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Carlos Herrera  

Los ministros del nuevo Gobierno prometen o juran su cargo este lunes a las 10 horas

COPE

 

Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!

 

Ahí lo tienen, es un lunes. No hay que tenerle miedo a los lunes, antes al contrario, es el día de las grandes oportunidades. Es el día en el que da gusto salir a la calle, volver a encontrarte con tu ciudad laboral, con la gente de todos los días, la que va en el mismo autobús que tú, en el metro o la que usted ve en la ventanilla de al lado en el atasco de cada mañana. En una mañana en la que, lógicamente, siendo de enero en buena parte de la península se vivirán heladas localmente moderadas, algunas nieblas, en otros lugares, archipiélago canario, pues a buen seguro gozarán de la buena temperatura que hace que enero, por ejemplo, en las Islas Canarias sea temporada alta. Y ahora están de moda los rusos. El mes de enero es muy de rusos por el sur de Tenerife, por ejemplo, y allí se lo están pasando porque ayer hacía un día magnífico en el sur de la isla.

Bueno, en España entre Supercopa y no Supercopa y esto y lo otro y lo demás allá hoy, por ejemplo, una vez constituido el Gobierno elegido por el presidente del Gobierno, qué más que un Gobierno es un atasco en hora punta, hay que pasar alguna formalidad. ¿Qué detalle va a tener Pedro Sánchez con Su Majestad el Rey que va a ir con todos los ministros, los 22 ministros, al Palacio de la Zarzuela que jurén o prometan, la mayoría prometerá? En fin, bueno, existiendo las peculiaridades que hay en este Gobierno, pues no descartan que alguno jure por Snoopy o por Bakunin o yo que sé, por la justicia de los pueblos o por la República Democrática de Alemania. No lo sé, no lo sé. Pero sí sé que, hombre, de verdad, Pedro Sánchez, qué manera de respetar la jefatura del Estado en lugar de enviarle una foto con el ministro, la palma extendida así boca abajo encima de algo diciendo prometo y tal que cual, no, no, que vayan a hacerlo delante del rey porque la conformación de este Gobierno no se la ha contado como preceptivamente se ha hecho siempre.

Lo de hacer de menos a la Monarquía se le da maravillosamente bien. Ahora se habla mucho de los micromachismos, que son esos pequeños detalles que sirven para reforzar actitudes de desdén hacia la mujer, bueno, pues también podría hablarse de micro desprecios a los que la izquierda sanchista está sometiendo a la Jefatura del Estado.

Antes uno ganaba las elecciones e investía, tomaba nota, iba a ver al Rey y le ponía la lista en la mesa. Con Juan Carlos eso fue siempre así. Esto es lo que voy a nombrar. Ah, muy bien, que tengas suerte, lo que necesites de mí, adiós, adiós. Con Pedro Sánchez y Felipe VI no es así. Pedro Sánchez va filtrando los nombres de los ministros uno a uno, por goteo, y yo no sé si antes de filtrarlos llama al Rey para para decirle: Oiga, que voy a filtrar que el de Cultura es Menganito o el de Universidades Zutanito. Por cierto, el de Universidades nos va a dar alguna gran tarde de perlas, luego le explico por qué. Pero el caso es que cuando ya los ha filtrado todos y quedaba uno, en lugar de ir a ve al Rey y decirle "finalmente esto ha quedado así", no, no, por teléfono, por teléfono. Mire, que tengo mucha faena. Llamadita por teléfono y a correr. Es una manera muy sutil de restar importancia al papel de la monarquía. Lo es, lo es. Yo es que ahora tengo que volver a llamarle para darle otro nombre que se me ha ocurrido como ministro. Bueno, en fin.

Y luego, en el trato con la prensa, pues progresa adecuadamente, claro, como los niños de la LOGSE, pero sin admitir preguntas. Luego sí, hizo un pequeño corrillo con periodistas, bueno, en el que estos seres odiosos que quieren nada menos que hacer preguntas, pero qué se habrán creído estos individuos.

Bueno, pues vamos a ver, de la formación de este Gobierno dice Sánchez que hablarán varias voces, pero la palabra es una. Es un Gobierno hecho con prisas, con las prisas de la investidura, porque sabía el Gobierno que antes o después el Supremo iba a retirarle inmunidades a Oriol Junqueras y también a Quim Torra. Y con ese trabajo hecho era más difícil cerrar los acuerdos anímicamente con Esquerra Republicana que cerró, así que aquí lo único que hay que empezar a preguntarse es cuándo empiezan los pagos. ¿Cuándo empiezan las regalías prometidas? ¿Cuándo empiezan a pedirle el indulto para Junqueras? ¿Cuándo empiezan a subir todo lo que puedan: el salario mínimo interprofesional, etcétera, etcétera? Montar la reforma laboral y con la normalización, digamos que cuando pasen esos primeros compases ya veremos la velocidad de navegación y si Pedro Sánchez duerme bien con Pablo Iglesias en el Gobierno.

Dicen que este es un Gobierno de contrapesos, ¿fundamentalmente para qué? Para diluir, aislar y amortiguar lo que puedan hacer ministros de Podemos, que tampoco tienen grandes, digamos que grandes responsabilidades. Lo que cabía en una Dirección General se ha convertido ahora en un Ministerio y se desgajan cosas de un lado y de otro para que no te hagan un estropicio. Por ejemplo, se desgaja Trabajo de Seguridad Social, y es un momento en el que necesitamos definir un nuevo marco laboral para la realidad económica del país en el siglo XXI, pero es que, además, también hay que renovar el Pacto de Toledo. El Pacto de Toledo es el gran acuerdo nacional que sostenga no solamente pensiones dignas, a ver, sino un sistema público de pensiones en el corto y en el medio plazo. Tareas, esas son tareas que son capaces de absorber la totalidad de la atención de un miembro del Gobierno de España. Bueno, esas tareas las hizo magníficamente una sola ministra, Fátima Báñez, durante la reforma de Rajoy. Una reforma laboral, una reforma de las pensiones hecha de acuerdo con un grupo de expertos garantizando la viabilidad. Ahora lo harán dos diferentes y así todo y así con otras cosas.

Este Gobierno va a tener una primera dificultad, que es de funcionamiento elemental. ¿Por qué? Porque son muchos, porque más que un Gobierno es un reparto de sillones y una agencia de colocación. En la mesa del Consejo de Ministros se van a sentar 23 personas, muchos para diluir a Iglesias. Y dirán ustedes: es el Gobierno con más ministros, desde luego de los que hay ahora en Europa sí, pero de los que ha habido en España no necesariamente porque Suárez llegó a tener 23 ministros, con él 24. Uno más, lo que pasa que era ministros sin cartera, que es un matiz importante.

La gran dificultad de eso es que como tú has desgajado áreas y has subido áreas, las has transformado en Ministerios para que uno sea ministro, para que el otro no, para que sí, para que quepa este o el de más allá, tú ahora lo que tienes que hacer es el proyecto genoma de ese Gobierno, el organigrama, de quién depende esto exactamente porque eso puede depender de tres Ministerios diferentes con tres vicepresidentes diferentes. Hay que coordinar, hay que delimitar muy bien las competencias y luego delimitar muy bien los juegos porque si no lo haces así, el carajal está literalmente garantizado, pero que eche el balón a correr que tiempo habrá de ver en qué dirección lo hace.