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«Los empresarios y la sucesión de Zapatero»
De Carlos Herrera (el 28/03/2011, en Nacional)
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El Comercio Digital Los empresarios exigen a Zapatero que la sucesión no le distraiga de las reformas Las grandes compañías se comprometen a convocar 30.000 becas de formación para combatir el paro juvenil Los empresarios exigieron a Zapatero que ni el debate sucesorio en el PSOE ni motivaciones electorales le distraigan del proceso de reformas emprendido. Abrió el fuego Emilio Botín, presidente del Santander, y le secundaron otras muchas voces, entre ellas las de los dirigentes de las grandes constructoras, Juan Miguel Villar-Mir, de OHL, y Rafael del Pino, de Ferrovial. Con la imagen en la retina del primer ministro portugués, José Socrates, y la posibilidad de que ese país se vea abocado a un rescate financiero por las irreconciliables diferencias políticas sobre los planes de ajuste, los dirigentes pidieron al líder socialista español que aparte de sus inquietudes el calendario político. Al proponerle centrarse en el objetivo de la salida de la crisis y el retorno al crecimiento sostenido, consideraron poco oportuno un adelanto electoral. Estos planteamientos surgieron durante el encuentro en La Moncloa del presidente del Gobierno con 40 responsables de las principales empresas españolas. A su término, Zapatero declaró a los periodistas que «las reformas no están condicionadas ni por el calendario político ni por otras circunstancias». El jefe del Ejecutivo reconoció que la práctica totalidad de las intervenciones empresariales le habían urgido «celeridad y profundidad» en los cambios comprometidos y en los que ya se encuentran en marcha. A esta cita, segunda edición de la convocada el pasado noviembre, se incorporó el presidente de CEOE, Joan Rosell, además de algunas nuevas empresas. Y del encuentro salió la iniciativa de las grandes sociedades de convocar 30.000 becas para formar a jóvenes desempleados de baja cualificación durante un periodo de seis meses. César Alierta, presidente de Telefónica, se encargará de coordinar las propuestas y el Banco Santander, por boca de Emilio Botín, apuntó una primera oferta de 2.000 puestos. Las pymes podrán participar a través de CEOE. El jefe del Ejecutivo recibió a los grandes empresarios arropado por los vicepresidentes primero y segundo del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Salgado. Explicó que estos encuentros le sirven para tomar el pulso de los mercados, por el contacto directo que estos líderes y sus equipos tienen con los inversores internacionales. «Ellas son las empresas que están en el mundo», reconoció. Más tranquilos Celebró Zapatero el mejor clima de las últimas semanas, reflejado en una significativa rebaja de la prima de riesgo, o coste de la financiación que pagan tanto el Estado como las compañías españolas, porque el diferencial con el bono alemán a diez años se ha visto recortado en cien puntos básicos. «Hoy podemos estar más tranquilos», aseguró, pese a las recientes tensiones generadas por la crisis portuguesa. Y emplazó a los dirigentes para examinar los avances conseguidos cuando transcurran tres meses. «No podemos bajar la guardia», fue la respuesta que los empresarios dieron a la comunicación inicial, en la que Zapatero se mostró satisfecho de los logros obtenidos en la reducción del déficit, y de los planes de reconversión de las cajas de ahorros. El presidente del Gobierno enumeró después los objetivos inmediatos de su programa de reformas -adelantados la víspera en el Consejo Europeo- pero tuvo la habilidad de dejar que fuera el presidente de CEOE el encargado de exponer las conversaciones sobre negociación colectiva. De las palabras de Joan Rosell dedujeron los asistentes que «se introducirá más flexibilidad en las relaciones laborales, con cambios profundos que permitirán ganar competitividad». Y también que, si nada se tuerce, habrá acuerdo con los sindicatos en el plazo, prorrogado por el Gobierno, que permitirá aprobar la norma en Consejo de Ministros antes de que concluya el mes de abril. Frente a la posición de Rosell, que se mostró «esperanzado en el acuerdo», alguno de los empresarios no ocultó posteriormente sus reticencias y se declaró partidario de «esperar y ver», para comprobar si la reforma de la negociación colectiva genera un marco que permita a las sociedades adaptarse a circunstancias económicas cambiantes. Zapatero anunció a los asistentes que el próximo viernes aprobará el Gobierno una reforma en profundidad del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) para facilitar la internacionalización de las empresas que necesitan apoyos para salir al exterior. Y pidió a las grandes compañías que apadrinen a las de menor tamaño, y en particular a las operan en sectores auxiliares, para ayudarles a mejorar la formación de sus empleados y a promocionar sus exportaciones. Respondía así a la queja |
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