COPE

Después de que el pasado viernes fueran acercados siete etarras a cárceles del País Vasco, entre ellos, los asesinos de Ernest Lluch y el matrimonio Jiménez-Becerril

La clave de Ángel Expósito de este lunes  se centra en unos premios y unos nombres propios Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García, su esposa.

Estoy a punto de coger el AVE camino de Sevilla para recibir el Premio periodístico de la Fundación Jiménez-Becerril, un inmenso honor. Hay apellidos ante los que uno solo puede ponerse firme.

La actualidad ha querido que este día coincida con otro escupitajo más en nuestras conciencias como sociedad y no te digo en la memoria de las víctimas del terrorismo. El pasado viernes, ya por la tarde, para que se nos olvide, Sánchez y Marlaska premiaron a otros 7 asesinos de ETA acercándoles a casita. Entre ellos, un tal Txomin asesino de Ernest Lluch, y a José Luis Barrios, precisamente, asesino de Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García, aquella noche del 30 de enero de 1998 en Sevilla.

Ya solo quedan 14 asesinos de ETA por acercar a casa, supongo que nos la colarán el viernes que viene para que estén todos en casita por Navidad. Ya solo quedan casi 400 asesinatos de ETA por resolver.

Un honor formar parte de ese equipo de premiados contigo, Carlos, con Ignacio Camacho, con Álvaro Ibarra, Ángeles Escribá, Fernando Lázaro. Un honor formar parte periodísticamente hablando de la familia JIménez-Becerril.