El papel de la abogacía del Estado, la situación del volcán de La Palma y la convención del PP entre los temas de la editorial de este lunes
COPE
Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!
Ya es lunes por fin y son las 8.00 de la mañana, mayor felicidad es muy difícil encontrar a lo largo de toda la semana, un lunes a las 8.00 de la mañana 7.00 en Canarias qué quieren que le diga. Además, un día relativamente estable o bastante estable en toda España que comienza siempre con la crónica de estas semanas, de estas semanas de volcán. La única certeza que teníamos es que esto iba para largo, no era una cuestión que iba a durar dos días. Y a medida que la tierra iba eruptando toda la lava y toda la materia que tiene por ahí dentro, más tragedias -evitando las personales que se han podido evitar-, llegaban a medida que iba anegando territorios, terrenos, viviendas, infraestructuras. Lo más inquietante de las últimas horas es que se ha derrumbado un nuevo cono y ha abierto una nueva colada que le dio por tomar una nueva dirección destrozando, sepultando, una zona que hasta ahora se había librado de la lava. ¿Hasta dónde llegarán las cosas? No sabemos.
El denominador común entre un tribunal de Zaragoza y la justicia italiana
Arancha González Laya declarará hoy como investigada en el caso Ghali
Se nos presenta un día judicial con dos declaraciones de índole muy diferente con un denominador común. ¿Qué tiene en común que en Zaragoza un juez pregunté a una exministra con que un tribunal europeo decida si devuelve o no devuelve a la Justicia española, bueno a España si pone en manos de la justicia española al expresidente de la Generalidad de Cataluña? ¿Qué pueden tener en común las dos cosas?
El denominador común de las dos cosas es la abogacía del Estado, porque en ambos casos, la abogacía del Estado ha sido empleada por el Gobierno para que sean dos asuntos se queden como están. Es decir, que la exministra González Laya se pueda ir de rositas tras haber permitido ella o quién le manda ella que Brahim Galhi entrara en España de forma irregular, con identidad falsa sin pasar el control fronterizo y sin ponerlo al servicio de la Justicia que le reclamaba, y que Puigdemont siga libre -como el sol de la mañana que cantaba Nino Bravo-. ¿Qué le conviene a Sánchez en los dos casos? Planteésmoslo así, primero que la ministra no se vea acorralada y le diga al juez, 'pues mire usted yo dejé entrar a Señor porque el presidente del Gobierno me dio el visto bueno porque como usted comprenderá pues yo no estoy tan loca como para montar esa operación sin el visto bueno de mi presidente'. Ahí Sánchez podría tener un problema. Bueno, pues la abogacía del Estado ha salido para tomar cartas en el asunto y asegurar que la imputación de Laya es impertinente. Fíjense ustedes con lo pacata que ha estado abogacía en asuntos de la fianza con el dinero público, para hablar separatistas que malversaron dinero público, en fin que no ha querido opinar sobre semejante escándalo y lo rápido que opina para lo que le conviene, para lo que le conviene al señorito.
Puigdemont está en Cerdeña como Perico por su casa
Y luego, ¿qué decir del asunto Puigdemont? Que ayer volvió a Cerdeña como Perico por su casa acompañado por Ponsatí, por Comin -los más listos de la clase-, a los que no han detenido a pesar de estar requeridos por la Justicia. Reina en el ambiente la sensación de que estos están más tranquilos que un 8 acostado y aquí, también, trabajito fino corrió a cargo de la abogacía del Estado porque trasladó, sin tener competencias para ello, a la Justicia europea que la euroorden de Pablo Llarena, que es la euroorden por la que pide la detención y traslado a España de Puigdemont estaba desactivada y no solo eso, ahora en Moncloa se dedican hacer de menos a Llarena, presentarlo como alguien que ha perdido las formas porque ha vuelto enviar una carta a la juez italiana diciendo que la orden está activa, que yo este tío lo busco.
La persistencia de la juez Llanera, clave para pedir a Europa la extradición de Carles Puigdemont
¿Y hoy que puede pasar? Ya lo veremos, es el tercer melón que se toca. La italiana es la tercera tecla que se toca después de la belga y la alemana, las dos primeras salieron mal, y si todos los pronósticos, la actitud propia de Puigdemont, sugieren que la Justicia italiana no va a atender la petición de Llarena. Puigdemont pretende esos beneficios como respaldo a su actitud, a su causa. Pero oiga, miré, las garantías jurídicas, las lagunas del ordenamiento europeo, pueden favorecerle si sus abogados saben manejarlo -y parecen que saben-. Pero su problema de fondo persiste y la Justicia española, antes o después logrará asentarlo en el banquillo. Lo que pasa es que si lo hace ahora le crea un problema de estabilidad al Gobierno de Pedro Sánchez de tres pares de narices. El desenlace pues, ya veremos, en las próximas horas.
Casado tiene, al menos, el apoyo de los suyos
Y ayer, el Partido Popular vivió la culminación de una semana de convención, saben ustedes una convención no es un congreso, es decir, no sé manejar las ideas de peso suficientes, eso cuando se manejan, luego hay congresos de partido que no han manejado una idea en su puñetera vida. Pero, bueno, una convención, la convención sirve para vender imagen de unidad, para autoconvencerse, para tener ganas de ganar, no tanto para soltar ideas de largo recorrido.
El presidente del PP, Pablo Casado, durante su intervención en la Plaza de Toros de Valencia
Ahora tiene por delante dos años el Partido Popular antes de que, en fin si no hay algún acontecimiento que lo desmonta, Sánchez convoque elecciones.
¿Esto es una señal de cambio de ciclo lo de ayer? La plaza totémica de Valencia pues, seguramente, no hay que ir tan deprisa. Casado tiene un trabajo mucho más difícil que el que tuvieron otros presidentes. Aznar pudo reunir todo lo que había a la derecha del PSOE en sus siglas, ahora mismo, Casado eso lo tiene mucho más difícil porque todavía queda por ahí Ciudadanos. Es verdad, se ha hecho un abordaje notable y sobre todo porque tiene a Vox. Rescatar a aquellos que se fueron a Vox no va a ser tan sencillo. Ser una fuerza mayoritaria para mayoritariamente gobernar y poder hacerlo en cierta soledad, eso me parece una tarea ciclópea. Ahora, oiga, al menos tiene el apoyo de los suyos, porque lo que sí se ha visualizado es que es un partido unido junto a un tipo al que siguen. Ya veremos a dónde les lleva.”