José Antonio Naranjo, subdirector de Herrera en COPE 

ABC

José Antonio Naranjo atiende a la entrevista de ABC tras zamparse un polvorón de La Estepeña. De hecho, pide tiempo muerto para recuperar el habla tras la ingesta. Campechano y claro, el subdirector del programa de las mañanas de la COPE elogia a Carlos Herrera, al que considera el mejor periodista radiofónico español de todos los tiempos. A pesar de eso, no estaría dispuesto a hacer por él lo que Belén Esteban por Andreíta.

-Usted, que saca bien los codos en las tertulias de Herrera, ¿disputaría un córner a Sergio Ramos?

-Ni de coña. Me manda al carajo de un codazo. Es un tío muy grande, pero, bueno, si hay que sacar lo codos, se sacan. De todas maneras no habrá lugar a un saque de esquina que nos pille en diferentes equipos porque yo soy más del Madrid que Sergio.

-Muchos periodistas deportivos llevan a gala ser agresivos. No es su caso. Usted prefiere mirar el fútbol con ojos de guasa ¿Es usted el Joaquín del periodismo deportivo?

-No creo que yo haga periodismo deportivo. Lo que hago es desengrasar la primera parte del programa con deportes. A esa hora, entre las siete y las ocho de la mañana, las noticias son serias y mi sección sirve para relajar la información.

-En el programa está claro que Herrera es quien distribuye el juego desde el centro del campo ¿Usted es carrilero o falso nueve?

-Yo soy el que da las patadas, sin ninguna duda. Siempre he dicho que si Herrera era Zidane, yo era Makélélé. O, por actualizar, si él es Messi yo soy Busquet.

-Ya que habla de Messi, Brasil acaba de darle otro repaso a Argentina en partido oficial. ¿La lambada es un tango que acaba bien?

-Ahora, sí, pero hubo una época en la que el tango ganaba a la lambada. De todos modos, da gusto ver como bailan los dos equipos.

-Sin salir de Río ¿Es Herrera O'Rei, el Pelé de las ondas?

-Sí, sin ninguna duda. Para mi gusto, es el mejor de todos los tiempos. Admiro a los grandes, como García, Iñaki o Encarna, pero creo que Carlos Herrera está un poco por encima de ellos. Hace fácil lo difícil y eso está al alcance de muy pocos.

-Parece que le quiere bien. ¿Haría usted por Herrera lo que Belén Esteban por Andreíta?

-Jajaja. No estoy dispuesto a matar por Herrera. Le soy muy fiel, llevamos toda la vida juntos, pero no creo que Carlos me pida que mate en su nombre.

- ¿La radio puede ser a la vez didáctica y divertida?

-Tiene que serlo para ser efectiva. Si en una televisión se emite un programa de literatura que maravilla a la crítica, pero que sólo tiene 100.000 espectadores, yo digo que está mal hecho porque, al no ser capaz de captar la atención del público, tampoco logrará que la gente se interese por la lectura. Sólo si consigues atraer al espectador podrás colar tu mensaje.

-Según los datos de audiencia de la segunda oleada del estudio general de medios su emisora sí lo ha conseguido. Tanto, que ha generado adicción ¿A qué cree que se debe que haya ya casi 6 millones de copeinómanos en España?

-La COPE pasó una mala racha, pero apostó fuerte por Paco González, por Carlos Herrera y por otros periodistas que han dado la vuelta a la situación. En mi opinión, su crecimiento se debe a que informa de una manera entretenida.

-En el programa de Herrera usted no desaprovecha la ocasión para elogiar la ciudad donde tiene su segunda residencia. Deme tres razones, aparte de su casa, para visitar Torrevieja.

-La playa, que no te cubre, y es idónea para mí, que nado mal. Y el clima. La cantidad de gente tan grande que pasa las vacaciones allí es lo que peor llevo.

-Me ha dicho sólo dos ¿Y si metemos a su casa en el lote de atractivos turísticos?

-Lo mejor de mi casa, la razón para visitarla, es que tengo un tapiz de ciervos en un oasis.

-Un periodista con guasa

En el Madrid de Di Stefano, Kopa y Puskas también estaba Marquitos. En la SER de los noventa, la de Pepe Domingo Castaño, Herrero Mingorance e Iñaki Gabilondo, también estaba José Antonio Naranjo, un periodista de Morón de la Frontera que ahora esparce guasa, la retranca andaluza, en el programa de Carlos Herrera en COPE. Además de la radio, no le son ajenas ni la televisión ni la guerra: fue corresponsal en Bosnia. Tampoco la literatura. Naranjo es autor de Rogelio, el mayordomo de Moncloa, un libro de suspense y humor que Hitchcock habría adaptado si la protagonista hubiera sido rubia.