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12 de marzo de 2015

La fuga del etarra Plazaola

Plazaola se suma a la lista de etarras fugados

Carlos Herrera habla del comando ‘liberator’, refiriéndose a Javier Martínez Lázaro, Ramón Sáez Valcárcel y Manuela Fernández de Prado, los tres magistrados que “aprovechando un momento de duda en el que una directiva europea se lo ponía a huevo”, decidieron poner en libertad a Santi Potros y a Plazaola.

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ONDA CERO

Finalmente, el Supremo decide que Plazaola tiene que volver a ingresar en prisión, y tras la puesta en marcha de la máquina administrativa, Plazaola se había fugado.

También comenta el posible hallazco de los restos de Cervantes y el programa de Podemos para Andalucía

 

 Los restos de Cervantes y su esposa

ABC

Creen haber hallado los restos óseos de Miguel de Cervantes y su esposa

  • El Ayuntamiento no garantiza «a día de hoy» haber localizado al genial escritor. Los huesos, «en muy mal estado», se han encontrado en un nicho distinto al de las iniciales M.C.

 Los expertos analizan restos encontrados en la cripta de las Trinitarias

Los investigadores que buscan los restos de Miguel de Cervantes en la iglesia de las Trinitarias de Madrid, donde fue enterrado, creen haber hallado los restos óseos que podrían corresponderse con los del escritor y su esposa, Catalina de Salazar, según han informado a Efe fuentes cercanas al proyecto.

Los restos, disgregados y «en muy mal estado», se han encontrado junto con material óseo de varios adultos más en uno de los nichos de la cripta distinto al que contenía la tabla con las iniciales M.C., y los análisis de laboratorio externo parecen indicar que son los del padre del Quijote y su esposa.

 
  Convento de las Trinitarias Descalzas (Madrid)
Según han informado las mismas fuentes, no se trata del punto de enterramiento donde el escritor fue sepultado en 1616 sino el sitio al que se trasladaron sus restos óseos con posterioridad a 1673, cuando comenzaron las obras de remodelación de la iglesia, ahora catalogada como bien de interés cultural (BIC) y ubicada en el madrileño barrio de las Letras.

No obstante, fuentes del Ayuntamiento apuntan que el estado de los trabajos del equipo de investigación, «a día de hoy», no «garantizan» que se hayan encontrado los restos de Cervantes y de su esposa en la cripta. Desde el equipo técnico también se muestran cautos y afirman que los restos hallados pueden ser compatibles con los del escritor, sin embargo, todavía es pronto para poder confirmar este extremo.

Fernando Prado, director y promotor del proyecto de búsqueda de los restos de Cervantes, «ni niega ni afirma» el hallazgo del genial escritor y su mujer. «En estos momentos pido tranquilidad porque es un trabajo muy serio. Las consecuencias de precipitarse en este tipo de anuncios son nefastas para la investigación. Estoy muy extrañado con la noticia y a la espera de que me informen de las novedades», ha declarado a ABC.

Pruebas con espectómetro

Han sido las pruebas con un espectrómetro de masas las que han permitido al equipo liderado por el forense Francisco Etxeberria analizar la composición ósea y datar los restos que coincidirían con los de Miguel de Cervantes, su esposa, y otros individuos que fueron enterrados en la misma época, en localizaciones también comprobadas en la investigación.

 
El profesor Etxeberría  
No obstante, no se ha hallado el esqueleto completo de Cervantes sino huesos en mal estado, una hipótesis que viene a refrendar el punto de partida de los investigadores. «No vamos a encontrar a Cervantes con su nombre puesto en un ataúd», ironizó el director del proyecto, Francisco Etxeberria, en declaraciones a Efe, cuando en junio del año pasado se presentaron los puntos de enterramiento de la iglesia detectados con un georradar.

El profesor Etxeberría, que ha participado en el estudio de las fosas comunes de la Guerra Civil, en el caso Bretón o en el análisis de los restos de Salvador Allende, ha dirigido esta segunda fase del proyecto centrada en la recuperación y análisis del material para cotejar después su posible correspondencia con los del escritor.

