LO que dice el Papa va a Misa. Y el Papa de Roma ha dicho algo que mucha gente se ha preguntado en más de una ocasión: ¿Por qué nunca cae la Semana Santa en la misma fecha, tal y como pasa con la Navidad? Reconozcamos que una cosa es que nos lo preguntemos usted o yo y otra muy distinta que se lo pregunte el sucesor de Pedro, el cual al hacerlo deja abierto un debate que en ámbitos curiales, canónigos y cofradieros nunca pasó de una charla de bar, pero de las de muy al final de la noche. Dice el Papa Francisco que eso de celebrar la Resurrección del Señor según caiga la luna llena de primavera es un poco relativo, y que lo suyo sería hacerlo, por ejemplo, el segundo domingo de abril. O sea, que el Domingo de Ramos, para entendernos, debería ser el primero de ese mismo mes, si es que lo he entendido bien; lo cual llevaría a que el Martes Santo nunca se celebraría la salida de la Candelaria, Reina de ese día en la Sevilla cofrade más allá del 9 de Abril. En principio, nada que objetar: es una buena fecha y los candelarios sabríamos que Nuestra Titular estaría, como muy pronto, el día 3 en la calle para deleite espiritual y sensorial de todos sus fieles. Pero lo que en Sevilla es asunción de costumbre cambiante, también lo es en algunos otros lugares. En muchos lugares. Y la Semana Santa, sin entrar en otras consideraciones, no es solo una celebración en la que los católicos revivimos la Pasión y Muerte de Cristo y su posterior camino a los Cielos: es un enclave calendario mediante el cual establecer regímenes laborales, movimientos de masas camino de las vacaciones y fijación de otros ritos que desde catolicismo se han traspasado a la sociedad civil y sus costumbres. Por ejemplo, en la Muy Mariana ciudad de Sevilla la Semana Santa organiza no pocas cosas posteriores, entre ellas la Feria de Abril, que a veces cae en Mayo, y que siempre anda un par de semanas después de que el Resucitado de Santa Marina se recoja y empiecen a sonar los clarines en la Maestranza. Usted podrá decir: ¿Y qué más le da que eso ocurra en día fijo que que pase en día móvil? Usted podrá ir igualmente a añorar a Curro Romero con la única diferencia de que eso acaecerá, como muy pronto, el día 8 de abril (si es que yo he entendido bien al Santo Padre). Ya. Sí. Pero es que no solo es eso.

También el Lunes de Pentecostés deberá entonces tener fecha más o menos fija. Si son cincuenta días, echen cuentas: las carretas al Rocío echarían a andar en Sevilla (y no calculo desde otros muchos lugares) en la segunda quincena de mayo. Pero es que, además, el Corpus lo que el maestro Burgos llama «sacar a Dios a cuerpo a la calle» sumen diez días más, vendría a ser siempre el 20 de mayo como muy tarde. Y hasta ahí, si me apuran, todo bien. Por nosotros no hay demasiado inconveniente. Pero otra cosa me da a mí que son los intereses económicos, turísticos y sociales que conlleva esa elección en lugares sensibles a la concurrencia, como mi ciudad, o como los miles de destinos turísticos y religiosos que en España son. Y que en el mundo son. La Semana Santa, por demás, también condiciona hacia atrás: ¿qué pasa con los Carnavales? ¡con lo que le gusta a un agnóstico progre un carnaval (y a mi también) y su interpretación pagana! Vamos también a tener fecha fija para las eliminatorias del teatro Falla en Cádiz y para disfrazarnos de mamarracho en cualquier ciudad de nuestro país. Lo cual me da que ya toca otras sensibilidades. El debate es apasionante, pero menudo alboroto acaba de levantar Francisco.