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El periodista ha presentado su libro "2017: La crisis que cambió España", donde habla de los precedentes del procés y del desarrollo de la actual crisis territorial

David Jiménez, articulista y autor de "2017: La crisis que cambió España", ha sido entrevistado este martes en 'Herrera en COPE', donde ha hablado de los precedentes del procés y del desarrollo de la crisis política y territorial que ha atravesado España en los últimos años. Según ha dicho, “seguimos viviendo la onda expansiva de 2017” porque el independentismo está liderado “por un preso y por un prófugo”, aunque han aflorado “otras cuestiones como puede ser la fragmentación del centro y de la derecha en distintos partidos”, lo que deriva de “cómo manejó el Partido Popular el desafío independentista”.

“Si vamos siguiendo las grietas por la pared hasta el momento inicial encontraremos que todas llevan de vuelta hacia 2017”, ha resumido sobre el atolladero político. Para el periodista, “el pujolismo siempre llevaba hacia 2017”, lo que no es asumido por el Gobierno de Sánchez e Iglesias. “Buena parte de lo que han intentado hacer desde el comienzo explícitamente es regresar a la Cataluña de los tripartitos”, cuando “Montilla y Maragall podían gobernar con Esquerra”, pero “ese intento de reconstruir el mundo de ayer está condenado al fracaso porque ese mundo de ayer ha desaparecido y, además, siempre nos llevaba a la crisis de 2017”.

Jiménez ha responsabilizado de los orígenes de la crisis de 2017 a Montilla y a Maragall, cuando afirmaban que el Tribunal Constitucional era un órgano “ilegítimo y que existía esta especie de voluntad popular que no podía conocer ningún freno a sus aspiraciones”, en relación al Estatuto anulado en parte en 2010.

A su juicio, “en 2017 no era solo importante frenar el asalto separatista a la Constitución, sino que también luego había que explicar durante años por qué había estado bien frenarlos. Eso es a lo que creo que se ha renunciado, y muy singularmente desde que Pedro Sánchez gobierna en España”. Pese a ello, “el separatismo y sus aliados llegarán hasta donde les deje llegar el constitucionalismo”.

“Tenemos que hacernos a la idea de que por mucho que parezca que ya estamos hartos de todo esto, esto va a durar muchos años”, ha dicho el periodista sobre la situación política de Cataluña y sus repercusiones en el resto de España. Y es que, “2017 no fue solo una cuestión de una esquina de España”.

En lo que respecta a las elecciones de Cataluña y a la desmotivación del constitucionalismo, Jiménez se ha preguntado “hasta qué punto se les ha desoído y se les ha ignorado en el resto de España”. Los “votantes buscan la oposición más robusta posible a unos separatistas que no parecen encontrar un tope en ninguna otra institución del Estado”, ha dicho sobre la debacle electoral de Cs y del PP y en relación al auge de Vox.

Por otro lado, Jiménez ha dicho que hay que revisar el estado de las autonomías para determinar “qué grado de descentralización es mejor para gestionar lo común”. También ha señalado que la gobernabilidad de España, en vez de pasar por el eje izquierda-derecha, ha de pasar “por el eje constitucionalismo o anticonstitucionalismo”.

Por último, el autor de "2017. La crisis que cambió España” ha dicho que “Casado, hasta cierto punto, recae en lo mismo en lo que cae Pedro Sánchez después 2017: en la promesa de que se puede reconstruir el mundo de ayer”. A su parecer, no ha conseguido resolver los “problemas que heredó de Mariano Rajoy”, por lo que tiene que determinar “qué tipo de futuro puede ofrecer, qué tipo de alternativa y qué puede poner de su parte”.

La crónica definitiva de los orígenes, el desarrollo y las consecuencias del procés que cambió nuestro país

La premisa de la que partía el sistema creado por la Constitución de 1978 era que el modelo autonómico serviría para satisfacer a los nacionalistas vascos y catalanes. Gracias a él, se produjo un largo proceso descentralizador mediante el cual las competencias del Gobierno central se transfirieron a las autonomías. El sistema facilitó así un notable aumento del autogobierno en Cataluña, el País Vasco y el resto de España. Si uno se ceñía al plano general, los hechos parecían elocuentes: la premisa se había cumplido.

Pero en algún momento de la historia reciente esto dejó de ser así. Y es posible que el instante definitivo fuera 2017, el año en el que el procés catalán desembocó en el referéndum ilegal, la declaración unilateral de independencia, la suspensión de la autonomía catalana mediante el artículo 155 y las detenciones y huidas de algunos de sus líderes. Fue, dice Jiménez Torres, «la crisis que cambió España». Porque no se trató solamente de un conflicto de las élites; aquel episodio fue vivido con intensidad por millones de españoles.

Armado de la capacidad documental propia de los historiadores para narrar los precedentes del procés, de la voluntad narrativa del periodismo para contar lo que sucedió durante éste y del talento analítico de sus mejores columnas para ver su proyección en el futuro, Jiménez Torres ha completado una de las mejores obras ensayísticas recientes.