Casi después de un año de haber leído el artículo de Carlos Herrera en el XL Semanal sobre la villa de Avilés, he tenido la ocasión de visitarla ayer 29 de abril y la sensación ha sido sorprendente: El encanto postindustrial que se está desarrollando, los espacios verdes y diáfanos de los parques, la recuperación de la ría con paseos en las orillas, rehabilitación de palacios, casas nobles y viviendas con arquitectura del s. XIX, zonas peatonales en el casco antiguo recorridos de soportales..etc. Es un destino que merece la pena pasear y disfrutar.
Puede ser que el tirón definitivo sea la inauguración del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, pero el resultado final es gracias a haber sabido conservar esos elementos arquitectónicos que pocas ciudades han mantenido.
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