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Carlos Herrera  

La historia del día en 'Herrera en COPE' 

COPE

Las minas de oro de Venezuela, están manchadas de sangre. Así se dice en un nuevo informe de la ONG Human Rights Watch.

Estas explotaciones están controladas por bandas criminales y sindicatos armados que mantienen un control férreo y brutal.

En ellas trabajan personas de bajos recursos debido a la acuciante crisis económica que sufre el país y una vez allí se convierten en víctimas de delitos macabros.

Varios entrevistados dijeron que conocían casos en los que miembros de los sindicatos habían desmembrado, con motosierras, hachas o machetes, a quienes no cumplían las reglas impuestas.

Entre los desgarradores relatos se encuentra el de una joven acusada de robar un par de pantalones a otra mujer.

La chica juró que no había sido ella, pero miembros del sindicato le cortaron las manos con un machete, mientras le gritaban: “¡Di que no lo vas a hacer más!”.

Una joven de 17 años contó haber visto cómo amputaban uno a uno los dedos de las manos a un minero acusado de haber robado oro. Luego le cortaban el resto de ambos miembros.

Con estas minas se están enriqueciendo Nicolás Maduro y su familia, así como Rusia, China y Turquía.

El beneficio se estima en 5.000 millones de dólares al año. Por eso el régimen asiente y calla.