Los detalles del hallazgo se expondrán en una rueda de prensa que estaba previsto dar en el Ayuntamiento de Madrid en los próximos días. La institución ha financiado y promovido la búsqueda de Cervantes –casi 400 años después de su muerte– en la iglesia donde fue enterrado por expreso deseo del escritor, gran devoto de la orden Trinitaria, que le rescató de cinco años de cautiverio en Argel.

AMPLIAR  
Lápida sepulcral de Cervantes  
En el convento anejo a la iglesia de las Trinitarias residen aún trece religiosas que fueron en principio reacias a la búsqueda, pero que finalmente dieron su visto bueno a una intervención que en esta última etapa han seguido muy de cerca. Los trabajos comenzaron a finales de abril del año pasado, cuando el equipo de georradaristas liderado por el codirector del proyecto Luis Avial localizó cuatro sepulturas en la iglesia y la cripta con los nichos donde se han localizado los restos.


Meses de gestiones

 
  Portada de la primera edición de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
Madrid, Juan de la Cuesta, 1615
Tras meses de gestiones para obtener los permisos pertinentes –entre ellos los de la Comunidad de Madrid–- el pasado 22 de enero comenzó la fase antropológica y una treintena de investigadores accedieron a la cripta, de unos setenta metros cuadrados y ubicada a cinco metros bajo el nivel del suelo, para la recuperación de los restos. Allí se han constatado más de 200 enterramientos, en su mayoría de niños, que permiten ampliar el conocimiento de cómo era el Madrid de los siglos XVI y XVII, ya que en este tiempo han ido apareciendo momias, ropajes y detalles que arrojan luz sobre los modos de vida de la época.

El hallazgo coincide con la conmemoración de los 400 años de la publicación de la segunda parte de «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha», que precede a la celebración en 2016 del Cuarto Centenario de la muerte del escritor español más universal, que coincidirá, por cierto, con el homenaje de Inglaterra a William Shakespeare, cuya tumba puede visitarse en la iglesia de su pueblo natal.

 

EL PAIS

Catalina de Salazar

La 'Dulcinea' que yace con Cervantes

  • No fue capaz de tener un hijo y tuvo que admitir a la hija que tuvo con otra
  • Soportó el cautiverio del escritor
  • Es la desconocida Catalina, esposa de Cervantes
  • Sus huesos habrían aparecido con los de él

Miguel de Cervantes, retratado por Víctor Manzano, en los últimos días de su vida. Falleció el 22 de abril de 1616.
Diez años después murió su esposa Catalina.

La noticia del siglo explotó el pasado 11 de marzo: "Los investigadores creen haber dado con los restos de Cervantes y de su esposa Catalina" ¡Por fin! Recomponer dos cadáveres con cuatro siglos de antigüedad y decir que son Miguel y Catalina sería un hito en la antropología forense mundial. Y la mayor noticia cultural de España.

Si los restos permiten confirmar que son Miguel y Catalina, todos los medios del planeta se centrarán en el autor del Quijote, Príncipe de las Letras, el mayor escritor en lengua castellana, bla, bla, bla...

¿Y Catalina? Casi nadie hablará de la fiel y hermosa esposa que convivió con él sólo la mitad de los 30 años de matrimonio, que no fue capaz de concebir un bebé, que soportó el cautiverio de su marido en cárceles de Sevilla, y que tuvo que admitir a una hija de otra mujer. ¿Cómo era Catalina? ¿Cómo conoció a Cervantes? ¿Cómo vivió sus éxitos y fracasos?

Catalina era una campesina que había nacido en el pueblo manchego de Esquivias en 1565. Era hija de Fernando de Salazar, un hidalgo endeudado hasta las cejas, y de Catalina de Vozmediano, una mujer con bastantes casas y viñedos.

 
Catalina de Salazar (retrato no fiable)  
El flechazo sucedió así. En septiembre de 1584 Cervantes viajó a Esquivias para recoger el manuscrito de su íntimo amigo Pedro Laínez, que había fallecido. Pretendía publicarlo en Madrid. Allí conoció a la joven hidalga de 19 años llamada Catalina de Salazar, que inmediatamente se enamoró de aquel hombre que contaba aventuras tan terribles como su participación en Lepanto, su encarcelamiento en Argel y sus penurias en el Mediterráneo. El flechazo fue tan instantáneo que prometieron casarse ese mismo año. Cervantes tenía 37 años. Casi duplicaba la edad de Catalina.

