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14 de mayo de 2014

Hay mensajes auténtica bazofia

"En internet hay mensajes que son auténtica bazofia"

Carlos Herrera centra su editorial en el asesinato a la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco. Comenta el "desgarrador funeral", las últimas consideraciones que cree que hay que hacer y destaca la importancia del policía jubilado, que dice que fue clave para detener a las dos mujeres.

 

EL PAÍS

El asesinato de Carrasco se planeó en dos años y se frustró cinco veces 

  • Hallados planos de seguimientos a la política leonesa y el arma del crimen
  • La madre confiesa que mató a sangre fría a Isabel Carrasco por rencor

Montserrat González y su hija Montserrat Triana Martínez en la fiesta de inauguración de una revista en León el pasado marzo

El asesinato a tiros en plena calle de Isabel Carrasco, de 59 años, presidenta de la Diputación de León, llevaba casi dos años maquinándose en las cabezas de Montserrat González y su hija, Montserrat Triana Martínez. Una acumulación de rencor y locura, que ambas se retroalimentaban, llevó a esta mujer de 55 años y a su hija, de 35, a mantener bajo vigilancia durante semanas a la dirigente política (se han hallado en casa de la hija planos con los recorridos de Carrasco por León), a comprar dos pistolas para acabar con su vida y a haber intentado en varias ocasiones —cinco según algunas fuentes— perpetrar su venganza, siempre según fuentes de la investigación. Lo consiguieron el pasado lunes, cuando vieron cómo Carrasco atravesaba sola la pasarela sobre el río Bernesga.

La madre confesó en la madrugada del martes que fue ella la autora de los tres disparos (dos por la espalda y otro para rematarla en el suelo) con un revólver de la marca Taurus y con el número borrado. El arma ha sido localizada en circunstancias inquietantes: una policía local amiga íntima de Montserrat hija la entregó en la noche del martes en comisaría. El revólver conservaba en el tambor cuatro cartuchos percutidos. El cuerpo de la fallecida tenía tres impactos, todos mortales, según han corregido ahora fuentes policiales, que inicialmente hablaron de cuatro tiros. La policía asegura que la mujer apretó el gatillo cinco veces; un tiro falló y en el quinto, el arma se le encasquilló.

Montserrat madre confesó en la noche del martes. Tras permanecer firme y negar los hechos durante las primeras horas, acabó derrumbándose tras un ardid policial. La policía juntó a madre e hija e iniciaron el protocolo de cacheo. En ese momento la madre se derrotó. “Dejadla en paz, ella no tiene nada que ver”, dijo Montserrat González a lo agentes. A continuación, contó que el rencor la había movido a matar a Carrasco, a quien achacaba la salida por la puerta trasera de la Diputación de su hija e incluso el que se frustrara la incipiente carrera política de esta en Astorga y la provincia.

Siempre según fuentes del caso, confesó que durante dos años la idea se convirtió en plan. Los conocidos de la madre han asegurado que el mal trato que a su parecer la Diputación había dado a su hija era una constante carga de resentimiento en sus conversaciones. Pero el organismo provincial niega que hubiera despedido a Montserrat Triana Martínez.

El asesinato fue planificado durante meses por la madre y posiblemente la hija, que precisaron su ejecución al detalle pero sin contar con un elemento clave e imponderable: los testigos. El hecho de que el asesinato fuera visto en directo por un policía jubilado que, sin asustarse, decidió seguir a la madre (a la que siempre ha señalado como autora de los disparos) fue determinante. Los agentes están convencidos de que las mujeres esperaron varias veces a Carrasco en las proximidades de su casa y que el crimen fue perpetrado el lunes, pero que pudo haber sido antes o después. La mataron el día que la política caminaba sola por la calle.

Madre e hija se acercaron a Carrasco sin levantar las sospechas de esta. La autora confesa empuñó el arma, un revólver 32 Taurus HR Magnum (no del 22, como se informó en las primeras horas), y disparó a cañón tocante, a bocajarro, contra la política. Una vez esta en el suelo, le asestó un tiro de gracia. Fuentes policiales aseguran que era al menos el quinto intento de acabar con la vida de Carrasco, informa Francisco Mercado. Los anteriores supuestamente se habían frustrado porque la presidenta de la Diputación iba acompañada, tomaba un coche o se dirigía a su trabajo en moto. Menos el lunes pasado.

