noticia
 
 
Carlos Herrera  

La historia del día en 'Herrera en COPE' 

COPE

Joseph Henry Loveless nació en 1870 en Payson, Estados Unidos, y ya en su juventud comenzó a tener problemas con la ley. La primera vez que entró en la cárcel fue por la venta ilegal de licores. Pero se fugó de la noche a la mañana. Había serrado los barrotes de su celda.

Durante varios meses, las autoridades investigaron cuál podía ser su destino y, antes de acabar el año, consiguieron volver a apresarle. Cuando era trasladado en un tren a una cárcel de alta seguridad, volvió a escaparse, tras lograr reducir a todos los guardias que le custodiaban.

No se volvió a conocer su paradero hasta que el 5 de mayo de 1916 asesinó a su mujer con un hacha. Fue detenido seis días después. Para entonces se hacía llamar Walter Currans. De nuevo volvió a fugarse de la cárcel. Sacó una sierra de uno de sus zapatos y serró los barrotes.

Desde entonces, se le perdió la pista...hasta ahora.

En 1991 unos exploradores encontraron en una cueva remota, cerca de la ciudad de Dubois, unos restos humanos sin cabeza y con mutilaciones en algunos de sus miembros.

Tras cruzar su ADN con una base de datos de más de 31.000 personas, ahora se ha podido conocer que esos restos humanos pertenecen a Joseph Henry Loveless, también conocido como el asesino de los mil nombres y desaparecido desde hace más de un siglo.

Las autoridades tratarán de investigar qué le ocurrió y quién le mató dentro de una cueva de un lugar remoto.