Carlos Herrera, en un momento de su intervención ayer en la Fundación Antares Foro. MILLÁN HERCE

Fue presentado por el también periodista Francisco Robles, quien aseguró que Carlos Herrera está «profundamente enamorado de España»

SEVILLA. El periodista y director del programa de Onda Cero «Herrera en la Onda», Carlos Herrera, intervino ayer en la Fundación Antares Foro, donde realizó un «chequeo» a España que estuvo plagado de anécdotas. El encargado de presentar el acto fue Fernando Seco, director de la Fundación Antares Foro, quien destacó que el respeto y la independencia son las líneas básicas de la institución de la que es responsable. Con el salón de actos y dependencias aledañas llenas de público, el conferenciante fue presentado por el también periodista Francisco Robles quien, tras recordar que Carlos Herrera estudió medicina y afirmar que conoce España con el corazón, la cabeza y el estómago, aseguró que al director de «Herrera en la Onda» le mueve un profundo amor por su país.

Herrera comenzó su intervención realizando el historial clínico de España, de la que aseguró que nunca fue muy recomendable nombrar a boca llena. Quizás por huir de «lo políticamente correcto», el periodista se detuvo en varias interpretaciones del concepto nación y del «patriotismo constitucional» y destacó que no es lo mismo hablar de España desde Andalucía, que desde el País Vasco o desde Cataluña.

Así, recordó que en la primera de las regiones, concretamente en su televisión, ha sido eliminada del sistema informático la palabra España y que cuando se elige a Miss España se habla de «miss estatal». Por contra recordó la emoción de Nicolás Redondo Terreros y su esposa cuando escucharon el Himno Nacional después de que el político llamara al paso de la Candelaria el pasado Martes Santo. El periodista se remontó a la transición para intentar diferenciar los términos nación y nacionalismos, separando cuando éste es «periférico» o «étnico». Destacó que tras la muerte de Franco, España optó por empezar desde cero, y que la transición se llevó a cabo «como si estuviera ensayada». Tras cuestionar el papel de los intelectuales y afirmar que «todavía algún patriotismo sigue siendo sospechoso», lamentó que mientras que la derecha huye de sí misma, la izquierda ha creado de sus contrincantes una caricatura humorística. Aunque enumeró los errores que, en su opinión, llevaron al PP a perder las elecciones, después de haber constituido «el Gobierno que de forma más limpia y eficaz luchó contra ETA», se preguntó dónde ha puesto José Luis Rodríguez Zapatero a los amigos y aliados de España, que incluso llegan a ningunear a Moratinos en los foros internacionales.

Cuestionó igualmente la reforma educativa y las políticas económicas que plantea el Gobierno, arremetió contra el Plan Ibarretxe y contra la actitud de Manuel Chaves y Maragall en la reforma de los Estatutos y afirmó que el Gobierno está interesado en «revisar lo que hizo el anterior y en deshacerlo».