El revólver fue entregado en la noche del martes en la comisaría de León por la policía local Raquel Gago Rodríguez, amiga de Montserrat hija. La agente explicó que esta había dejado la pistola dentro de su coche, metida en el interior de un bolso bandolera, y que no lo había visto hasta el mismo martes por la tarde. La agente municipal fue detenida en los primeros momentos, pero ha quedado en libertad aunque imputada. Su versión, según fuentes policiales, no se sostiene del todo. “¿Cómo es posible que no supiera nada, que no viera el arma, si todo León la estaba buscando y había un gran dispositivo de rastreo en el río?”, se preguntaba este miércoles un investigador.

La policía asegura que la madre, tras disparar, abandonó la pasarela sin prisas y se dirigió hacia el coche en el que tenía planificada la huida. En el camino, le entregó el revólver dentro de un bolso a su hija, quien, a su vez, lo introdujo en el vehículo de su amiga de la Policía Local, sito a un centenar de metros del lugar del asesinato. Los vehículos de hija y agente estaban aparcados cerca y tenían boletos de aparcamiento comprados a la misma hora.

El revólver fue comprado a un toxicómano durante un viaje a Galicia, al igual que otra pistola que ha sido hallada durante un registro en la casa de la hija, según fuentes policiales. Esta última es una automática del calibre 7,65, que no consta que fuera utilizada. Las dos armas tienen el número de serie borrado. Durante el registro, los agentes se han incautado de medio kilo de marihuana, que sospechan que era para trapicheo. Además, han hallado otros documentos que cimentan la teoría de que las dos mujeres llevaban planeando el crimen semanas: alguna foto de Carrasco, planos de los alrededores de la casa de la política. Uno de los planos tiene dibujados los recorridos que Isabel Carrasco solía hacer, lo que apunta a una concienzuda preparación del asesinato.

El arma va a ser sometida ahora a pruebas de balística para ratificar que es la del crimen, pero los investigadores no tienen dudas, y menos tras la confesión de Montserrat madre. La policía trasladó este miércoles por la tarde a las dos detenidas a disposición del juzgado, entre gritos de “asesina” de los curiosos congregados en la zona. “El asesinato está bastante esclarecido”, aseguró este miércoles el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Hay arma, cadáver, móvil y autor confeso.

 

EL MUNDO

'La maté porque se lo merecía; hizo mucho daño a mi familia'

  • Montserrat González confesó cuando se derrumbó su hija durante un careo entre ambas
  • Planearon el crimen fríamente: 'Se trata de dos psicópatas', dicen desde la investigación
  • En su piso se encontró marihuana y dos pistolas compradas a un toxicómano hace un año

Montserrat González

Finalmente asumió su culpa, pero no porque Montserrat González se derrumbara, como sucede en la mayoría de los casos, sino que fue con la más absoluta frialdad; la misma con la que había venido negando su participación en el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, hasta la noche del martes. «Se acabó. Yo la maté, por venganza y porque se lo merecía; hizo mucho daño a mi familia».

Así de rotunda se mostró al ver que su hija, Montserrat Triana Martínez, presionada y acorralada por el interrogatorio policial, se derrumbó y confesó que había entregado el arma del crimen «a una amiga». Lo que no dijo, en ningún momento, es que esa íntima amiga era la policía local de León Raquel Gago Rodríguez, de 41 años.

Todo se precipitó a partir de las 22.20 horas del martes. A esa hora, según las fuentes de la investigación a las que tuvo acceso este periódico, la agente local se personó en la dependencias de la Policía Nacional de la calle Villabenavente, para entregar el revólver que le había dado la tarde del lunes, después del asesinato de Carrasco, Montserrat Triana Martínez.

Esa baza, la entrega del revólver, fue la que los agentes escondieron en sus preguntas a las detenidas. Y fue, a partir de ahí, desde donde comenzaron a construir el interrogatorio a la hija y hoy acusada de ser cómplice de matar a la presidenta de la Diputación y del PP leonés.

