El comunicador analiza el papel de Sánchez en la nueva legislatura y pone el foco en el rechazo a la amnistía con la protesta de este sábado
COPE
Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!
Ahí tienen a Pedro Sánchez, a las 10 va a jurar su cargo ante el rey. Ha conseguido más escaños y más votos que en las anteriores investiduras, pero si se asoman a los medios la palabra que más se repite es rehén. Sánchez arranca la legislatura como rehén de socios independentistas.
Luego anunciará su Gobierno y ahí hay todo tipo de quinielas. Si entra Mónica García a llevar la Sanidad, si repiten Escrivá, Robles o Ribera, si entra alguno de los damnificados por la catástrofe autonómica y local como Ximo Puig. Pero la composición del Gobierno es bastante irrelevante, si algo ha demostrado Sánchez es que los ministros no tienen peso político. Cualquier acción de Gobierno está supeditada al visto bueno de Waterloo.
A Sánchez hay que reconocerle una habilidad para sacar un rendimiento político superlativo a los míseros resultados electorales. Ha consolidado un PSOE capaz de llegar al poder y mantenerse gracias a unos pactos impensables. Solo es posible porque su ambición carece de límites morales.
Todos en nuestra vida cotidiana ponemos alguna reserva moral, pero no es el caso de Sánchez. Por eso es un enemigo tan peligroso, porque carece de los límites que otros sí se ponen. Conseguida la investidura toca empezar a pagar letras de los precios pactados con los socios.
Hoy se celebra en el Tribunal de Cuentas el juicio contra Puigdemont, Artur Mas y otros tantos por el presunto desvío de fondos para los gastos del referéndum del 1 de octubre. Es una humillación para todos los funcionarios que han trabajado en este asunto.
No se dejen engañar por las fotos de euforia de los socialistas, sacar adelante la amnistía no va a ser tan fácil porque en Europa cada vez hay más alarmas, y porque cada vez se publican más artículos sobre el asunto en la prensa internacional. Esa es la batalla que hay que dar ahora, impedir, con recursos legales y políticos, la amnistía.
La primera cita la tenemos mañana en Madrid en una convocatoria de varias asociaciones. Es una protesta y debe ser absolutamente masiva. Vayan a Madrid si pueden a demostrarle a Sánchez toda la gente pacífica contra la que ha levantado su muro. A Cibeles a mostrar a jueces, fiscales, magistrados, cuál es el sentir de la sociedad española.
Sánchez consiguió ayer un apoyo mayoritario en el Parlamento. El apoyo a un programa inexistente. Alguna de las cosas que Sánchez ha prometido a los socios exigirán una reforma constitucional, pero eso no va a pasar porque carece de los votos necesarios. A cambio, tiene una mayoría de soldados dispuestos a vaciar la Constitución de su contenido.
Ese es el plan, está a la vista de todos y ninguno de los socios de Sánchez lo ha ocultado, al menos para eso ha servido el debate. Hay que movilizarse pacíficamente hay que hacerlo porque no hay justificación alguna para la violencia.