Fiscalía, el juez ha ordenado a la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía y al Servicio de Información de la Guardia Civil que elaboren sendos informes respecto a la autoría del ataque terrorista.
Este atentado es uno de los numerosos ataques de ETA que están aún sin resolver. Según el estudio Los derechos de las víctimas de ETA. Su situación actual, elaborado en 2015 por encargo del Congreso, aún hay 377 crímenes de ETA de los que no se ha encontrado autor.
La petición de reapertura partió de la Fundación Villacisneros, que el año pasado pidió la investigación de cuatro casos sin resolver. Su presidente, Iñigo Gómez-Pineda, explicó a la agencia de noticias Efe que esta decisión judicial supone una esperanza para los familiares de la víctimas, cuando prácticamente un 40% de los asesinatos de ETA "han quedado impunes".
Las dos familias del Campo de Gibraltar llevan 39 años de duelo. Según relata el diario madrileño, la hermana de Hortensia aún toma pastillas para poder dormir y no celebran desde entonces la Navidad, ni por supuesto el día de Reyes.
La familia del Guardia Civil de Tarifa señala que no solo no les comunicaron "ni una palabra sobre la investigación", sino que tuvieron que pagar al chapista que tapó los agujeros de las balas en el R5.
