CLÁUSULA DE EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD
Los comentarios del website www.carlosherrera.com tienen carácter divulgativo e informativo y pretenden poner a disposición de cualquier persona la posibilidad de dar su opinión sobre las noticias y los reportajes publicados. No obstante, es preciso puntualizar lo siguiente:
Todos los comentarios publicados pueden ser revisados por el equipo de redacción de www.carlosherrera.com y podrán ser modificados, entre otros, errores gramaticales y ortográficos. Todos los comentarios inapropiados, obscenos o insultantes serán eliminados.
www.carlosherrera.com declina toda responsabilidad respecto a los comentarios publicados.
|
|
06/12/2009 1:58:20 |
Prudencio Exojo |
 |
Tan de acuerdo con tu artículo, como desconsolado y triste, por el incierto futuro que nos espera a los que, con ahínco, pero sin fortuna de prosperar, defendemos desde aquí ser españoles. Si, si. Español, encerrado en un sistema que, sin solución ni respuesta, te uniformiza en catalán, sin descontar del PIB la aportación que, como empresario y productor con ejercicio y domicilio fiscal aquí, contribuye a un sistema que no quiero compartir. Ni financiero, ni político, ni económico, ni social, ni educativo.
¿Qué me resta?. Emigrar a España. La patria que me vio nacer, la que llevo en mi interior como única nacionalidad. Y mientras tanto.... desde allí, al otro lado de la " frontera "¿ quién nos defiende ?. Por cierto, no tengo ni Embajada, para acudir como refugiado político.
|
05/12/2009 16:17:43 |
Fernando Montero |
 |
Hola Carlos,
Al leer tu artículo se me ha venido a la cabeza uno de los capítulos que incluyo en el libro ''KAMASUTRA EN LA EMPRESA'', que acabamos de publicar. El capítulo recoge la postura del CAZAFANTASMAS DE LA MONCLOA. Habla sobre la pérdida del sentido de la realidad que con el tiempo afecta a los poderosos (empresarios, directivos y también políticos). Responde a una especie de enfermedad mental conocida con el nombre de ''Síndrome de Hubris'', una especie de desarrollo del ego desmedido y que, en la política nacionalista, llega a conformar esos grupos oligárquicos de los que hablas en el artículo. También se manifiesta en el hecho de no darse cuenta de que la política va por un lado y la sociedad civil por otro. ¿El final de la historia? Pues que los del Síndrome de Hubris acaban siempre mal: desterrados, humillados, deprimidos y odiados por los que creían de su misma tribu.
Un saludo,
Fernando Montero
|
06/12/2009 1:58:20 |
Prudencio Exojo |
 |
Tan de acuerdo con tu artículo, como desconsolado y triste, por el incierto futuro que nos espera a los que, con ahínco, pero sin fortuna de prosperar, defendemos desde aquí ser españoles. Si, si. Español, encerrado en un sistema que, sin solución ni respuesta, te uniformiza en catalán, sin descontar del PIB la aportación que, como empresario y productor con ejercicio y domicilio fiscal aquí, contribuye a un sistema que no quiero compartir. Ni financiero, ni político, ni económico, ni social, ni educativo.
¿Qué me resta?. Emigrar a España. La patria que me vio nacer, la que llevo en mi interior como única nacionalidad. Y mientras tanto.... desde allí, al otro lado de la " frontera "¿ quién nos defiende ?. Por cierto, no tengo ni Embajada, para acudir como refugiado político.
|
05/12/2009 16:17:43 |
Fernando Montero |
 |
Hola Carlos,
Al leer tu artículo se me ha venido a la cabeza uno de los capítulos que incluyo en el libro ''KAMASUTRA EN LA EMPRESA'', que acabamos de publicar. El capítulo recoge la postura del CAZAFANTASMAS DE LA MONCLOA. Habla sobre la pérdida del sentido de la realidad que con el tiempo afecta a los poderosos (empresarios, directivos y también políticos). Responde a una especie de enfermedad mental conocida con el nombre de ''Síndrome de Hubris'', una especie de desarrollo del ego desmedido y que, en la política nacionalista, llega a conformar esos grupos oligárquicos de los que hablas en el artículo. También se manifiesta en el hecho de no darse cuenta de que la política va por un lado y la sociedad civil por otro. ¿El final de la historia? Pues que los del Síndrome de Hubris acaban siempre mal: desterrados, humillados, deprimidos y odiados por los que creían de su misma tribu.
Un saludo,
Fernando Montero
|
|
|