Hollade ha aprobado este martes su polémica reforma laboral sin el voto parlamentario y con la oposición de la mayoría política y social, así como de la patronal y de los sindicatos
1.- Una ley que no mirará por los despidos

Manifestantes sostienen un cartel en el que se puede leer «huelga, bloqueo y sabotaje» para protestar contra la reforma laboral francesa
Se retiraron del proyecto de ley original todos los puntos que en un principio eran problemáticos. Se dejaban así en suspenso las indemnizaciones del despido laboral, por razones económicas y/o empresariales. Los sindicatos piden la retirada total de la reforma.
2.- Los tribunales siempre tendrán la última palabra

Un joven protesta en Nantes, al oeste de Francia, el pasado 3 de mayo
Se retiraron igualmente las medidas de flexibilidad, que eran una parte esencial de una reforma de aspiraciones «socio-liberales», para privilegiar las sentencias de los tribunales en casos de conflicto, en condiciones que apenas cambian. No convence a nadie.
3.- Incertidumbre para las multinacionales

«Ayer un porshe. mañana el Parlamento», en alusión al coche que fue quemado durante una de las protestas contra la reforma laboral
Las condiciones económicas y empresariales en las grandes empresas multinacionales, con filiales en Francia, siguen siendo un problema de fondo. Además, no está definitivamente claro el nivel de «crisis» de los grupos y sus filiales para justificar despidos.
4.- Los acuerdos de empresa primarán sobre todas las cosas

Sentada ante los gendarmes
«Casus belli» muy mayor siguen siendo los acuerdos laborales de sector o de empresa. La reforma desea imponer la posibilidad de privilegiar los acuerdos de empresa, en detrimento de los acuerdos laborales del sector. Sindicatos y oposición denuncian el posible «dumping social», una práctica competitiva desleal basada en la explotación de los trabajadores.