COPE
La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.
Donald Trump plantea con carácter inmediato bajar impuestos, recortar el IRPF y poner en marcha préstamos a las pymes para combatir el coronavirus. Nuestro Houston de España, como panacea, decide suspender los viajes del Imserso, prohibir los vuelos directos con Italia y la baja a los trabajadores en cuarentena por el coronavirus. No se reacciona… El primer semestre de 2020 será un paso atrás para la economía mundial, con consecuencias en EE.UU que pueden jugar en contra de Trump, caída en Europa y declive en China. Los motores del mundo fallan y eso arrastra a todo el orbe económico. El petróleo entra en una guerra entre Arabia, que quiere seguir ejerciendo de primera productora, versus Rusia, que aguanta con precios bajos, y un enemigo común: el petróleo norteamericano del fracking.
La U, y no la V, es la letra del abecedario que define la recuperación que, en un escenario optimista, sería después del primer semestre de este año. Los estragos, de aquí a junio, ya están causados. Caídas bursátiles de tomo y lomo, menos demanda de bienes y servicios en todo el mundo. Y el lado financiero, Don Carlos, es el que preocupa. Hablábamos el otro día de las empresas zombi y de la elevada deuda corporativa. Y meses atrás comentábamos el efecto Coyote que tendría lugar en 2020. El coronavirus está precipitando la caída al vacío de activos financieros con los que hacer frente al pago de deudas. Los impagos se divisan y otra posible crisis de deuda puede estallar. El virus es la coartada perfecta decíamos para tapar la debilidad económica. Tal vez ahora sea más adecuado decir que el coronavirus es el afilado estilete que desangra a la economía.
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