Contradicciones

Ante las continuas preguntas de los agentes, Montserrat Triana Martínez, después de incurrir en numerosas contradicciones, acabó por derrumbarse y reconocer que sí, que «le entregué la pistola a una amiga». En ese momento, y sin pregunta previa, su madre intervino para confesar que ella fue la que disparó a Carrasco y la mató, «porque se lo merecía». «Llevaba mucho tiempo intentándolo», aseguró, para dejar claro que si no lo había hecho antes, «es porque no tuve la oportunidad ni el momento», remarcó.

En su relato, siempre con la misma frialdad, la ya asesina confesa reconoció que llevaba tiempo queriendo matar a Carrasco, «por venganza» y por «inquina», por todo lo que le había hecho a su hija y a su familia.

En ese año y medio que llevaban tramando el crimen de Isabel Carrasco, las dos detenidas tuvieron tiempo de recopilar todo tipo de información y, por supuesto, el revólver del calibre 22, hace ahora más de un año en el mercado negro, con el que finalmente cometieron el asesinato. «Se trata de dos psicópatas», pero dos asesinas con mucha frialdad, señalan fuentes de Interior consultadas por este diario.

Rencor

El rencor e, incluso, la ira hacia Isabel Carrasco de madre e hija era de sobra conocido por numerosos dirigentes comarcales y autonómicos del Partido Popular, a los que en numerosas ocasiones asaltaron para que exigieran a la presidenta de la Diputación que recolocara a Montserrat Triana Martínez en su plaza de técnico en Telecomunicaciones.

Es más, es conocido el duro enfrentamiento, con testigos incluidos, que Isabel Carrasco tuvo en su despacho de la Diputación con la hija, quien le exigió que le diera a dedo esa plaza para la que acababa de convocar el concurso oposición, «porque ella era del partido».

La negativa de la máxima responsable de la Diputación de León provocó el enfado, casi la ira, de Triana Martínez, que fue a mayores, cuando esa plaza no se cubrió, tras pedir la excedencia el opositor vallisoletano que la consiguió en propiedad. Ése, y no otro, fue el móvil del crimen, tal y como reconoció la madre, Montserrat González, ante los investigadores de la Policía. «Dejó a mi hija en la calle, la dejó sin trabajo», declaró.

Se da la circunstancia de que tanto la hija como su amiga, la agente de la Policía Local de León, tenían sus respectivos vehículos aparcados muy próximos y, en su poder, sendos tiquets de la zona ORA de aparcamiento con horarios muy parecidos. Los investigadores precisan que esa prueba demuestra que ambas mujeres aparcaron sus coches a escasa distancia y en un intervalo de tiempo muy reducido.

Aunque en un principio madre e hija se negaron a declarar, finalmente la primera confesó y dijo a los agentes que lo hizo por «inquina personal» que se remonta a hace algunos años.

Nuevo interrogatorio

Ambas mujeres van a ser interrogadas por la magistrada, la Fiscalía y el abogado de la defensa, una vez que a primera hora de la tarde del miércoles recibieron el atestado de la Policía. Al tratarse de actuaciones secretas no está presente la acusación particular, que ya se ha personado en la causa en representación de la familia de Isabel Carrasco.

La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de León citará a declarar en los próximos días a la tercera mujer que ha sido acusada por la Policía de estos hechos delictivos, la policía local.

Fuentes policiales señalaron a Efe que la investigación se ha desarrollado con «rigor y rapidez» y ha permitido poner a las dos acusadas ante la autoridad judicial con pruebas «sustanciales» que al parecer demuestran su culpabilidad.

Además, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró ayer que, tras las investigaciones realizadas por las fuerzas de seguridad, el asesinato de la presidenta del PP leonés, «básicamente, hablando en términos políticos, el caso está bastante esclarecido».

Por otra parte, el inspector jefe Pablo Antonio Martínez García, marido y padre de las dos detenidas , fue relevado a petición propia como responsable de la comisaría de Astorga.

 


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14/05/2014 Editorial de Carlos Herrera: "En internet hay mensajes que son auténtica bazofia"

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