COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

Es la hora en que el Gobierno tiene que liarse la manta a la cabeza y salvar a la economía

Tenemos sendos problemas, Don Carlos: el sanitario y el económico. La pandemia azota. Si todavía quedaban esperanzas de reactivación económica, desaparecen. Las perspectivas apuntan mal o muy mal. La confianza de empresas y familias está por los suelos. Las inversiones y el consumo se vienen abajo ante la preocupación que cunde. Solo nos faltaba el cambio de hora, con bares, restaurantes, comercios y hoteles cerrados. El estado de alarma clava la puntilla, Don Carlos. Lo dijimos días atrás: este último trimestre del año, de tradicional efervescencia consumista y tono optimista en el marco económico, con el colofón navideño, se viene abajo.

Lo peor es que las Navidades de este fatídico año 2020 pueden ser un funeral con música de réquiem en vez de villancicos, carentes de ambientación familiar. Varios datos enfatizan el desplome de la caída de la demanda interna. Baja el gasto con tarjetas, la compra de turismos, el consumo de cemento, el tráfico de coches y la ocupación en los medios de transporte. No solo seguiremos con varios cientos de miles de personas en ERTE, sino que durante las próximas fechas los ERES y despidos se dispararán. De manera que si en el desempleo se computan todos los afectados por ERTE, más los que sobrevengan a causa de ERE y de resoluciones de contratos y concursos de acreedores, España superará el 20% de tasa de paro. Y, entonces, la cosa pinta muy mal.

Es la hora en que el Gobierno tiene que liarse la manta a la cabeza y salvar a la economía, contrarrestando una tasa de paro tan peligrosa y facilitando liquidez a nuestras empresas que desfallecen, sin rodeos de préstamos ni otras envolturas. Es la hora del gasto público eficiente, de poner en marcha inversiones públicas, por ejemplo, en construcción e infraestructuras, al son de la transformación digital y la transición ecológica. Gastar o morir…