Oriol Junqueras hizo unas declaraciones este martes a las puertas del Congreso que ponen en evidencia la postura negociadora de los socialistas
COPE
Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!
Ya son las ocho de la mañana, son las siete en Canarias. Es un miércoles 20 de septiembre del 2023. El día después del día del disparate, el día del pinganillo. Tanto en el Congreso como en Bruselas. Grotesco. Donde los nacionalismos periféricos que buscan sistemáticamente dividir, crear diferencias entre ciudadanos han conseguido ya que el castellano deje de ser un idioma común.
Dirán algunos de ustedes, ¿por qué exagera tanto? No, simplemente nos ponemos a tocar la lira y el arpa y decimos que qué bonito que todos los idiomas tengan su sitio y cada uno... Sí, sí, pero es que no son utilizados para eso, son utilizados con otra intención. Estoy haciendo una valoración de intenciones, lo sé, pero hombre, la praxis política de cada uno de los grupos que ha defendido eso, que ha promocionado eso y que ha convencido al PSOE para que cambie de opinión y también diga que eso es lo debido, llevan una intención no disimulada en su quehacer desde hace años.
Pero con todo, esto del show del pinganillo se lo cuento ahora con detalle, pero le tengo que destacar unas declaraciones de un dirigente independentista que ayer se escucharon, por cierto, en castellano. Y me refiero a las palabras de Oriol Junqueras a las puertas del Congreso de los Diputados.
"Estamos convencidos que la amnistía forma parte ya del acuerdo al cual llegamos con el Partido Socialista de cara a la constitución de la Mesa del Congreso"
Estamos convencidos de que la amnistía forma parte del acuerdo que alcanzamos con el PSOE de cara a la formación de la Mesa del Congreso.
Es decir, apoyamos que Francina Armengol esté ahí, pero tú tienes que dar el paso adelante en otras cosas, en las lenguas, en el Congreso. Curiosamente, antes, es decir, cambiando el orden debido de las cosas. En una democracia formal, para no violentar los reglamentos, primero lo que tú haces es debatir algo, luego votarlo y luego aplicarlo. No. Aquí primero se ha aplicado, luego se ha debatido y luego se ha votado.
Bueno, pero en román paladino lo que ha dicho Junqueras: la amnistía no se está negociando en secreto, ya está negociada. Fue una condición para la presidencia del Congreso y se aceptó a mediados de agosto. La amnistía, por tanto, ya está pactada. A todo esto, silencio absoluto de la otra parte, Sánchez y sus mariachis. Una de las perversiones que Sánchez ha traído a la política española es que para saber lo que nos pasa y lo que nos va a pasar, no tenemos que escuchar al presidente del Gobierno.
Hay que escuchar a los independentistas, a Otegi, a Puigdemont, a Junqueras ayer, que son los que nos dicen la verdad. Los socialistas se escabullen, retuercen las palabras, nos mienten, se tapan. Ayer Junqueras, e insisto, nos dijo que la amnistía ya estaba pactada y el Gobierno no lo ha desmentido. Sólo escuchamos un coro de balbuceos absurdos sobre lo guapo y lo constitucional que es Pedro Sánchez.
Y también le preguntaron a Junqueras por un gesto de arrepentimiento de los golpistas por su conducta en 2017 que facilitara al PSOE justificar la amnistía. Y este dijo, no entendería que nadie tenga que arrepentirse de hacer algo que no está en el Código Penal. Claro, es que le han quitado el delito del Código Penal. El que debería arrepentirse es el que haya impedido ejercer un derecho tan básico como el derecho al voto.
Para eso sirve tanto apaciguamiento. Para eso ha servido eliminar el delito de sedición. Tantas cesiones solo han servido para que hoy esas cesiones se presenten como la prueba de los golpistas de que los golpistas tenía razón, que fue la respuesta del Estado la que estuvo equivocada. Y lo terrible del argumento de Junqueras es que tiene toda la lógica.