Está siendo un éxito y acaba de estrenarse. No sé que tiene este muchacho pero todo lo que toca lo transforma en oro: forzosamente debe de ser el talento inusitado de un tipo que tiene aspecto de estudiante de biológicas y que se está convirtiendo en media leyenda del cine español.

Ha presentado su cinta nada menos que en Venecia, festival en el que nos han hecho, habitualmente, poco caso, y ha arrasado. Tanto la crítica como el público han estallado en vítores por la técnica desarrollada en esta sugestiva invitación a las emociones y el debate.

Éste se ha abierto inmediatamente y ya medio mundo mediático está hablando de la eutanasia a raíz de la historia revivida del parapléjico gallego que interpreta Javier Bardem.

Belén Rueda ha dado un salto prodigioso en su carrera y ha sido tratada en Italia como una auténtica estrella, de lo cual me alegro

 
Eutanasia sí o eutanasia no es lo de menos. Evidentemente, no se llega a la resolución de un conflicto como ese a través de una película, pero sí se abre la expectativa de que la gente discuta sobre algo que, guste o no, está sobre la mesa como consecuencia de no pocos dramáticos casos.

Una película es una obra de arte –a veces–, pero también es un estímulo para la confrontación saludable de ideas. El cine puede ser agitación, aunque no sólo debe ser agitación.

La película de Amenábar, el lúcido y perfeccionista Amenábar, parece ser, ante todo, un preciosista ensayo de imágenes y diálogos en los que sobresalen sus actores protagonistas de forma excepcional.

 No tengo ni idea de qué tiene en la cabeza el joven y brillante director, pero ya me pregunté lo mismo cuando hizo “Los otros”

Belén Rueda ha dado un salto prodigioso en su carrera y ha sido tratada en Italia como una auténtica estrella, de lo cual me alegro pues su progresión ha sido asombrosa –ha demostrado ser valiente al apostar por ella–; otro sí de Bardem, que se está redondeando como un intérprete de los que crea escuela y de los que marca una época, como la crearon muchos de los actores que nos resultan imprescindibles y que marcaron una forma de llevar al cine la vida ajena.

No tengo ni idea en qué tendrá la cabeza el joven y brillante director, nacido en Chile por cierto, pero sí me acuerdo que es la misma pregunta que me hice cuando terminó de rodar “Los Otros”. Entonces tenía curiosidad por saber en qué desenvolvería su imaginación en su próxima entrega. Hoy ya lo sé y vuelvo a asombrarme.

La pregunta recurrente hace su aparición de nuevo: ¿Podrá superarse en su nueva aventura en la gran pantalla? La respuesta me temo que también la conozco: volverá a triunfar.