El comunicador analiza la reacción del gobierno de Sánchez tras la decisión de Ferrovial
COPE
Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!
La cosa se mueve entre dos asuntos. Uno sustancial y otro en el que la teatralización está intencionada con el fin de que eso alivie un tanto las iras de los votantes socialistas que trinan con el caso "Mediador'"
Encontramos a Ferrovial, que en uso de su libertad, decide una operación empresarial determinada y entonces les acusamos prácticamente de la pérdida de la Armada Invencible. ¿Quién es el gobierno para pegarle una bronca a una empresa que toma legítimamente una decisión en función de la legalidad y de los intereses de sus accionistas?
El Gobierno ha decidido crear un gran debate nacional utilizando una empresa privada, hacer de nuevo una cortina de humo con la que tapar otros escándalos. Los accionistas decidieron mover su sede social a Países Bajos, algo a lo que tienen derecho y además que sucede con bastante frecuencia en otras compañías.
La reacción de los ministros al caso Ferrovial
Pero reacción exagerada, con el presidente a la cabeza, ha convertido esta decisión en casi un asunto de estado. Hasta cinco ministros salieron ayer en tromba contra la decisión de la empresa y la guinda la ponía el presidente a última hora de la tarde. El señor del Pino va a seguir pagando impuestos en España y Ferrovial va a seguir trabajando en España, bueno si le dais una concesión pública.
Ayer apareció Calviño, volvió a insistir en que Ferrovial le debe mucho a España, como si Ferrovial no hubiera hecho los trabajos que ganó presentando por la mejor opción al concurso, como si le hubieran dado de más por hacer un trabajo que hizo. Yolanda Díaz apareció después, habló de decisión nefasta, dijo el Ministerio de Economía tiene que tomar medidas para evitar la deslocalización, pero si es legal. Esta todavía no ha visto donde vive. En la Unión Europea eso es el legal.
Escrivá, el que faltaba, acusó a la empresa de conducirse guiada por la codicia. Ione Belarra ya directamente dijo que eran antipatriotas y algo más dijo y además menuda empresa pirata que se va a un paraíso fiscal. Vamos a ver ignorante, ¿Países Bajos es un paraíso fiscal? En Países Bajos se pagan tantos impuestos como en España, otra cosa es lo que pase con los dividendos de las empresas, pero las empresas pagan más o menos un impuesto de sociedades similar.
Y María Jesús Montero, que fue la única medio sensata qué dijo yo le insto a la empresa a reconsiderar su decisión, pero bueno que mantenga la inversión y el empleo en España porque estas cosas se hacen al revés, cuando tú te enteras le dices a la empresa hombre no te vayas quédate yo te ayudo, vamos a intentar, pero salir así a las bravas.
Sánchez es que ni siquiera se refirió a la empresa, sino a Rafael del Pino, el gobierno de más acusa sin ningún tipo de recato al presidente de Ferrovial, que solo tiene el 20% de las acciones de la empresa. Ferrovial es libre de ir donde quiera, nos guste o no nos guste porque en una economía global las empresas se mueven por el mundo en función de estrategias y le interesa operar desde Ámsterdam y es legítimo que lo haga.
La función de una empresa no es darle lustre al gobierno de estos tíos, sino conseguir el mayor valor para sus accionistas. Esto es el A, B, C de la economía productiva de un país.
El caso del 'tito Berni'
Vamos a distraer la atención del caso del 'tito Berni' y sobre todo vamos a amedrentar a cualquier otra empresa que pudiera estar pensando seguir los pasos de Ferrovial. El escándalo avanza en dos ámbitos, el político y el judicial. Ayer se conocieron los nombres de algunos de los diputados socialistas que asistieron a las cenas organizadas por Fuentes Curbelo, todos han dicho yo fui a cenar y nada, anunciando acciones legales contra quienes les vinculen con la trama.
También tuvimos conocimiento de la declaración del General de la Guardia Civil que justificó en el hallazgo de 60.000 euros en su casa por la pandemia del covid. La cuestión está y es además ahora mismo un debate fundamental en el seno del Grupo Socialista del Congreso, en por qué el gobierno, por qué Sánchez, prefiere de alguna manera extender la sospecha sobre 120, en lugar de contar exactamente por qué, quiénes y qué hicieron. Hay en el seno del Grupo Parlamentario Socialista una sensación de cabreo en este mismo momento que no se la salta.