El escritor y periodista Segismundo Luengo, que construyó una biografía novelada, cree que Catalina era una mujer culta que sabía latín pues había sido educada por el párroco de Esquivias, su tío carnal.

No hay retrato fiable de Catalina. El mayor biógrafo de Cervantes, el riojano Astrana Marín, la describe así: "Menuda, delgada, morena, estatura regular, más bien baja que alta, como suelen ser las esquivianas; bella, graciosa y desenvuelta, con fino ingenio". Y afirma que un hombre como Cervantes, ya en la mitad de su vida, "no se enamora tampoco de una mujer vulgar".

La boda se verificó en diciembre de 1584. Pero lo que no sabía la bella Catalina es que Miguel acababa de tener una hija con una cautivadora joven madrileña de 19 años llamada Ana Villafranca. ¿Cómo pudo ser? Resulta que en el Madrid del Siglo de Oro, todos los poetas se emborrachaban en una taberna en la calle Tudescos, regentada por un asturiano y su joven y coqueta esposa de 19 años: Ana Villafranca.

Miguel se la llevó a la cama a principios de 1584, y en otoño del mismo año (cuando se acababa de prometer con Catalina), nació Isabel, hecho que el escritor ocultó durante algún tiempo. El tabernero no lo supo o no quiso saber. Pero los historiadores dan por ciertos los cuernos porque, muchos años después, el escritor le dio su segundo apellido, Saavedra. Los primeros meses de matrimonio trajeron buenas noticias pues Cervantes compuso su mejor comedia: La Confusa, la cual vendió en Madrid por 40 ducados. También publicó su primera novela, La Galatea. Pues bien, ni uno ni otro le dieron para vivir de la escritura (oficio de supervivientes), de modo que Cervantes volvió a Esquivias y trató de administrar la dote de Catalina: viñedos, tierras, casas...

Para Catalina fueron años de alegría... Pero tres años después de casados, en 1587, el destino envió a Cervantes a Andalucía: fue nombrado Comisario Real para recolectar grano para la gigantesca flota de la Armada Invencible. Antes de partir, Miguel concedió a su mujer un poder notarial de amplio margen, tan amplio que algunos historiadores como Daniel Eisenberg lo calificaron de convenio de separación.

Obligado a recorrer los pueblos y ciudades de Andalucía, y a requisar grano e impuestos que nadie quería entregar, Miguel sufrió desde la excomunión eclesiástica hasta la cárcel por no justificar ciertos movimientos en black.

Acabada su labor, volvió a Esquivias y, con Catalina, se mudó a Madrid a principios del XVII, con el manuscrito de El Quijote bajo el brazo. Logró publicarlo en 1605 y el éxito fue tan rotundo que el matrimonio cambió su vivienda miserable de Atocha por un piso de alquiler a la calle León. Don Quijote, Sancho Panza y Dulcinea del Toboso se convirtieron en personajes populares. ¿Era Dulcinea la propia Catalina? Nunca se sabrá.

 
  Restos hallados atribuídos a Cervantes y su mujer.
Al final de su vida, Miguel era un hombre castigado: le quedaban seis dientes, tenía diabetes y la barriga hinchada. Apenas podía moverse... El 22 de abril de 1616, anegada en lágrimas, Catalina asistió a sus últimos momentos en el lecho mortuorio. Catalina y una escueta comitiva acompañaron el féretro hasta el convento de las Trinitarias el 23 de abril. Diez años después, el 30 de octubre de 1626, se hizo sitio para acoger su cuerpo.

Los dos cadáveres permanecieron bajo la nave hasta que, en 1671, el viejo convento fue derribado y sobre sus cimientos se levantó el nuevo. Si se confirma el hallazgo de los dos cuerpos en la cripta, significa que alguien encontró unos huesos, los puso en una caja, y los trasladó a los nichos. Pero... ¿es que nadie recordó entonces que eran el escritor universal y su mujer? Cuando se inauguró la nueva iglesia, en 1692, hubo fastos y luminarias, se congregó la Corte de Madrid, se pronunciaron discursos. Pero en ninguno se mencionó el nombre de Cervantes. Menos aún el de su mujer Catalina, que amó y recordó a Miguel hasta el último día.

 


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