Arrancó la “Operación salida”. España entera con vertida en un chiringuito. Pero todos sabemos que muchos se van de vacaciones sólo de boquilla, porque el verdadero ejemplar de “famoso” patrio trabaja en estas fechas más que nunca. Y si de verdad se marcha a descansar, entonces es que no merece estar en nuestra lista de currantes del famoseo.
Hay, como poco, dos grandes grupos de famosos. En el primero están muchos personajes cuya fama les viene como un apéndice más de su condición o trabajo. En este caso, la popularidad de todos esos nombres les llega impuesta. Les pertenece como una segunda piel más tostada que la del invierno y en verano intentan descansar del ajetreo emigrando a recónditos lugares.

Belén Esteban está haciendo promoción de sus redondeces, ahora más plastificadas que el D.N.I. de un pensionista

En el segundo grupo de personajes famosos están, en cambio, quienes publicitan sus siliconas, ejercitan sus desnudeces menos turgentes, ensayan tangas y escotes ante el espejo o se reafirman la mollera para afrontar bien preparadas el verano de las exclusivas y los “posados”. Así que cuando este verano escuchen, por ejemplo, a Belén Esteban, decir que está de vacaciones, no hagan caso. En realidad, se está pegando el lote de trabajar en los negocios de su actual flamante novio y haciendo promoción de sus redondeces, ahora más plastificadas que el D.N.I de un pensionista.
Los miembros de este segundo grupo que realmente elijan estas fechas para descansar o no son famosos o dejarán de serlo en breve plazo o son unas mantenidas y mantenidos incapaces de ganarse un flash por méritos propios. De otro modo, al iniciarse la temporada genuina del culebrón y el lucimiento toda nuestra fauna se retiraría a descansar a una masía del Pirineo leridano, lejos de donde pudiera ser alcanzada por cámaras y reporteros. Y eso, está muy claro, no va a ocurrirnos nunca.

Carmina Ordóñez es una profesional en lo suyo, no es una mantenida y se lo gana cada año con frialdad y astucia

Me atrevo a aventurar que este verano que comienza veremos a la guapísima Carmina Ordóñez paseando la exclusiva de su ruptura o de su reconciliación en un atardecer de playa de Marruecos, que para eso, olfateando la inminente entrada del verano, ha sembrado su relación de rumores. Ella es una profesional en lo suyo, no es una mantenida y se lo gana a pulso cada año con frialdad y astucia de... bueno, de vieja mamífera cazadora de aves de corral, para que no suene mal del todo.